Ojos de cachorro

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Fugo y Narancia caminaban juntos de la mano hacia la salida del hospital, era el día que a Fugo le quitaron los puntos de las mordeduras de la espalda y del brazo izquierdo. Narancia le acompañaba a cada curación o si no le hacía las que le dieron en casa, y aunque las heridas eran profundas y fueron bastantes, Fugo jamás se quejó de dolor ni tampoco se hizo problemas por quedar con alguna marca o cicatriz.

Pero Narancia seguía sintiendo culpa, trataba de evadir el tema o de fingir que todo estaba bien, pero su amado había sido brutalmente lastimado y aunque ganó dicha pelea, su cuerpo tuvo muchas consecuencias.

Salieron tomados de la mano y se sentaron en las bancas cercanas al estacionamiento para esperar un taxi e ir a casa, aún le quedaban días de reposo a Fugo en ambos empleos y Narancia por su parte al no tener contrato solo avisó la razón por la cual se ausentaría, y por supuesto que la secretaria del puerto no puso objeciones puesto que también se sentía un tanto responsable por lo ocurrido.

—Perdón Fugo...

—No te disculpes más, por favor—Interrumpió tomándolo del mentón— No hay nada que perdonar, es natural que las hormonas del omega reaccionen de esa forma por inseguridad, por eso fui tras de ti

—Pero...

—Y es natural que un alfa proteja a su pareja sobre todas las cosas—Depositó un beso en sus labios y prosiguió—Después de todo, en la naturaleza un alfa debe proteger a su omega y a sus cachorros ¿Me equivoco?

Narancia rió y le devolvió un beso, de a poco la culpa iba disminuyendo.

—Hablando de tus cachorros—Agregó Narancia— Ayer mientras dormías con la medicina fui a la academia por mis últimas notas y una curiosa bebita me preguntó por ti

—Son unos niños adorables, pero están tristes porque desde el próximo periodo ya no les daré clases

—Fugo, esos niños te quieren mucho, has cambiado su vida como cambiaste la mía—Narancia sonrió—¡Así que me voy a graduar de la prepa para ser maestro también!

—Tranquilo, primero la ceremonia, luego la secundaria—Fugo tomó sus manos—Luego preparatoria y la universidad antes de dar clases

—Ah, ser erudito es más difícil de lo que pensé—Narancia se cruzó de brazos—Mejor me convierto en aviador, o en bailarín de rap

—Aún me debes las clases de baile—Ronroneó besando su rostro—Con eso puedes ser maestro y bailarín a la vez

—Si pero primero tienes que curarte bien—Narancia se cruzó de brazos—¿O acaso no eres tú el que siempre me dice eso cuando llego lastimado de mis trabajos esporádicos?

Fugo lo miró con ojos de cachorro, imitando la mirada de ojos brillantes y grandes pupilas con las que siempre Narancia se salía con la suya.

¿Me va a funcionar ese método de chantaje adorable?

Fugo se lo preguntaba a sí mismo, recordando cada vez que Narancia lo miraba con ojos de cachorro y lograba obtener lo que quería. Las primeras veces le costaba resistir pero la lógica le ayudaba, poco a poco se fue enamorando perdidamente, por lo que resistirse no era opción y ceder a esa tierna mirada era todo lo que podía hacer.

En el viaje a casa, Fugo miraba por la ventana del taxi en silencio recordando todas las veces que Narancia lo manipuló con ojitos de cachorro mientras este tomaba su mano y sonreía al ver a su alfa apreciando el paisaje de la ciudad perdido en sus pensamientos.

La primera vez, poco después de que Narancia se instaló a vivir en su departamento y en el tiempo que dormían separados, el omega quería una pijama de gajos de naranja con gajos de naranja y un diseño de corazón en el trasero en la zona de la costura por donde se pone la cola del gato.

Sweet Emotion ♡ FugoNara Omegaverse ΩDonde viven las historias. Descúbrelo ahora