*Scott*
- Y... ¿Cómo me podrás ayudar? ¿Qué se supone que puedes hacer tu por mí?
- Muchas cosas querido Scott.Me mira sorprendido.
- No puedo creerlo, eres peor de lo que pensaba, Scott.
- Lo siento, pero mírame - me señalo- soy delgado en extremo, débil y muy torpe -levanta una ceja- No me digas que eres fan de Karate Kid yo no soy Daniel San tenlo por seguro.
- Eso no tienes que decírmelo, ya salta a la vista -lo miro mal- pero no me daré por vencido contigo, sé que tienes potencial, solo hay que explotarlo.
- Creo que pierdes el tiempo conmigo Sensei Manu - me río.
- Sigue burlándote - me señala con un dedo- después me darás las gracias cuando sepas patearles el trasero a esos inútiles.
- Sí, como digas.
- Te propongo algo - lo miro- acompáñame después de clases, te enseñaré lo que puedes aprender conmigo.
- ¿A cambio de qué? Nadie hace un favor a cambio de nada.
- Eres muy persuasivo, nerd.
- Y ¿entonces?
- Tienes lo que yo no tengo. Inteligente, ingeniosos y necesito eso para este año. Si, sé que suena mal pero te prometo que no me acerco a ti por eso.
- Ajá....
- Joder, este chaval.... No creo que seas el único genio de esta escuela, así que no fue el motivo por el cual te presté atención, te lo aseguro.
- Entonces, ¿Cuál fue?
- Cuando te vi, sentí que necesitabas mi ayuda.
- ¿Qué eres una especie de salvador o qué?
- Oye pareces muy tontito a simple vista. Pero de idiota no tienes ni un pelo, mira, es verdad necesito tu ayuda, pero tú también necesitas la mía, esto sería una especie de relación simbiótica.
- Tampoco eres tan idiota como me creía yo - se ríe- ¿Qué me propones?
- Ahora si estamos en la misma sintonía. Yo te entreno y te cambio el look y tu me ayudas a aprobar y pasar de curso este año. Mis padres quieren ver mi maldito título, no quiero ir a la universidad, pero por lo menos quieren que me gradúe con bachiller. En fin, ¿tenemos un trato?
Suspiro para pensar en los pros y contras que hay al hacer esto, no conozco a Manu tampoco. Pero estoy harto de todo esto.
- Okey, trato hecho. Pero a la primera oportunidad que vea que te quieres pasar de listo, adiós.
- Como tú digas, nerd, no tengo problema.
- Y deja de llamarme nerd, tengo un nombre.
Se ríe, pero termina asintiendo.
Cuando las clases terminan me voy con Manu al parking, y me quedo boquiabierto al ver tremendo Lamborghini que tiene negro y rojo que desbloquea con un pequeño mando que saca del bolsillo de su pantalón.
- Te presento a mi bebé. Te dije que andar conmigo te traería beneficios.
Señala detrás mía a un grupo de chicas que no paran de gritar como loca y vernos. Sonríen con coquetería, pero no hace falta ser demasiado listo para ver que lo hacen por Manu.
- ¿Qué tal? - me pregunta.
- Esto es genial, nunca había visto algo tan increíble.
- Ah, que sepas que no soy interesado -lo miro con seriedad.
- Yo no he dicho que lo seas - veo como enciende el coche y el ruido del motor es explosivo, ¡dios! que puta maravilla- pero me gusta ser agradecido, y como casi no tengo amigos para despilfarrar mi fortuna, te llegó tu día de suerte, nerd....Scottisito.
-Joder, no me digas así.
No puedo describir con palabras lo emocionante que se siente ir sentado en una maravilla de coche, abro la ventana un poco y el viento golpea mi cara con fuerza. Manu corre demasiado con el coche, siento que en cualquier momento nos estrellamos. Sería una muerta bastante bonita, ahora que lo pienso...Digo, por el coche.
Después de 20 minutos mi nuevo y único amigo se detiene en una mansión, me quedo boquiabierto cuando se abren las puertas grandes, un señor recibe a Manu con una reverencia. Pero mi sorpresa no disminuye cuando entramos, al contrario, me siento desorbitado. Manu aparca el coche enfrente de la puerta principal y me hace señas mientras baja de el, nunca en mi vida he pisado un lugar como este, me mira con impaciencia para que vaya.
ESTÁS LEYENDO
EL AMOR NO ES LA RESPUESTA
Teen Fiction¿Quieren saber cómo terminé enamorada del nerd de la escuela? Soy Uxía Sherman y lo tengo todo. Hermosa y popular, novia del capitán de futbol y líder del grupo elite de la preparatoria. Definitivamente no me faltaba nada... hasta que me fijé en él...