Kim sunoo está embarazado. ‹𝟹 Sungsun

¹⁴➝ tío

Once meses, bastaron once meses para que el cachorro Park ya estuviera caminando y corriendo con toda confianza. Sunoo suspiró nostálgico, a su pequeño Seungmin ya no le agradaba mucho el ser sostenido en brazos y eso le dolía un poco, aún así no podía evitar sentirse orgulloso de su bebé.

— Seungmin-ah, ven acá. —Sunghoon ya había salido a trabajar.

Sunoo ahora estaba arreglándose para también ir a su empleo pero antes tenía que dejar a su adorable retoño en la guardería.

Rápidos pasitos se hicieron presentes en el cuarto y el omega sonrió cuando observó cómo la pequeña versión de su alfa se paraba a un lado de sus piernas, ambos frente al gran espejo que había en la habitación.

— ¿Por qué esa carita, uh? —Seungmin se veía algo nervioso, como cuando tiró la laptop de Sunghoon por accidente.— ¿Hiciste algo malo, amorcito?

El bebé solo miraba a su papi acomodar su corbata y posteriormente colocarse el saco. Alzó sus bracitos esperando ser cargado, cosa que inmediatamente pasó, el omega tenía una enorme sonrisa en su rostro, Min por fin quería que lo cargara.

— Ay, mi pequeña bolita de pelos, ¿No eres adorable? —Sunoo salió de la habitación que compartía con su alfa mientras mimaba al dulce cachorro; este solo se dejaba hacer, esperando que así su padre omega no se molestara al ver lo que había hecho.— Entonces, papi tiene que ha... —Las palabras de Sunoo se quedaron en el aire, Sungmin solo atinó a esconderse en la curvatura del cuello de su padre aspirando lentamente ese aroma que, además del de su papito Sunghoon, tanto le encantaba.— ¿Por qué? ¿Por qué, hijo?

Y no era para menos, las cortinas estaban tiradas, el cesto de la basura también y la caja de galletas de la alacena estaba vacía, todo era un desastre.

Quizá, solo quizá, Sunoo llegaría tarde a su trabajo, y Seungmin no alcanzaría a entrar a la guardería.

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Jungwon tenía sus bellos ojitos cafés cristalizados, aún no lo podía creer. Llegó al escritorio de Yeji intentando esbozar una sonrisa y esperó a que la linda muchacha notara su presencia, pero cuando pasaron dos minutos se decidió a hablar.

— ¿Señorita Hwang? —La nombrada saltó sobre su silla y dejó de escribir lo que sea que estuviera escribiendo.

— Oh, lo siento, lo siento, señor Jungwon, ahora mismo le comunico a mi jefe que usted está aquí. —Jungwon asintió, la omega levantó el teléfono que estaba sobre su escritorio y alertó al pálido de la visita del castaño.— Listo, puede pasar. Buen día.

Jungwon hizo una breve reverencia y entró a la linda oficina. El aroma a leche materna lo hizo mirar a todos lados abrumado, topándose con su sobrinito dormido sobre uno de los sofás del lugar, eso solo lo hizo soltarse a llorar.

— ¿Won? ¿Por qué lloras? —Sunoo rápidamente se levantó de su cómoda silla para ir hasta donde estaba su mejor amigo.— Si es por la presión de la fiesta, yo puedo organizarla solo, Seungmin no se enterará y, si se entera, ¿qué importa? Al fin y al cabo él no es tu hijo, ¿verdad? No te preocupes, eso sólo supondrá un trauma para él al saber que su tío no lo quiere.

— N-no, no e-es... eso... —Ambos omegas se abrazaron, Jungwon llorando más fuerte.— Sun... yo...

— ¿Tú...? Sabes que puedes decirme todo. —El pálido acariciaba dulcemente la espalda de Jungwon, queriendo brindarle todo su amor y apoyo.— Sabes que puedes decirme todo, estaré siempre para ti, somos familia. ¿Lo recuerdas?

El castaño rió bajito. Era cierto, él sabía que siempre iba a contar con Sunoo y sus padres.

— Minnie va a tener un primito. —Y volvió a llorar más fuerte.— Vas a ser tío, Sunnie.

No lo podía creer, de pronto Sunoo también estaba llorando pero no de tristeza o algo parecido, era alegría, mucha alegría aunque aún no le quedaba del todo claro porqué su amigo portaba aquel aroma tan amargo.

— ¿Es eso malo? ¡Es lo mejor que te va a pasar en la vida! Won... ser papá es tan hermoso.

El castaño se mantenía con la cabeza gacha.

— Es de él, de Heeseung. —Sunoo frunció el ceño, limpiando las lágrimas del otro con sus pulgares.— Ni siquiera somos pareja o algo así, no estoy marcado, S-sunoo, y-yo...

— ¡Shh! —El más bajito llevó su dedo índice a los labios de su casi hermanito.— Yo sé que lo quieres, Won, pero si él no se hará cargo no deberías ponerte así, deberías luchar por tu cachorro y por ti. ¿Hee ya sabe? —Jungwon negó sintiéndose un cobarde, no sé atrevió a decirle.

— ¡Hoy mismo le diremos! ¡Y yo estaré ahí para apoyarte y hacerte sentir bien! Y si él lo niega, estaré ahí para romperle la cara también, ¿sí?

El castaño sonrió tenuemente pero sintiéndose un poco más seguro ahora que una de las personas a las que él más quería lo apoyaba y ayudaría.

— Bien, solo iré por Seungmin y nos vamos.