IX

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Ranpo esperó con ansias la llegada del fin de semana, cuando finalmente podría tener una cita con Chuuya. Preparó cada detalle con especial atención y pensó en las posibles interrupciones que podría tener, algo que podría haber evitado si su impertinencia no lo hubiera hecho avisarle a sus rivales que iba un paso adelante.

Chuuya realmente no quería asistir a esa cita, su cabeza era un remolino de pensamientos que no era capaz de controlar; incluso pensaba seriamente en dejar todo a la elección de sus padres y casarse con quien ellos decidan. Pero no podía dejar a la ligera la decisión de la persona a la que iba a atar su vida, su futuro y a quien podría usar como salvavidas si las cosas no salían como las planeaba para su futuro.

Ambos acudieron a esa cita que en el pensamiento de ambos era en exceso empalagosa, a Ranpo no le agradaba ni la comida pero quería impresionarlo, y Chuuya, odiaba los escenarios románticos. Le parecían repulsivos.

Claro que Ranpo actuó como un caballero desde el inicio, a pesar de que no era ajeno al verdadero género de Chuuya seguía fingiendo que no lo sabía; sí lograba su objetivo, tendría mucho tiempo para dejar salir a la luz todos y cada uno de los secretos de Chuuya.

— Espero que este disfrutando esta cita tanto como yo disfruto ver su hermoso rostro "señorita" Chuuya — habló con un tono que podía llegar a ser molesto e irritante.

— Me gusta, incluso la comida es deliciosa — desvió el tema. Ni siquiera había ingerido la mitad de su plato cuando sintió que se le revolvía el estómago.

— ¡Me alegro! Me aseguraré de que nuestras citas futuras sean cada vez mejores que la anterior.

La incomodidad de Chuuya no se hizo esperar, Ranpo ya daba por hecho que habrían otras citas ¿en que momento accedió? Ni siquiera estaba en condiciones de salir gracias a la ola de pensamientos que lo abrumaban con el paso de los días.
Asintió con la cabeza y siguió comiendo con el riesgo de vomitar en cualquier momento.

— Cuéntame todo lo que has pensado respecto a tu situación. ¿Tienes alguien que ocupe tu corazón? ¿Qué opinas de tus pretendientes?  Todo lo que quieras decir yo lo escucharé.— canturreó con intención de saber a quienes tendría que tener en mente y sacarlos del camino.

— No tengo ninguna opinión, sea buena o mala — respondió con molestia, de lo único que hablaban todos era de eso; ¿Acaso era imposible hablar de algo distinto? Estaba harto de todo a su alrededor; de las amenazas de Dazai, de sentirse una carga para Akutagawa y sus amigas, incluso de las clases de Kunikida que se habían vuelto un pasatiempo y que ahora no podía frecuentar. No quería saber nada de nadie.

No le importó a Ranpo la respuesta cortante de Chuuya, siguió haciendo preguntas al azar, menos intrusivas pero aún así podía obtener información de sus respuestas.
Al finalizar la cita, ambos salieron mientras Ranpo buscaba la excusa perfecta para acercarse a Chuuya, la cual encontró fácilmente gracias algunos mechones alborotados del pelirrojo. Los acomodó tras su oreja y lo atrajo hacia él uniendo sus labios. Chuuya podía sentir la agresividad del contrario, no era un beso dulce o que expresara sentimientos, era un beso lleno de posesividad y deseo.

Cada intento de Chuuya por liberarse solo hizo que Ranpo pudiera profundizar más en su boca, jugueteando con su lengua y dejando sonidos escandalosos. Al no poder más, Chuuya mordió cruelmente el labio contrario hasta que finalmente lo soltó.

— No me arrepiento de lo que hice, tengo un genuino interés en ti y no me gusta compartir lo que me atrae. — limpió la comisura de sus labios y se acomodó la ropa.

Chuuya no supo que responder; nuevamente lo amenazaban en contra de su voluntad. Primero Dazai y ahora Ranpo. En solo cuestión de segundos sintió que algo dentro de su mente se desconectó, el pudor que aún le quedaba desapareció.

Si querían jugar con él, Chuuya también podría jugar con ellos. Ya no guardaría pensamientos de culpa a excepción de Akutagawa y tal vez Tachihara y Kunikida.

— Ya no importa — respondió indiferente — pero ahora será a mi modo. No aparecerás a menos que yo lo decida, así como tienes que estar disponible para mí cuando yo quiera.

Ranpo en vez de molestarse se alegró, ahora era una opción para Chuuya, ya no tenia razón para buscar desesperadamente su atención.

— Aceptaré cualquier condición mi querida señorita — tomó la mano ajena y depositó un beso sin dejar de mirarlo a los ojos, como si lo estuviera devorando.

Chuuya solo lo observó con un rostro de satisfacción y repulsión, era un nuevo sentimiento que no le era positivo pero al menos le haría dejar de lado todos esos pensamientos inútiles que lo agobiaban.

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Así como le dejó en claro a Ranpo las condiciones,  se las mencionó a Dazai quien solo rió ante sus palabras pero no se negó y a Fyodor quien aceptó pero internamente quería matar a Ranpo ya que gracias a él no podría monopolizar los sentimientos de Chuuya.
Con los otros no tendría problemas, no tenía planeado frecuentarlos a excepción de Akutagawa ya que Chuuya sabía que los sentimientos de él no eran románticos.

O al menos eso creía.













Dejen sus teorías de que pasará!

Mientras llega el indicado disfrutaré del equivocadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora