Kim sunoo está embarazado. ‹𝟹 Sungsun

⁰³➝ ropita

Kim Seunghyun y Jiyong, siempre vieron a Jungwon cómo a otro hijo, desde pequeño se había criado junto a su adorado Sunoo así que la feliz pareja disfrutaba de pasar alegres momentos junto a sus cachorros, aún cuando al pálido chico no le agradara tanto cómo a ellos.

Pero, a pesar de todo, su doctora le había recomendando salir a caminar y por eso había aceptado acompañar a Jiyong y Jungwon al centro comercial. Llevaban alrededor de tres horas recorriendo el lugar y el par de risueños omegas a su lado no parecían para nada cansados.

— Ya te dije que te ves gordo, Jungwon, ahora vámonos.

El nombrado abrió excesivamente su boca y ojos debido a lo grosero que le sonó el comentario del pelinegro, tenía la intención de repelar, pero fue Jiyong quien habló.

— ¡El embarazado eres tú, Sunoo! —Jungwon rió con burla mientras tomaba otra prenda para probarse.

El omega mayor también sonrió al ver la expresión de gatito enojado en el rostro de su hijo, realmente amaba cómo el pálido era un mezcla entre su personalidad y la de Seunghyun.

— Ven, Sunnie, te encontré una camisa bonita, cuando te crezcan los pechos te ayudará bastante. —Las mejillas de Sunoo se encendieron mientras fruncía aún más el ceño y cruzaba sus brazos por sobre su abultado vientre.

— Dámela, me la probaré.

Jiyong negó divertido y le pasó la ropa, el menor hizo un esfuerzo para levantarse, tomó las cosas y aún molesto se internó en el probador.

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Cuando terminaron de comprar lo que sea que se les cruzase en el camino, volvieron a los pasillos del lugar, cada uno con más de cinco bolsas en las manos. Sin embargo, Jungwon paró de repente y los otros dos omegas se detuvieron también.

— Sunoo... —Pequeños golpecitos en el brazo del pelinegro lo hicieron enfocar su atención en el castaño. Los ojitos de Jungwon se llenaron de lágrimas y entonces el mayor miró hacia la dirección en que los llorosos ojos de Won miraban.— Ropita... ropita para mi bebé.

Y Sunoo, al escuchar el "mi" de Won solo gruñó, un poco -mucho- a la defensiva, a su omega no le gustaba que otro siquiera insinuara que su cachorro le pertenecía.— Es mi bebé, idiota.

Los tres caminaron hacia la enorme tienda en la que se encontraban todo tipo de artículos para infantes, eligieron ropita amarilla y blanca pues aún no sabían el sexo del niño o niña; ropa que Jiyong pagaría, definitivamente.