Narancia estaba por terminar el semestre, en tan solo mes y medio de estudios pudo aprender el equivalente a dos años escolares y si aprobaba su semestre llegaría al nivel de quinto de primaria. Eso le alegraba mucho, ya que a la vez trabajaba tarde por medio repartiendo pescados en bicicleta, aseando las tiendas de la zona portuaria o guardando las redes y boyas de los botes pequeños de pesca una vez que regresaban a tierra firme.
Fugo por su lado estaba estresado con su doble turno en el restaurante más clases a pequeños cada mañana. En sus días libres le enseñaba sus lecciones a Narancia, luego de esto platicaban un poco y después se iban cada uno a dormir a su lugar. Ya no había besos ni palabras cursis.
Odiaba admitirlo, pero deseaba tener una vida de pareja con Narancia, sentía que hasta el minuto solamente se llevaban como compañeros de piso unidos por una marca a conveniencia por protección.
Pero eso eran.
Desde que le dejó esa marca a través de una mordida ambos quedaron unidos por aquel vínculo, el cual se fortaleció gracias a la ofrenda que fue aceptada. Aún así, no llevaban una relación del tipo amorosa, o al menos no una convencional, pues aunque ambos sabían que se amaban, no solían demostrarlo ya sea por falta de tiempo en su estilo de vida o por miedo a incomodar al contrario.
Fugo no solía sentir deseos e impulsos, prefería dejarse llevar por la razón. Pero no era lógico que a la persona que consideraba su pareja jamás la bese ni acaricie. Sólo se limitaba a enseñarle unas cuantas lecciones escolares y a compartir una cena en conjunto.
Desde pequeño pensaba que si encontraba a su omega, lo respetaría y sería su compañero de vida, siendo libre de hacer lo que quiera ya que estaba casado con las ciencias y el amor era algo ficticio.
Pero ahora que estaba viviendo aquel estilo de vida no le gustaba para nada. Quería besar a Narancia a cada instante, sentir su aroma, lamer su cuerpo y tal vez, incluso llegar a aparearse siempre demostrándole que es lo más importante en su vida, y que merece cariño y protección, quería expresar su afecto físico sin dejar de valorarlo como individuo independiente y libre. Eso es algo imposible para un felino alfa cuya naturaleza es posesiva.
Narancia se despertó de su siesta y llevó un lápiz con su cuaderno hacia la cocina donde se encontraba Fugo leyendo un libro, intentando que su mente se centre en aquella lectura clásica y olvide los deseos e impulsos de besar a Narancia y llevarlo aún más allá.
—Fugo ¿Me puedes ayudar con éstas fracciones?—Preguntó acercándose lentamente—Es que cuando eran de un número si entendía, pero ahora tienen paréntesis y números chiquitos, no los entiendo
Bajó su lectura y se encontró con los ojos de Narancia agotados por el sueño, su cabello despeinado y su voz aún con pereza producto de la falta de sueño.
—¿Hoy trabajaste también?
—Si, trabajé un ratito limpiando las tiendas y me vine a estudiar lo que me falta por entregar
—Ya te enseñé aquello, ve a descansar por ahora
—Si, pero me enseñaste los números solos, no con sus cachorros arriba
Fugo se trapicó al oír aquello y comenzó a toser. Disimuló aquello golpeando el libro pesadamente contra la barra de la cocina y alzando la voz.
—¡SE LLAMAN POTENCIAS, IMBÉCIL!
Narancia bajó la mirada y abrió su cuaderno, revisaba los ejercicios y sabía que estaban erróneos, pero no hallaba el paso exacto en el cual había fallado.
—Bueno, tú eres más listo que yo, y de verdad quiero aprender a resolver esos números chiquitos, los paréntesis y las fracciones
—Siempre que estamos juntos me pides estudiar, No me molesta enseñarte pero...
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Sweet Emotion ♡ FugoNara Omegaverse Ω
FanfictionLas emociones pueden ser dulces feromonas cuando provienen del instinto, y aunque la lógica quiera dominar para preservar el autocontrol, la naturaleza y los sentimientos son inevitables, la tentación es un detonante. Desafío Omegaverse-Cat del mes...