029. 𝗂𝗇𝗇𝗈𝖼𝖾𝗇𝗌𝖾

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— CAPÍTULO —
VEINTINUEVE

"inocencia"

"inocencia"

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El funeral de Tony tuvo lugar un par de días después de la batalla. No me generaba mucha emoción tener que vestir de negro y ver las caras tristes de los demás, pero tampoco podía dejar de mostrar mis respetos después haber pasado tanto tiempo en compañía de Tony en el pasado.

Tal vez en los últimos años todos nos hubiéramos distanciado, no obstante su sacrificio marcó un antes y un después para el mundo. Porque sí. Afortunadamente todos los que desaparecieron hace cinco años regresaron como si el tiempo no hubiese pasado para ellos. De verdad lo conseguimos, y a la vez perdimos para garantizar un mejor futuro.

Todavía era extraño tener de vuelta a aquellos que ya me había acostumbrado a no ver, aunque no me quejaba.

—Ayúdame con esto.

Salgo de mis pensamientos para ver a Zoanne extendiendo el brazo hacia mí. La manga le llegaba por debajo de los dedos, así que se la doblo en silencio hasta dejársela a la altura del codo.

—Ya está.

—Gracias.

—¿Cómo van las cosas? —pregunto cuando Bucky pasa de largo con las manos metidas en los bolsillos.

Estar aquí debía resultarle incómodo dada su historia con los Stark.

—Cinco años son mucho tiempo, y a él le está costando más acostumbrarse. —me dice ella pasándose el cabello sobre un solo hombro. —Estará bien. —asegura, pero no la noto tan convencida como quería aparentar.

Algunas personas más llegan y se quedan por el patio hablando en voz baja. Esperábamos a los que estaban dentro de la casa para despedir a Tony. Distingo unos cuantos rostros conocidos, entre ellos el de la hermana de Zoanne, Heather, acompañada por Stephen Strange y el pequeño River.

—¿Y ella? —señalo con la cabeza a su hermana.

Zoanne voltea para apreciar el momento justo donde el niño se abraza a la pierna de su madre, cosa que le saca una sonrisa.

—Eso está más difícil. —murmura. —Que de un segundo para el otro tu hijo haya crecido cinco años... no sé como mi hermana puede con todo.

Heather le pasa una mano por el cabello a su hijo, como si sintiera la necesidad de hacerle saber que ella estaba allí a su lado. Era bueno que el niño no mostrara ningún rechazo y que estuviera tan emocionado con su regreso.

Lentamente junto mis manos por delante tocando con timidez mi estómago.

—Se lo dije a Steve. —comparto en voz baja. Zoanne gira el rostro para mirarme. —Creo que está bastante feliz. —sonrío con tristeza. —Después de lo de Tony me prometió por fin dejar todo esto atrás.

𝗥𝗘𝗙𝗟𝗘𝗖𝗧𝗜𝗢𝗡 | 𝗌𝗍𝖾𝗏𝖾 𝗋𝗈𝗀𝖾𝗋𝗌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora