Nuestro primer misterio.

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De forma insistente había escuchado la voz en mi cabeza que dictaba cada cosa que ocurría en la escuela, no creo que se me escape nada. Luego de tres semanas finalmente tengo el primer misterio que podremos resolver en el club, mientras pienso en ello mis ojos se fijan en el maestro que explica su clase como le es habitual, su cabello es canoso, y sus ojos rojos como las rosas que crecen en el rosal de la abuela, siempre viste de forma elegante, es muy pulcro en cada detalle, lo único que destaca más que su persona es su llavero, porque tiene un pequeño peluche de gato, un hermoso y adorable felino de ojos amarillentos.

Apenas terminan las clases, corro hacia el club, abro la puerta, tropezando con algo en el piso y cayendo de cara en este. Me levanté algo adolorida, Keylin se encontraba tirada en el piso.

— Ten cuidado, Yumi — la escuchó quejarse mientras se coloca de cuclillas—. Le es usual venir a dormir aquí, escuché que es la número dos, así que debe ser difícil, puedo comprenderlo. Le sonrió con alegría.

— Lo tendré, Keylin.

Keylin se sienta en el enorme mueble que conseguimos ayer. De alguna forma que no comprendo bien, Keylin logró traerlo solita. Me coloco frente a la pizarra y esta me observa.

— Tengo un misterio — escribo en la pizarra a gran velocidad —. Es el gran misterio del maestro — antes que pudiera continuar la peli verde, me detiene sacando de su bolsillo una barra de chocolate.

— Debemos esperar al teñido —le da un mordisco al chocolate y se acuesta en el sofá.

Pasaron quizás más de dos horas, Keylin y yo la pasamos en silencio esperando a que Max llegara.

— Hoy es un bonito día —menciono abriendo la ventana—, el aire del pueblo de Ered es tan fresco y puro.

Solo escuchaba la respiración de Keylin dormida. Siguiendo la puerta abrirse, finalmente se asomó esa cabellera rubia.

— Bienvenido —saludo contenta —. Estuvimos esperándote.

Max asiente y deja su mochila en el sofá, dio varios aplausos en el oído de Keylin para despertarla y le dejará espacio para sentarse, finalmente la peli verde despierta haciéndose a un lado.

—No puedes perder el tiempo para dormir —comenta Max.

— Si alguien hubiera llegado hace ... — Mira el reloj en la pared —. Hace dos horas, quizás no me hubiera quedado dormida.

Max solo resopla.

Me colocó frente al pizarrón nuevamente, y les dedicó una sonrisa radiante.

— Hola, chicos, hoy les explicaré el primer misterio que se dedicará a resolver nuestro club — respiro antes de iniciar a hablar—. Es sobre mi maestro.

Observo cómo Max se encoge de hombros y Keylin se distrae jugando con su cabello.

— Lo he estado observando, y es muy raro — afirmó confiada—. Él nos da clase de historia todos los viernes y lunes. Estos días, a la hora de receso, una de mis compañeras desaparece. He tratado de averiguar hacia dónde van, pero no llego a ninguna parte.

Max me interrumpe —Es común que en receso las chicas vayan a lugares poco frecuentados en la escuela para fumar. Los lunes y los viernes son los días más importantes de la semana, los lunes, por ser tediosos y difíciles de enfrentar, y los viernes, por ser el último día, suelen sentirse más libres.

— Ahs, odio los lunes —escuchó murmurar a Keylin.

— Pero ... —Intento concentrarme, a pesar de lo que dice Max, la parte más importante del misterio está justo por venir —. Las muchachas suelen regresar a la hora siguiente, y parecen encontrarse bien ... Pero algo extraño es que suelen desaparecer según la inicial de su nombre— coloco mi dedo índice al frente —, Trate de preguntarles a dónde fueron, pero me ignoraron, no importa cuántas veces les preguntara, ninguna me respondió, otros comportamientos raros del maestro es que lleva en su billetera la foto de las estudiantes que han desaparecido.

Club de Misterios S.ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora