final➝ presentación

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Seungmin estaba muy muy feliz. En la -no tan- pequeña fiesta que organizó su papi omega para celebrar que cumplía once añitos, estaban todos sus amigos de la escuela, sus abuelitos, su tíos, sus primos y, por supuesto, sus papis.

—¡Daniel! —Gritó Seungmin cuando su primo casi metía su dedito al pastel decorado del Hombre Araña.

—¿Qué? A ti casi ni te gusta el pastel, Min. —El pequeño de mejillas rellenitas terminó de enterrar su dedo en el pan y enseguida se lo llevó a la boca, riéndose al ver la mueca molesta de su primo.

—¡Oye! ¡Voy a decirle a mi tía!

—Ya, paren. —Chaeryeong se cruzó de brazos harta de estar escuchando las quejas de Seungmin.

—Pero... ¿no viste? ¡Casi se come el pastel entero, no es justo, es mí pastel! —El niño castaño de once años apuntó a su primo.— Y además tú no nos puedes regañar, Chaery. Tienes nueve.

Seungmin sonrió pensando que había ganado la pelea.

—Tú tampoco puedes decir nada, Min. Ni siquiera te has presentado. —La pelinegra le sacó la lengua. El hijo de los Park frunció el ceño triste. Casi todos sus amigos, además de sus dos primitos, ya se habían presentado.

Daniel era un tierno alfa y Chaeryeong una omega algo arisca pero adorable.

—¡Me presentaré pronto, tonta! —Seungmin estaba evitando llorar, se alejó de ahí para ir directamente con sus papis, dejando solos a Chae y al pequeño alfa.

—Ay, ya se acabó. —Daniel miró a Chaeryeong y esta abrió sus ojitos en grande.

—¡Tío Sunoo nos va a regañar! —El niño seguía lamiendo tranquilamente sus rechonchos deditos despreocupado.

—Oigan, niños, Seungmin me dijo que ustedes lo estaban... _La voz del pálido omega embarazado los alertó.

—¡AHHHHHHHHHHHHH! ¡TÍO SUNOO! —Ambos cachorros se miraron entre sí y sin más salieron corriendo. Sunoo casi se desmaya al ver cómo el pastel que con tanto esmero había preparado para su bebé ya no estaba y en su lugar no había más que migajas y el letrerito que decía "Feliz cumpleaños, Seungmin".

—¡Jungwon! ¡Hyuna!

꒰ ・ ・ ・ ꒱

Eran alrededor de las nueve de la noche. La pequeña familia Park veía una película en la sala de su acogedor hogar. Sunghoon acariciaba el abultado vientre de siete meses de embarazo de Sunoo y éste estaba recostado en su pecho. Del otro lado, su primogénito estaba pegado a su cuello, olisqueando todo lo que podía casi con desesperación

—Papi... —Seungmin habló en medio de la película.

—¿Sí, cariño? —Respondió Sunoo a punto de quedarse dormido.

—Me duele mi pancita. —Sunghoon se enderezó en el sofá alerta.

—¿Te duele, bebé? ¿Mucho o poquito? —Preguntó el alfa ahora pelirrosa.

—Mhm... ¡mucho, papá! Me duele mucho. —El castaño se llevó la manito al abdomen, acercándose más al cuello de su padre alfa.

Sunghoon y Sunoo se miraron, creándose una idea de lo que le pasaba a su hijo. Desde hacía semanas que Seungmin se había vuelto más cercano a Sunghoon, queriendo estar siempre con él y olfateándolo. Cuando lloraba solo el alfa podía calmarlo dejando que enterrara su naricita en su cuello.

—Iré por un té, Hoonie. —El omega con esfuerzo se puso de pie, su abultado vientre ahora le limitaba el movimiento.

—¿Estarás bien? Ya es tarde. —Sunghoon acarició el castaño cabello de su bebé de once años cumplidos hace poco.

—Claro que sí, sólo iré a la farmacia, no pasa de que tu renacuaja me patee el hígado. —Se puso su abrigo y pantuflas.— Tú cuida a mi Seungmin, me llevaré la camioneta.

El alfa asintió abrazando al cachorro que ahora estaba sudando. Sunoo salió de la casa y entonces Sunghoon comenzó a preocuparse un poquito más.

—M-me duele... —Seungmin lloriqueó en el cuello de su padre.

—Lo sé, bebé, ven. —Lo sostuvo entre sus cálidos brazos manteniéndolo en todo momento pegado a su cuello. Caminó a la habitación del pequeño en silencio.— Seungmin, quiero contarte algo.

Se sentó en la cama y recostó al niño en la misma, cubriéndolo después con su mantita de dinosaurios verdes y amarillos. El castañito asintió con ojitos brillantes, lo que hizo sonreír a Sunghoon. Después de todos esos años el cachorro seguía siendo su vivo retrato.

—Mira, este dolor de pancita que sientes significa algo, vas a presentarte. Me refiero a que vas a definirte como alfa u omega. —Con extremo cariño acarició la gordita mejilla de Seungmin.

—¿E-en se-rio? —El pequeño sonrió leve.— ¡Quiero ser un alfa como tú, papito!

De pronto un tenue pero dulce aroma a chicle y rosas reemplazó al tranquilizante olor a leche materna y talco.

Sunghoon abrió sus ojos los más que pudo, estos llenándose de lágrimas cuando cayó en cuenta de que su bebé ahora era un omega.

—¡Pero si eres un bonito omega, cariño! —Lo atrajo en sus brazos con amor, lágrimas de felicidad resbalando por sus mejillas.

—¿Qué? ¿Un omega? ¡Yo quería ser alfa! —Seungmin hizo un puchero decepcionado.

—Ser omega no tiene nada de malo, papi Sunoo es omega y es muy cool ¿no? —El ahora omega asintió resignándose a su jerarquía.

—Espero que mi hermanita sea una alfa, para que me cuide y yo pueda olfatearla cuando me duela la pancita.

—Serás el omega favorito de nuestra Arin, hijo, ya lo verás. —Sunghoon limpió sus lágrimas de padre primerizo y dejó un sonoro beso en la mejilla de su cachorro.

—¡YA LLEGUÉ! ¡YA LLEGUÉ! ¡NO TE APURES, MI AMOR, PAPI ESTÁ AQUÍ PARA TI! —Sunoo entró a la habitación tan rápido como su pesado vientre se lo permitió con una taza de té humeante. El dulce aroma lo golpeó al instante y también sus gatunos ojitos se aguaron.

—Nuestro Seungmin ya es un niño grande, Sunsun, se presentó como omega. —El pelinegro dejó caer la taza emocionado y corrió hasta los amores de su vida.

—Mi bebeee, mi bebé es un omega, como su papi favorito. Te amo, te amo, te amo. —Y en ese preciso momento la pequeñita Arin también se unió a la alegría, moviéndose en la pancita de su padre.— Oh, esta pulgosa está moviéndose. —Los tres llevaron sus respectivas manos al vientre del omega mayor, sintiéndose rebosantes de amor y felicidad, aunque Seungmin aún un poquito adolorido.

Kim sunoo está embarazado. ‹𝟹 SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora