I don't know exactly what we are
Sawyer Rown
18 yearsWednesday |1:00 pm
–Son novias, acéptalo– dedujo la ojiazul.
–No sé exactamente que somos– rodé los ojos.
Ordenaba mis libros, mientras sentí la presencia de alguien aunque no le tome importancia.
–Hola Bina– saludo mi amiga.
Cerré mi casillero, para saludar a Sabrina.
–Hola Saw, hola Liv– sonrió aquella pelirroja, mientras se notaba algo ansiosa, no me importo aquella acción.
–Hey Liv– llame la atención de mi amiga –¿Tienes la tarea de química?– jugue con mis dedos, casi nunca pido la tarea pero la materia que no se me da es química.
–No y adiós– abandono el pasillo, dejándome a solas con Sabrina.
Bufé al ver como se alejaba poco a poco, sabía que la tenía pero le gustaba que me estresara haciendola por mí cuenta, cosa que no es recomendable.
La pelirroja y yo nos hemos estado llevando muy bien, no existe ninguna clase de incomodidad entre nosotras, sólo surge cuando mis amigas nos bullean, de que nos traemos ganas.
Lo sé, es loco, y claramente no pasa.
–Tengo la tarea de química, te la paso, nos toca juntas– sugirió con aquella sonrisa pícara que me agrada en ella.
–Gracias Bina, luego te lo recompenso– mis brazos recorrieron sus hombros en un confortable abrazo que decía “gracias”.
–Se una forma para que me lo recompenses– jugo con su cabello rojizo mientras se lo acomodaba perfectamente.
–Todo, menos ir a correr con Liv, sabes que me estresa– interrumpí rápidamente, antes de que otra palabra salieran por sus labios.
Ella negó divertida, me detuve a mirarla por un segundo con mi cara de confusión que instantáneamente fue remplazada por una sonrisa.
–Lo sé y me divierte como invades su casa para irse temprano– una pequeña risa divertida formo en su rostro.
–Agh, cállate– negué divertida.
–Callame Saw– observe sólo sus comisuras de sus labios ligeramente abiertos hecha en una sonrisa de lado.
Sabía que mi pulso cardíaco estaba muy alterado al sentir mis mejillas calientes, tome un poco de aire.
–¿Qué?– dijimos al unisono, voltee extrañada al oir otra voz, trague en seco al ver de quien se trataba.
–Emily...¿que haces?– rasque mi nuca nerviosa, pasando con mi dedo índice dos mechones sueltos.
–Sabrina– una voz áspera apareció.
–Hola..¿Emily, cierto?–
La pelinegra asintió levemente, mientras se encogía de hombros, nos dio una última mirada para adentrarse al salón.
–¿Entonces?– me señaló con su dedo índice para después señalar a la pelinegra.