Al abrir mis ojos lo primero que llego a ver es a mi misma sentada en un prado, también puedo escuchar a las personas que están a mi alrededor, pero por más que lo intente no puedo verlos, solo escucho como ríen, bromean e interactúan con la yo que está sentada quien a su vez también está riendo se podría decir que es algo bonito de ver, pero no para mí, esto no es más que un sueño, una representación de algo que me gustaría vivir así que simplemente lo desecho y vuelvo a mi realidad.
Me encuentro en mi cuarto viendo fijamente el techo pensando seriamente si levantarme de la cama y luego de estar en constante conflicto de si debo o no debo pararme termino haciéndolo de todos modos, con los pies descalzos y el piso absurdamente frío del departamento me dirijo bastante animada a la cocina, la cocina es de un tamaño acogedor, con una isla de mármol que divide el comedor, estantes espaciosos y las paredes pintadas de un color índigo atrayente se podría decir que es lo más atrayente del departamento, pero estaría mintiendo, ya que obviamente lo más atrayente de esto es mi cuarto.
Tenía la esperanza de desayunar con alguien, pero estando rodeada de lindas paredes, solo me encuentro yo otra vez. Nadie está aquí al despertar y nadie estará al cerrar los ojos cuando la noche llegue, pero no hay nada que pueda hacer al respecto, de todos modos, estoy acostumbrada. Al acercarme a la mesa encuentro una nota vagamente escrita, «buenos días, pequeña criatura que habita conmigo, lamento no poder acompañarte el día de hoy, tengo horarios largos que cumplir, pero te prometo que para la próxima si estaré ahí, deje te y galletas las galletas son para que las compartas con el consejo así que no te las comas todas, te quiere Karol».
— Tan cursi como siempre— digo en voz alta mientras una sonrisa se escapa.
—Supongo que debo ir arreglándome en serio odio los lunes —suspiro bastante irritada, coloco la nota en su lugar y me dirijo al baño, orando de que el tiempo no me juegue en contra y logre alcanzar el autobús.
Milagrosamente, si logre salir a tiempo, me coloco mis auriculares y con algo de música comienzo a observar a mi alrededor, cuando observas detalladamente las cosas puedes darte cuenta de algunas tantas cosas que pondrían ser interesantes como que el panadero revende el pan de hace una semana, el zapatero roba zapatos de sus clientes y como no; los múltiples casos de desapariciones que circulan por todos los lugares, el pueblo de Ered se ve común, pero la verdad es que por aquí pasan demasiadas cosas que las personas corrientes intentamos ignorar.
Llego a la parada y desgraciadamente el autobús anda retrasado, así que bastante irascible le subo el volumen a la música, en eso un grupo de amigos se acercan y se colocan bastante cerca de mí, por cómo andan bromeando y por cómo interactúan parecen conocerse desde hace tiempo y eso a mí me molesta aún más, yo también quiero eso, ¿Por qué no puedo tenerlo? ¿Qué me falta? Yo quiero ir bromeando camino a la escuela, tener anécdotas divertidas que contar, yo quiero dejar de estar sola, inesperadamente (si se podría decir así) el grupo cae de cara en el pavimento por alguna extraña ave que salió de la nada (qué divertido) en ese preciso instante llega el autobús y como no soy idiota procedo a subir a él como si nada paso.
El autobús me deja una cuadra cerca de mi escuela que es nada más y nada menos que el misterioso instituto S.A. se le dice así porque a pesar de lo prestigiosa que es lo que más llama la atención de ella son los rumores que la rodean y a la verdad no me importa para nada, este lugar no es tan especial.
Al pisar la entrada lo que más llama mi atención son las amapolas regadas por todo el lugar, es una vista realmente agradable que me da paz para tan amargada situación de hace un rato, pero lo bueno no dura y todo se arruina cuando los de nuevo ingreso se comienzan a aglomerar como si de lombrices se trataran desde chicos con peinados raros a chicas con risas insoportables que se escuchan a kilómetros de distancia son tan irritantes, me hago paso entre ellos y entro; de por sí el instituto se ve colosal por fuera por dentro lo es aún más, con cuadros en cada rincón y un estilo rústico que se mantiene da una aura de que el tiempo aquí adentro se congelara, subiendo las largas escaleras me detengo a ver una escultura de la mascota escolar, es un híbrido de león y murciélago a mis ojos es la cosa más tierna que he visto, miro a ambos lados para asegurarme de que no hay nadie cerca efectivamente no hay nadie y abrazo a la escultura en verdad me causa ternura.
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Club de Misterios S.A
Novela JuvenilEred es un pueblo extraño; varado en el tiempo.No se sabe nada de su gente y mucho menos de su fundación, pero sí algo tiene Ered, son sus leyendas y evidencias de lo paranormal. Un grupo de adolescentes de personalidades estrambóticas y complejas...