III

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Los años pasaron y mi madre volvió a quedar embarazada, la historia se repitió, el malnacido se desaparecía de casa por meses y cuando volvía lo único que hacía era abusar de mi madre y robarle el dinero.

Así nos acostumbramos a vivir, en la miseria y con lo justo para comer, muchas veces ni para eso nos alcanzaba, teniendo que comer un pan con agua durante todo el día, finalmente y después de haber embarazado a mi madre por tercera vez, Ronald, mi supuesto padre, desapareció para siempre de nuestras vidas, mi madre se había quedado completamente sola con sus cuatro hijos que criar, yo con tan solo 12 años, mi hermanita de siete y mis dos hermanos gemelos recién nacidos.

Poco tiempo después nos echaron a la jodida y maldita calle por no pagar la deuda, mis recuerdas aún están vivos, como si todo esto pasara justamente ayer. Yo solo era un adolescente débil, aunque quisiera no podía defender a mi familia. Terminamos durmiendo en un callejón tapados de cartones, el llanto de mis hermanos se escuchaban con fuerza, necesitaban pañales y ropa nueva... Recuerdo haberme escapado sin que se enterase mi madre, tuve que pedir dinero en la calle para poder llevarles algo de comer a mi familia, y no me avergonzaba haría lo que fuese por ellos.

Ese día con la ropa y cara sucia, yendo de ventana a ventana conocí a los Sherman, ellos aparcaban su coche frente a un restaurante lujoso, cuando bajaron noté que eran una pareja, una señora rubia muy hermosa junto a su esposo bien agraciado, y junto a ellos una niña de mi edad, con pelo rubio, ojos azules y su piel blanca.

Me quedé mirándola atontado mientras caminaban en dirección a la entrada del restaurante, pasaban a mi lado y la señora se detuvo a hablarme.

- Hey, jovencito, ¿qué haces por aquí solo?

- Yo... - temblé de pies a cabeza y me quedé viendo al suelo, nunca había sentido tanta verguenza, por no hablar de la cara de asco que me ponía la niña.

- ¿Necesitas ayuda? - dijo el señor con total amabilidad.

- Sí, lo siento, pero mi madre y mis hermanos están durmiendo en la calle, tienen frío, necesitan ropa nueva, comida..., por favor señor, ayúdelos.

Noté al instante como sus ojos se hicieron vidriosos, suspiró y tras mirar a su esposa ella asintió.

- Claro carió, llévanos con ellos.

- Pero.... ¿y la cena? - reclamó la joven- todos mis amigos están ahí, imagínate lo que dirán...

- Esto es más importante que esa maldita cena - le dijo su padre con serenidad- pensé que te había educado bien Uxía, no todo es dinero en esta vida, muchas veces una buena acción te da más satisfacción que un nuevo coche.

La chica refunfuñó y sin más remedio, asintió. Me invitaron a subir al coche hasta llegar a donde mi familia y a ver en las condiciones en las que estábamos, nos ayudaron como nunca nadie lo había hecho.

Contrataron a mi madre como su empleada, nos consiguieron esta casa y nos pagaron los primeros tres meses, nos compraron comida, ropa y me consiguieron una beca en el instituto East Side en donde estudia toda la gente rica de este país, ese es el motivo por el que soy humillado todos los días, por ser un becado, recogido y pobre. Yo no encajo en su mundo, y en realidad.... no me importa ni una mierda.

He sido maltratado por años, para mí ir al instituto es una pesadilla, amor estudiar y siempre me esfuerzo para mantener mis notas altas, por mi beca y por mi nueva oportunidad de estudiar en una universidad pública, o quizás obtener una nueva beca en una privada, a los tres mejores les pagan los estudios durante la carrera que desean hacer, me gusta la ingeniería, y me estoy esforzando para poder sacar esto adelante y poder estudiar para ser ingeniero, sé que de esta forma puedo sacar adelante a mi familia, mi madre no tendrá que trabajar más, mis hermanos tendrán una vida diferente a la mía, podré darles todo lo que nos ha faltado desde que nacimos.

Solo debo aguantar un maldito año más, uno de humillaciones, de burlas, de golpes, de insultos, del grupo más popular de todo el instituto, uno donde tendré que seguir viéndola, a ella, esa chica preciosa de ojos azules, pelo rubio, piel blanca y de corazón de hielo, cuando termine este año no tendré que volverla a ver en mi vida... y esa idea me hace completamente feliz. 

EL AMOR NO ES LA RESPUESTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora