Capítulo 4 - Jingle Bell Rock

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Alec

- Tierra llamando a Eva, ¿estás ahí? - El acompañante de Eva la sobresalta ya que se ausentó en su mente por varios minutos.

- Sí, sí. -le responde ella volviéndonos a prestar atención.

Parece que tiene cierta complicidad con el tal Thomas. Será uno de sus líos de una sola noche. Gabri me contó su inclinación por no repetir pareja. Me quedé un poco decepcionado cuando me lo dijo. Al fin y al cabo nosotros solo nos acostamos, ¿no?

Con ella fue dintisto...

La chica que me acompaña ahora es insistente en no parar de tocarme.

Si fuera ella no me quejaría.

No puedo dejar de pensar en ella ni un solo puto segundo. La tengo en bucle. Y solo se me ocurre una idea.

- ¿Vamos a la pista a bailar un poco? Necesito estirar las piernas. - La idea sale sola de mis labios y todos aceptan.

Cuando llegamos más o menos a la pista cada uno baila con su correspondiente pareja. Eva con Thomas, Gabri con la otra chica y Mario con la amiga de Eva, Liv.

Debería de prestarle atención a como baila Alexia, pero mis ojos solo pueden ver como Thomas toca esas curvas que tanto me gustan. Bailamos unas canciones más y cambiamos de pareja por orden del DJ. Nos intercambiamos con Eva y Thomas, ella me lanza una mira que no sé descifrar ¿decepción? ¿celos? ¿enfado?

No desaprovecho la oportunidad de bailar pegado a ella. Eva tampoco se queda corta y lo da todo junto a mí. Nos dejamos llevar por la melodía de la canción - y yo me dejo llevar también por sus curvas-.

¿Ya he dicho que me fascinan sus curvas? ¿Qué todo ella es perfecta?

El DJ deja de pinchar y coloca unas pistas para que la fiesta no se quede en silencio. Empieza a sonar una canción de Navidad, mi favorita, Jingle Bell Rock.

De la nada, Eva se separa bruscamente de mí y sale corriendo -me sorprende a la velocidad que lo hace con esos tacones de aguja-.
Va hacia al baño y la sigo porque no creo que esa reacción haya sido por unas ganas repentinas de mear.

Aparta a todo el mundo y se cuela por la puerta cuando sale la anterior persona, ignorando a los que aguardaban en una cola.

- Perdón, perdón, es mi amiga la que acaba de entrar, no se encuentra bien. - Me excuso por Eva y me acerco a la puerta para preguntarle si está bien.

- Eva, ¿estás bien?

- Puedes pasar, está abierto. - El tono de su voz me preocupa, parece que está llorando así que abro la puerta sin pensarlo y la encuentro sentada en el suelo con un pañuelo en la mano.

- Ey, ey, ¿qué pasa? - Ahora mismo estoy preocupado de verdad.

- Nada, en serio, no es nada. Solo me he emocionado con la canción.

- ¿Por qué será que no te creo? Ven aquí, - la arrimo a mí y la abrazo, ella esconde su cabeza en mi cuello y no puedo evitar acariciar su pelo negro suelto cayendo por su espalda. - sabes que puedes contármelo, que no muerdo.

- No seas tonto, simplemente no me gusta la Navidad. Era la peor época que podías pasar en una red de centros de menores. No se parece en nada a las típicas navidades de película, ni un poco. - Escuchar eso me entristece, la Navidad es la mejor época del año y todo niño merece disfrutarla. Pienso hacerla cambiar de opinión. - Ven, levántate y sécate las lágrimas que nos vamos.

- ¿Qué? - pregunta perpleja, pero levantándose.

- Eso, nos largamos, no admito un no como respuesta. -Digo muy seguro de lo que estoy diciendo, repitiendo unas palabras parecidas a las que me dijo ella.

- Bueno, a ver dónde me llevas. - Eva ya parece más contenta y no puedo evitar que una sonrisa se forme en mi rostro.

Misión número uno, animarla. Cumplida.

Salimos de la vivienda, y ahora soy yo el que saca el móvil para llamar a un taxi. Como Eva no lleva chaqueta tengo que buscar una solución y ya la tengo.

El taxi nos deja en pleno centro de la cuidad y hace mucho frío, Eva está pegada a mí y yo le paso las manos por sus brazos para calentarla.

Al ser Navidad, aunque sea tarde muchas tiendas siguen abiertas así que entramos al centro comercial.
Cuando llegamos a la tienda que yo quería, Eva frena en seco junto a la puerta y me mira fijamente.

- ¿No habrás pensado en comprarme un jersey de Navidad? Si lo has pensado, estás loco y si no, no sé qué hacemos aquí. - Efectivamente estamos en una tienda de jerseys navideños, pienso comprarle uno.

- Vamos entra, ya verás como te encantarán los jerseys. - No tengo duda ninguna.

Miramos un montón de jerseys distintos, pero ninguno le gusta. Los rechaza uno a uno. Al ser tal la negativa compro el que más me gusta a mí para ella y uno a juego para mí. Cuando salimos de la tienda no para de reprochar como una niña pequeña.

- No me lo voy a poner, prefiero morirme de frío. - Me he dado cuenta de que Eva es muy terca.

Lo que no sabe es que yo lo soy más.

- Solo pruébatelo, por favor.

- Agggg está bien.

Nos ponemos los jerseys y noto como le encanta el jersey cuando se lo pasa por la cabeza. Además es muy calentito y estoy seguro de que se estaba muriendo de frío.

- Solo me lo dejo puesto porque hace mucho frío, eh. Quita esa cara de idiota. - Ante su comentario solo puedo reír y ganarme una mueca divertida por su parte.

- Ahora vamos a ver el mercadillo navideño. Te lo vas a pasar en grande. Yo lo sigo disfrutando siendo ya mayor.

Para que sea más divertido cogemos un trencito que nos lleva directamente al mercadillo. Hablamos y compartimos experiencias a lo largo del trayecto. Nos reímos mucho.

Y me enamoro más de ella.

Cuando la miro pierdo totalmente los papeles, me vuelve loco. Nunca había sentido nada igual con alguien. He tenido novias anteriores, pero ninguna se iguala a Eva.

- ¡Alec! ¡Alec! Hay una noria... Siempre he querido montar en una... ¿Podemos subir?- preguntándome de esa manera Eva parece un cachorrito que necesita amor y no pienso negárselo.

- Claro, las vistas son impresionantes.

Amo a Eva y a Alec juntos

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Amo a Eva y a Alec juntos. Y a Alec navideño igual 🥺❤️

¿Os está gustando la historia? ¿Os cae bien Alexia?

La versión de Jingle Bell Rock de la película Chicas malas es mi favorita 😍

Os leo 🥰

Hasta el próximo capítulo,

os quiere y os adora,

Minervagirl.

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