MORE BAD THAN GOOD

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Stiles y yo corríamos por el bosque rápidamente.

—Liv, por favor basta, ¿recuerdas que yo no tengo habilidades sobrenaturales? —dijo Stiles con la respiración acelerada.

—No podemos parar, tenemos que encontrar a Scott. —dije aun corriendo.

—Espera, Liv, ¿ves eso? —pregunto Stiles y me detuve.

—Una cueva. —dije alzando ambas cejas.

—Si, pero es una cueva de coyote. —dijo mirándome y entendí a lo que se refería.

—Tenemos que decirle a Scott, pero primero hay que encontrarlo. —dije y comencé a correr.

Corríamos rápidamente o en realidad yo corría arrastrando a Stiles y de la nada algo casi choca frente a mí. Stiles y yo soltamos un grito y luego otro grito familiar se escucho frente a nosotros. Era Scott.

—Creo que encontramos algo. —dijo Stiles.

—Yo también. —dijo Scott.

[...]

Caminábamos en dirección a la cueva que Stiles y yo vimos cuando buscábamos a Scott.

Los tres entramos cuidadosamente.

—Es una guarida de coyotes. —explico Stiles.

—Hombres coyote. —dijo Scott.

—O mujer. —dije mirándolo. —¿Ven esto? —dije tomando una chamarra que estaba en el suelo. —Es de Malia, es el mismo que utilizaba en la fotografía. —dije mirándolos,

Scott tomo un peluche del suelo y lo miro.

Un escalofrió recorrió mi espina dorsal,

—No deberíamos estar aquí. —dije al unisonó con Scott.

—¿A que se refieren? —pregunto Stiles mirándonos.

—Ella no volverá ahora. —dijo Scott.

—Acabamos de invadir su casa. No le gustara nuestro olor. —dije.

—Pues si no volverá aquí. ¿A dónde va a ir? —pregunto Stiles.

—No lo sé. —respondió Scott.

—¿Tu crees que puedas rastrearla? ¿Tienen su aroma? —pregunto Stiles mirándonos.

—No sé, puede ser. Soy mejor en esto cuando soy lobo. —dijo Scott con la mirada agachada. —Pero ahora me preocupa que, si lo hago, no pueda volver a la normalidad. —dijo mirándonos y Stiles y yo suspiramos.

—La puerta sigue abierta. —dije.

—Si no puedo encontrar a Derek, tendré que ayudarnos alguien más. —dijo Scott mirándonos. —Básicamente esta es la escena del crimen. Y no es mi especialidad la investigación.

—Pero de mi papá sí. —dijo Stiles con ilusión en sus ojos.

[...]

La policía había llegado y el Sheriff junto con otros oficiales analizaban el lugar detalladamente.

—¿Estas seguro de que era ella? —pregunto el Sheriff mirando a mi hermano.

—Vi sus ojos, y brillaban como los míos. —respondí Scott.

—Yo sentí que era ella. —añadí.

—Eso tiene sentido. —dijo Stiles.

—Pero no era Malia. Era un coyote de cuatro patas. —dijo el Sheriff.

THE NOGITSUNEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora