Capítulo 5: Descontrol

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 Abby


-Cuanto más nerviosa estés, peor.

-Gracias, Sam, ya estoy mucho más tranquila- le digo a mi hermana, la única que, junto a Izzie, se encuentra en la habitación conmigo- Mucho mejor.

-Estás más que preparada para las pruebas- interviene Izzie en un intento de sofocar mis nervios- Hasta el mismo Hades lo dijo.

-No tienes de qué preocuparte, hermanita- añade Sam, dándome un suave abrazo. La aprieto contra mí y noto su familiar olor, que me da un poco de la seguridad que tanta falta me hace ahora mismo- La prueba es igual al entrenamiento al que te llevas enfrentando varios días. No tengo dudas de que lo superarás sin problemas.

-Espero que así sea, de verdad que quiero entrar en el equipo- digo, separándome de mi hermana al tiempo que la pelirrosa trata de tranquilizarme con una sonrisa.

-Lo conseguirás, Abby, estoy más que segura.

 Mantengo las palabras de Izzie dando vueltas por mi mente durante todo el tiempo que transcurre hasta que me encuentro frente a la sala de pruebas. Es exactamente igual que la que he usado para los entrenamientos, solo que esta tiene una alargada ventana tintada que permite que se pueda ver el interior desde fuera pero que yo, que ya estoy dentro, no pueda ver qué ocurre al otro lado de ella. 

 Respiro con tranquilidad y me recuerdo a mí misma que tras la ventana, tan sólo están Mason, Hades y Aria; el líder de la ciudad y los capitanes del equipo, encargados de juzgar las pruebas de los aspirantes.

 Rememoro el olor de Sam y las dulces palabras de Izzie, cogiendo fuerzas mientras escucho por los altavoces de una esquina de la sala, una cuenta atrás. Cuando esta llega al tres, me centro cerrando los ojos y pienso en simplemente, hacerlo como en los entrenamientos con Hades.

 Y si no lo haces así, por lo menos intenta no romperte algo, Abby.

 La cuenta atrás termina y yo abro de nuevo los ojos, activando todos mis sentidos. Suerte que lo he hecho a tiempo, pues un cuchillo vuela directo en mi dirección en cuanto me doy cuenta, justo un momento antes de que lo esquive con maestría.

 La única diferencia con respecto a los entrenamientos es que, en ellos tan solo tuve que mantenerme intacta; pero esta vez, tengo que también defenderme y ser capaz de atacar contra los diferentes obstáculos que se suceden.

 Saco el cuchillo clavado en la pared y lo uso para romper algunos objetos que caen sobre mí. No me toma demasiada concentración poder tener algunas visiones que me permiten adelantarme a los ataques que ocurren en los siguientes segundos.

 Hasta yo misma me sorprendo de lo bien que estoy reaccionando ante la prueba, a pesar de la dificultad; pero parece que he hablado demasiado pronto, porque entonces una especie de holograma aparece frente a mí.

 Podrá ser un holograma, pero el arma que lleva parece más que real. No sé muy bien si los disparos de hologramas dolerán como los verdaders, pero tampoco me apetece demasiado comprobarlo.

 Aprieto con fuerza uno de los dos cuchillos que tengo en mis manos y lo lanzo en su dirección antes de que dispare.

 Mierda. Casi puedo escuchar los reproches de Hades sobre mi puntería cuando el cuchillo pasa unos centímetros al lado del soldado. Estoy cogiendo el segundo de los cuchillos cuando escucho el sonido del arma. Apenas me da tiempo a desviarme unos milímetros cuando una bala pasa junto a mí, rozando mi hombro de forma que noto un fuerte escozor en la piel que se encuentra en esa altura.

Tu futuro en mis ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora