Chuuya no planeaba volver a las clases de Kunikida por lo menos hasta que tuviese la voluntad necesaria para hacer frente a su último encuentro por lo que ocupa gran parte de su tiempo yendo y viniendo de casa de sus padres a la empresa y viceversa.
En uno de sus tantos viajes se quedó atrapado como rehén con algunos otros transeúntes dentro de un supermercado, no podía hacer nada teniendo las manos sobre la cabeza y estando en un lugar donde no había nada que pudiera servirle al alcance.
— Deténgase antes de que hayan heridos. Intentemos negociar. — se escuchó del altoparlante de un joven pelirrojo.
— ¡No nos interesa negociar. Si no hacen lo que les decimos les volaremos la cabeza a estas personas!
— fue la respuesta del asaltante. Para demostrar que no estaba jugando jaló del cabello a Chuuya mientras apuntaba a su sien con el arma.A pesar de que el jalón le dolió y le arrancó algunos cabellos Chuuya no iba a ser parte de su juego y en una distracción del asaltante le quitó el arma apuntándole ahora a su compañero y logrando que los del ejército pudieran entrar y llevarse a los asaltantes.
— ¿Todos se encuentran bien?, ¿Hay algún herido? — preguntó dudoso el joven con una bandita en la nariz.
— Todos se encuentran bien, capitán — respondió uno de sus compañeros.
— ¿Tachihara?— preguntó Chuuya.
— Chuuya, como figura pública no puedo decirlo, pero como conocidos tengo que decirte que lo que hiciste fue una idiotez.
— ¿Cómo sabes que fui yo?
— No hay chicas tan lindas y a la vez valientes en Paris.
Le dedicó una sonrisa relajada, no lo había dicho con intención alguna de coquetear, solo lo dijo porque era lo que sentía. Ni siquiera se detuvo a pensarlo.
— ¿Crees que soy valiente? — había duda en su voz. Le sorprendió que no solo mencionara su apariencia.
— Por supuesto, si alguna vez quieres entrar al ejército no dudes en contactarme, sería un honor tenerte en el pelotón.
— Yo lo tendré en cuenta...
Tachihara sonrió, solía preguntarse qué tan grande es su suerte si había sido una buena opción para los padres de Chuuya. Además a sus ojos, él era el ser más perfecto que existe.
— Chuuya... Se que puede sonar extraño, pero ¿Te gustaría ir a una cita conmigo?
— Claro, no hay problema.
— ¿Si? ¿Te parecería bien mañana al atardecer?
— De acuerdo, solo llamame para ponernos de acuerdo con el lugar.
Tachihara estaba emocionado, era una de las pocas veces en que no era rechazado o sido aceptado solo por interés.
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Mientras llega el indicado disfrutaré del equivocado
Fanfiction- Si digo que no es porque no quiero, pero al indicado no le pongo un pero. Chuuya ama escapar de su vida como heredero de la empresa de sus tutores; disfruta pasar de cama en cama; pero con gustos muy exigentes. Su libertinaje es cancelado cuando e...