𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝟣𝟦. 🍡

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JiSoo esperó rendida a que la tailandesa apareciera, y como venía sucediendo desde hacía una semana, no lo hizo y nuevamente se tuvo que ir sola, pero al ver a JongIn se acercó a él casi corriendo.

— Hey. — lo llamó y la miró y sonrió levemente.

— JiSoo-ssi, ¿en que te puedo ayudar? — preguntó con aquel tono suave y ronco.

— ¿Sabes donde está Lalisa? No la he visto en toda la semana.

— No, ni idea. — se encogió de hombros — Seguro en su casa. Cada que terminan las prácticas de las porristas se va muy rápido del gimnasio. — explicó mientras acomodaba su cabello.

— ¿Crees que se enojó conmigo? No la he podido ver y cuando estoy cerca me evita. — comentó, con un notable preocupado. No quería que pasara, no de nuevo.

— No lo sé. Aunque ha estado rara con todos y... — se calló al ver como JiSoo fijaba su vista en alguien detrás suyo; Roseanne — No pensarás en ella, ¿cierto?

— Ya lo veremos. — pasó de largo de JongIn y se acercó.

Rosé hablaba tranquilamente con Jackson y BamBam cuando su apellido resonó en sus oídos y fue jalada del brazo sin ningún tipo de sutileza.

— Park. — la voz de JiSoo la hizo voltear para ser jalada de forma brusca, quedando algo consternada.

— ¿Qué quieres? — preguntó intentando soltarse del agarre de la surcoreana, quien apretaba con fuerza su brazo — Me lastimas. — se quejó pero JiSoo no dio indicios de que fuera a soltarla.

— ¿Qué le dijiste a Lalisa de mí? — preguntó, importandole poco el como habían varios estudiantes viendo la escena.

— ¿Lalisa? Yo no le he dicho nada. — dijo y por fin se logró zafar dándole un empujón — Y tampoco sé de qué estás hablando.

— ¿Segura? — insistió y Rosé acarició el puente su nariz, comenzando a molestarse.

— ¿Qué mierda le voy a decir de ti, eh? Si tanto quieres saber ve a su casa y déjame a mí en paz.

JiSoo no dijo nada y giró sobre sus talones para comenzar a caminar en dirección a casa de Lalisa. No estaba segura de que era lo que quería escuchar, pero aún así quería saber el motivo, aún si no era el que esperaba.

Al llegar tocó la puerta con insistencia hasta que por fin fue abierta y se encontró con la tailandesa visitando unos pantalones de chándal grises, un camisón blanco y un gorro gris de lana además de sus anteojos y una taza con chocolate caliente en las manos.

— JiSoo... — murmuró, sintiendo a su corazón latir desenfrenado.

— ¿Estás bien? — preguntó, aunque se veía totalmente bien.

— Lo estoy. — relamió sus labios — ¿Quiere pasar? — se hizo a un lado y JiSoo entró.

Al entrar la TV estaba encendida mostrando una película de romance cómico, se sentó en el sofá y Lalisa apareció sentándose también. El ambiente estaba algo tenso.

— ¿Por qué...? — cuestionó, sin saber cómo formular bien la pregunta — ¿Por qué me evitas? — interrogó y Lalisa la miró, dando un sorbo al chocolate para luego poner la taza en la mesa en medio de los sofás.

— Es difícil de explicar. — susurró — No quería perder su amistad.

— ¿Perder mi amistad? ¿Qué hiciste? ¿Mataste a alguien o qué? — intentó bromear, pero la tailandesa ni siquiera sonrió, solo mordió su labio con más fuerza.

— Si le digo se va a enojar. — replicó, queriendo evitar el tema.

— Confía en mí. — tomó sus manos y Lalisa se sorprendió — No me voy a enojar.

— Bien. — suspiró y tomó fuerzas para poder decirlo — Me gustas. — musitó — Me gustas, pero no como amiga, si no como algo más. — dijo y todo quedó en silencio solo con la película siendo reproducida de fondo.

JiSoo sintió una fuerte presión en su pecho, pero ésta no era como cuando iba a tener un ataque de pánico, era diferente, incluso se sentía mejor, además del cosquilleo en sus manos y su corazón latiendo con fuerza. Ya sabía lo que era.

— Tú también me gustas. — confesó y la tailandesa la miró sin creer lo que escuchaba.

— No es cierto. — murmuró — Usted solo lo dice para no hacerme sentir mal, usted no... — pero todas sus palabras fueron interrumpidas con una simple acción.

JiSoo puso una de sus manos en la nuca de la tailandesa y la atrajo, juntando sus labios con los contrarios. Lalisa se sorprendió, pero al sentir que JiSoo no se alejaría le correspondió el beso.

Iba de forma delicada, transmitiendo las mil emociones que mantenían albergadas, con un toque de sabor a chocolate por lo que Lalisa se encontraba bebiendo y que de cierta forma lo hacía aún más especial.

Poco a poco se fueron alejando y JiSoo relamió sus labios viendo el rostros sonrojado de su contraria.

— Me gustas, Lalisa. Es en serio. — repitió y la tailandesa soltó una risita que hizo a JiSoo sonreír.

— No pensé que podría llegar a gustarte. — musitó y JiSoo acarició su mentón con el pulgar.

— Eres justo lo que me gusta. — dijo y volvió a juntar sus labios.

Todo parecía ir en la dirección correcta y tanto a Lalisa como a JiSoo les gustaba.

Todo parecía ir en la dirección correcta y tanto a Lalisa como a JiSoo les gustaba

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Fake Bad Girl [𝓛𝓲𝓢𝓸𝓸] •COMPLETAWhere stories live. Discover now