Kim JiSoo tiene la fama de ser la típica chica mala y ruda que molesta a todos y se mete en problemas, incluso tenía su grupo de amigas que hacían eso justamente, aunque tal vez, aquello solo era una fachada, una fachada que amenazaba con ser descub...
JiSoo despertó para un día más y se sentía con una dosis extra de energía. Luego de aclarar las cosas con Lalisa, le había pedido que fueran novias, y como lógicamente espero, Lalisa aceptó.
Se alistó para ir al instituto, desayunó y salió camino a él, no había forma de que su día se arruinara, todo iba bien en su vida, por primera vez en mucho tiempo y esperaba que no se desmoronara.
Al llegar fue a su locker, sacó el libro de matemáticas y fue a su clase aún alegre, aún si era una de las materias que más odiaba iba con toda la actitud.
Tomó asiento y la clase inició, y por primera vez, al poner atención lograba entender a la perfección sobre los temas que se exponían en el pizarrón y explicaba la profesora.
Cuando acabó la clase salió del salón y se encontró con quienes se suponían eran sus amigas; hizo una mueca al verlas, pero intentó reemplazarla lo más que pudo por una sonrisa.
— Hey. — saludó SoYeon — ¿Es cierto que ayer discutías con Roseanne a la salida? — preguntó. Directo al punto, como siempre.
— Algo así. — se encogió de hombros — ¿Por qué? ¿Tienen un problema con eso?
— No. Pero tenemos una idea. — habló SoWoon.
— ¿Idea? ¿De qué? — cuestionó, caminando en dirección a su locker.
— Es más bien un favor. SeHun lo pidió. — mencionó NaYeon — Es con respecto a Manoban.
— ¿Qué es? — indagó, tratando de verse lo más neutral posible.
— Dice que le gusta, pero que ella jamás aceptaría salir con él, además de que, aunque es linda, es toda una ñoña. — respondió SeulGi.
— ¿Y...? ¿A mí que con eso? — cerró el locker con fuerza y las volteó a ver, recostandose a éste.
— Se quiere acostar con ella, aunque obvio se va a negar. Nos pidió unas pastillas, luego él se las dará en una bebida cuando sea la fiesta de Jackson, ya sabes, la del fin de semana. — explicó SoWoon.
— Ah... igual, no entiendo. ¿Yo que tengo que ver con eso?
— Asegúrate de que Roseanne no se entere, si lo hace haría un gran escándalo innecesario.
— Es ilegal. — replicó, cruzándose de brazos.
— ¿Y qué? Rayar el auto del director también lo es y aún así lo hicimos. — recordó SoYeon.
— Como sea, ¿yo que gano con eso? — preguntó y ellas sonrieron.
— Dinero. SeHun pagó por las pastillas y también lo hará para que mantengas a Roseanne lejos.
— Bien. Lo haré. — ladeó la cabeza y corrió su cabello — Háganse a un lado, quiero ir por ahí. — hizo un ademán y ellas le abrieron paso — Nos vemos luego. — sacó su cajetilla y encendedor y se alejó.
Cuando encendió su cigarro dio una calada y comenzó a pensar en lo que le habían dicho, aquello era ilegal, antimoral y algo que en serio odiaba.
No sabía como lo haría, pero evitaría a toda costa que Lalisa bebiera de lo que sea que SeHun fuera a darle en la fiesta en casa de Jackson. La iba a proteger, aún si la que se pondría en peligro sería ella.
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La hora de salida llegó y JiSoo bajó del lugar de siempre, caminó por la gradería y se encaminó hasta la salida, allí se encontró a la tailandesa junto a Roseanne, Jackson, BamBam y JongIn. Frunció el ceño, casi nunca estaban todos allí.
Al estar cerca Lalisa se acercó a ella y la tomó de la mano tirando de ella y dándole un rápido beso que la tomó por sorpresa y la vio, sorprendida y sin entender a qué se debía eso.
— ¡Se los dije! — chilló y JongIn sonrió de lado viendo a JiSoo.
— ¿De qué me perdí? — preguntó la surcoreana en dirección a Lalisa.
— Lalisa nos dijo que es tu novia. — respondió Roseanne viéndola con notable apatía — No pensé que tú... gustaras de ella. — murmuró rodando los ojos.
— ¿Solo eso?
— Más te vale que no le hagas daño porque te arranco los ovarios con mis propias manos, ¿entiendes? — amenazó la neozelandesa acercándose a zancadas hasta JiSoo y quedar frente a ella — ¿Entiendes? — repitió y JiSoo tironeo una sonrisa divertida.
— Entiendo. No era necesaria la agresividad de tus palabras. — dijo con notable diversión.
— Creo que ya entendiste el punto, ¿no? — habló BamBam.
— Lo hice.
— Bueno, ya se pueden ir. — dijo Jackson, tratando de alejar a Rosé de la mayor.
— Sí bueno, adiós. — entrelazó su mano con la de la tailandesa y comenzó a caminar.
Sabía que Rosé podía ser algo sobreprotectora con la tailandesa, así que en parte entendía un poco el porque se ponía de aquella forma, por eso no se iba a preocupar mucho.
De camino Lalisa le contó algunas cosas que JiSoo escuchó con total cuidado hasta llegar a dónde se desviaban de camino. Le dio un corto y sutil beso de despedida y continuó su camino a casa.
Ahora solo debía de asegurarse de que nada le pasara en aquella fiesta, los exámenes de admisión, la graduación y por fin todo aquello acabaría e iniciaría una nueva etapa.
Sencillo, o al menos eso esperaba.
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