Ronroneo Alfa

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Narancia abrió sus ojos y despertó en una camilla de hospital, frente suyo se encontraba Fugo sentado en una silla leyendo un libro, y a un costado estaba un alto y delgado hombre de ascendencia lagomorfo, con hermosas orejas de conejo a juego con su cabello azabache azulado. Su apariencia imponía respeto, pero sus ojos denotaban dulzura y empatía.

—Veo que has despertado pequeño...

Subió la mirada para apreciar mejor a aquel encantador hombre, ahora entendía por qué Fugo hablaba maravillas de su maestro Buccellati.

—¿Por qué estoy en una cama?—preguntó Narancia  intrigado —¿Qué no solo venían por mis heridas?

—Tranquilo, tienes una severa desnutrición de la cual ahora estás siendo tratado

—Pero si ayer y hoy Fugo me dio de comer

—No se trata de eso, pero pronto te darán el alta y podrás regresar a casa con Fugo

—Gracias señor...

—Puedes llamarme Bruno Buccellati 

—Bueno, gracias Brunito

—De nada, ahora sólo descansa y obedece a las enfermeras

Fugo cerró con fuerza el libro y miró la escena, Buccellato jamás dejó que nadie le llame Brunito, ni siquiera su propia pareja. No podía creer que haya dejado pasar aquello a Narancia, realmente era alguien especial con noble corazón, y estaba feliz de que ahora su vida esté en buenas garras.

—¿Qué pasa Fugo?—Preguntó Narancia al sentir el libro—¿Te enojaste porque no te saludé?

Negó con la cabeza y dejó el libro sobre el asiento para acercarse a Narancia.

—Bien los dejaré a solas, debo regresar a dar las buenas noches a los cachorros y a cerrar el acta del día—Dijo Bruno con una sonrisa— Y Leone me debe estar esperando, los recogeré mañana cuando den de alta a Narancia 

—¡Ya es de noche! ¿Cuánto dormí?

—Te desmayaste luego de aceptar la ofrenda—Dijo Fugo tomando su mano—Pero ya estás a salvo y te están alimentando con suero

—¿No me pusieron una sonda?

—¿Una...? ¡NO!—Exclamó Fugo sonrojado—Sólo te curaron las heridas y estabilizaron tu presión sanguínea 

Buccellati sonrió y tras despedirse con su mano se retiró de la sala de hospital. Fugo suspiró y se sentó en la silla del costado a la camilla y acarició la mano de Narancia que permanecía conectada al suero.

—Me preocupé mucho, a pesar de que comprendo gran parte del funcionamiento biológico—Susurró nervioso— Sucumbí ante mis impulsos y pensé que perdería lo mejor que me ha pasado en la vida

—¿Qué cosa ibas a perder?

Frunció el ceño y apretó la mano de Narancia con suavidad mientras volteaba el rostro en señal de molestia. Luego de un momento el omega pudo comprender a qué se refería y rió tiernamente con sus mejillas sonrojadas.

—No me iba a morir tan fácil, menos ahora que tengo por qué luchar e intentarlo de nuevo 

—Narancia...

—Dices que te salvé de vivir solo encerrado en tu lógica, pero tú me salvaste la vida y ahora debo vivirla al máximo junto a ti

—¿Y qué te gustaría hacer saliendo del hospital?

—Quisiera comer una Pizza, de verdad deseo una

—¿Te gusta la Pizza Margarita?

—¡Es mi favorita! Me gusta mucho con...

Sweet Emotion ♡ FugoNara Omegaverse ΩDonde viven las historias. Descúbrelo ahora