La musica es arte, la comida vital, me meti en problemas y no puedo escapar.

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—Desde que tengo memoria, he amado la música, puedo componerla, tocarla, cantarla, pero en estos momentos, no puedo hacer nada, ¡¿entiendes?! — exclamo derrotada mientras tomó un trozo de cheesecake que vi encima de la mesa, a lo que Karol me mira un tanto agotada de mi drama.

—Tesoro, es triste escuchar eso, pero es solo un pequeño bloqueo creativo, todo estará bien —dice Karol dulcemente—. ¡Y deja de comerte el cheesecake, no es tuyo! – me sermoneó cambiando su tono de voz.

—Ya. Listo, no lo comeré, por cierto, si no es para mí, ¿para quién es?—preguntó alzando una ceja intrigada.

—¿Acaso lo olvidaste? Hoy es la reunión con la familia, ¡¿no estás emocionada?! Al fin podrán conocerte — expresa alegremente, como si en cualquier momento se pondría a dar saltitos.

— ah... Cierto —murmuré acariciándome la nuca incómoda.

Maldición: si lo había olvidado, ahora es que me doy cuenta de que el cheesecake que no puedo comer no es lo único que desencaja en este cuarto, el simple hecho de que Karol esté aquí conmigo lo hace. También está muy formal para una simple reunión; lleva una trenza de lado adornada con pequeñas flores que hace resaltar su largo cabello castaño, está usando lentes de contacto, por lo tanto, sus grandes ojos púrpuras relucen más, y lleva un conjunto de un tono turquesa oscuro.

—¿Por qué sigues en pijama? —me dice alzando la ceja—. ¡Oh keilyn! ¿Qué haré contigo? Veamos. Te quedaste dormida. ¿Acaso tú no quieres ir? —pregunta curiosa.

—No lo sé, mejor no — contestó con una risa—. Me quedaré aquí, no te preocupes, además, tengo planes para hoy.

— ¿En serio? No me habías contado —contestó sorprendida —. De todos modos, me alegra que no estarás sola, ¿es con los del club? Sabía que la idea del director funcionaria —comentó aliviada para sí misma, dejando escapar un suspiro.

—¡Sí, claro, iremos al festival de mercados!

—¡Oh! Si quieres, puedo acompañarlos y así conocerlos, solo tendría que hacer una llamada para decir que no iré a la reunión.

—No te preocupes, mereces ir a ver a tu familia, no se han visto en mucho tiempo, además planeo que los conozcas pronto, estoy organizando algo.

—Si tú lo dices, está bien, confío en ti, envíame fotos y recuerda llamarme si ocurre algo, cualquier cosa, ¿ok?

— Ok, ok, señora — digo mostrándole una sonrisa mientras voy empujándola suavemente a la puerta.

—En ese caso, adiós, nos vemos más tarde —comienza a tomar sus cosas y se marcha, no sin antes darme un tierno beso en la frente.

Se despide por última vez y se marcha definitivamente. Me siento mal por mentirle, ¿pero qué podría haber hecho?, ¿Ir con ella y pasar por preguntas de las cuales no tengo respuesta? «¿Qué eres de Karol?» «¿De dónde eres?» Y bla-bla-blah, esto es lo mejor para las dos. Y bueno, dije que iría al mercado. Supongo que no me queda opción que ir así, no sería del todo una mentira y mi conciencia estará bien ... Supongo.

—¿Cabello? Listo, ¿dinero? Listo, ¿celular? Listo, ¿bolsa ridículamente grande con diseños de cuervos tiernos? Listo.

Ya estando arreglada y fuera del residencial, así que me detengo a ver el panorama, el clima está húmedo y el cielo un tanto opaco, al igual que las calles, la cual están muy transitadas, pero es normal, es fin de semana, por lo tanto, hay más gente afuera aunque está particularmente tranquilo, si se mantiene así consideraré que valió la pena salir de casa, quien sabe talvez se me quite el bloqueo creativo, seguido esto le subo el volumen a la música y comienzo a caminar, ya que desafortunadamente el autobús no pasa temprano los sábados. El ambiente se siente tan bien, La música en mis oídos, el viento soplando, los gatos que de vez en cuando me voy encontrando y aquel puesto de muestras gratis de hace una cuadra que me regaló galletas, hoy es básicamente mi día ideal.

Club de Misterios S.ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora