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Entramos a clase y la cara de todos es para una fotografía. 

- Cerrar esas bocas, os vais a tragar moscas -les dice Manu, como siempre.

- Scott, quizás quieras sentarte a mi lado... -dice una chica.

- Pero es mi sitio... -reclama un chico.

- Tu cállate -le dice para volver a mirarme.

- No quiere bonita, deja de perder tu tiempo, se va a sentar conmigo.

- Lo siento, Carol, otro día.

- Oye, oye... No puedo creer que se te ablandara el corazón.

- Es que...

- ¿Acaso hay alguien aquí de esta clase que no te hiciese bullying?

- Todos se burlaban de mí -murmuro- pero no lo hacían como tú, te estás tomando demasiado en serio el bullying constructivo.

- Ya sabes, estoy canalizando tus energías.

- ¿Para qué?

- Ya te lo enseñaré después -me sonríe.

Las horas pasan y yo lo único que quiero es que sea el recreo para ir a la cafetería y estar con Karla. Cuando la campana para salir suena, me levanto de mi sitio y salgo como un rayo, Manu me mira arqueando las cejas.

- ¿ A donde crees que vas pequeño saltamontes?

- A un lugar, te veo después -arque la ceja esperando una respuesta- a ver a Karla -digo con la cabeza baja.

- Ah, entiendo, no quieres que esté presente -asiento- Vale, suerte con la chica.

Salgo de clase camino a la cafetería y me siento mal, la mirada de Manu al decirle que no quería que me acompañase... Carraspeo y niego, seguramente encuentre a alguien, es muy extrovertido y además solo será hoy.

Me siento con Karla, ella luce una sonrisa preciosa que le favorece muchísimo.

- Que bien que hayas venido.

- ¿Por qué no lo haría?

- Bueno, pertenecía a ese grupo terrible que te hacía la vida imposible.

- Siempre supe que eras distinta -me mira sorprendida- por eso se me hacía difícil pensar cómo te gustaba estar con esa panda de basuras andantes.

Se ríe.

- Si Nerea te escuchase estaría roja como un volcán.

- Me pregunto, ¿Qué podías compartir tu con ella? -hace una mueca- es bastante antipática y superficial, todo lo contrario a ti.

- Tienes razón, estaba muy loca por andar con ella. Creo que... Creo que quería pertenecer a algo, así que soportaba largas horas en las que se pasaba alardeando de sus viajes o de sus últimas citas en el spa -sonríe- en fin, cuéntame un poco sobre ti, Scott.

Empiezo a hablar con ella sobre mi vida, sus expresiones pasan de ser tristeza a alegría. Veo como Manu entra en la cafetería con su andar característico de siempre, mientras todas las chicas lo ven y babean por él, pero como siempre... Las ignora. Joder, tengo que decirle que venga, la culpabilidad me está matando.

- Emmm.. Karla, ¿te molestaría si un amigo viene a comer con nosotros?

- No para nada, ¿tienes un amigo? -Auch, eso dolió, asiento- perfecto, invítalo entonces, quiero conocerle.

Levanto mi mano para que Manu me vea y después de varios segundos en los que parezco un idiota llamando la atención de todos, me mira y sonríe. Joder, ya me estoy encariñando con el chaval este.

Camina a nuestra mesa, Karla se da la vuelta y lo mira, al instante su expresión facial cambia, ignoro ese gesto y me hago a un lado para que Manu se siente. 

- Karla, el es mi nuevo amigo, Manu -le doy en el hombro- imbécil, ella es mi amiga Karla.

- Un gusto conocerte, Karla -le extiende la mano- parece ser que no soy el único que ha decidido relacionarse y ser amigo de este desadaptado social -ella se ríe sutilmente, ladeo mi cabeza ignorando otra vez el detalle.

- Igualmente, un gusto conocerte, Manu -habla con su voz dulce típica.

Así nos pasamos 30 minutos largos en donde no paramos de reírnos, o debería decir que no pararon de reírse de mí, sin embargo, por primera vez tengo una sensación diferente. Siento que encajo, estoy feliz y es una sensación agobiante pero que me gusta.

También me di cuenta de que todo había mejorado sin la presencia de la presumida y su novio, por un momento deseé que no volvieran. Pero sé de sobra, que esta tranquilidad es momentánea, que cuando ellos regresen tendré mi mayor reto, enfrentarme a mis abusadores, parar su maltrato, acabar con la parte difícil en mi adolescencia.

Volvemos a las clases, nos despedimos de Karla y entramos a nuestra clase. Todo pasa tranquilo, hoy noto que Manu ya no escucha música que mata neuronas, hoy está tomando apuntes muy atento, asiento satisfecho sabiendo que en realidad quiere hacer un esfuerzo por aprobar este año.


EL AMOR NO ES LA RESPUESTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora