Ir montado a caballo en sus condiciones no era lo más inteligente del mundo, comprendió Alberto al bajar por el sendero, pero tardarían demasiado en llegar andando hasta el río.
La luna iluminaba el camino y mostraba una excitante imagen de Luca balanceando las caderas al compás del trote de Péppermint. Cuando doblaron un recodo y lo vio de perfil, se convenció de que no llevaba calzoncillos.
Y entonces se quitó la camiseta. Alberto apenas podía creer en lo que estaba viendo y se preguntó si no estaría teniendo una potente fantasía.
Un momento más tarde, la camiseta salió volando en dirección a él y la agarró apenas a tiempo de que no cayera al suelo.
Luca se volvió en la silla y Alberto vio una impresionante imagen de sus pectorales bañados por la luz de la luna.-¿Qué estás haciendo?
Incluso con la distancia, la provocación de su sonrisa era evidente.
-Poniéndote caliente, Berto.
-¡Ya estoy caliente!
Retorciéndose en la silla, para ser más exacto. Jadeando, agitándose y muriéndose por aliviar aquella agonizante necesidad de estar en lo más profundo de él.
-Entonces más caliente.
-¡Maldita sea, Luca!
Su camiseta estaba impregnada del olor de su colonia y de algo aún más erótico, el aroma de Luca excitado y listo para el amor. La apretó en un puño y se la llevó a la nariz. Oh, Dios... aquel aroma.., el recuerdo de estar echado entre sus muslos saboreándolo lo asaltó de forma febril.
-¿Por qué huele tu camiseta tan... bien?
-Un pequeño truco que he leído en uno de los libros.
-¿Qué truco?
-Oh, se trata de buscar una forma de mandarle tu... propio perfume especial a tu amante. Dicen que funciona mejor que el aroma de cualquier colonia.
El mayor lo miró encendido de deseo.
-Puede que tengan razón. No llevas boxers debajo de los pantalones, ¿verdad?
-No.
-Entonces te has quitado la camiseta y la has puesto...
-En un sitio muy especial y después te la he tirado. ¿Sabes? El movimiento del caballo es muy... agradable.
Alberto lanzó un gemido.
-Ten piedad de mí, Lu. Soy un hombre desesperado.
-El libro dice que la anticipación lo es todo.
-Sí y también te mata.
Berto escuchó el gorgoteo del río. Ya casi habían llegado y los caballos se dirigieron a la conocida orilla. Bajó la mano, sacó la manta de la bolsa de la silla y metió allí la camiseta. No tenía intención de perder el tiempo en cuanto llegaran al río.
Luca condujo a Péppermint al lado del árbol y desmontó al instante. Su imagen quedaba tapada por la yegua mientras Alberto desmontaba con la manta. Pero en cuanto salió de detrás del lomo del caballo, a él se le cayó la manta al suelo. ¡Luca estaba desnudo!
-¿Se acerca esto a tu fantasía? -murmuró él.
Mientras lo miraba bañado en luz plateada como una ninfa de un cuento de hadas, la garganta se le secó de deseo.
-Va mucho más allá -susurró con voz ronca-. No creo que pudiera soñar con algo tan hermoso y ni siquiera estoy seguro de que seas real.
-Soy real -se acercó a él por la arena y Alberto vio que llevaba un libro en la mano-. Y quiero hacer el amor contigo, Alberto.
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Proyecto de Verano - Luca & Alberto
Fanfiction¿Cómo perder la inocencia? A Luca Paguro le resultaba muy embarazoso seguir siendo virgen. Pero haberse criado en un pueblo pequeño con cuatro primos protectores... era como haber llevado un cinturón de castidad. Había leído montones de libros sobr...