Oh, jefe...

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Dos horas después…

Aún seguía en shock. ¿Íbamos a ir a Hawái? ¿Enserio? Hacía mucho que no salía de Londres, y si salía era por cuestión de querer salir del país unos días. Tan solo he viajado a sitios cercanos, como Irlanda, Francia, España e Dinamarca. Siempre estoy por Europa. Me fascina saber que viajaré en tierras Norteamericanas. Hawái. Una isla preciosa, con el mar cristalino y con unas vistas preciosas. Unas casas preciosas. Una hermosa isla.

Ya eran la una y Harry estaba en el sofá mirando la televisión, mientras revisaba los papeles que me dio Harry de la casa en Hawái.

Había pagado mucho, pero a él eso no le importa. Lo contrario que a mí, me da miedo que de repente estemos ahí y pase algo con el dinero. Él se lo tiene muy confiado, pero cuando pase algo… No será culpa mía.

Dejé los papeles en la mesa de la cocina, y caminé hasta Harry. Me senté a su lado, y me miró, sonrió y yo también. Le di un beso en la mejilla, y me tumbé en su regazo. Mirándolo hacia arriba. Agachó la cabeza y sonrió mirándome. Se acercó y me dio un beso en los labios.

-¿Feliz? –preguntó-.

-Desde que te conocí jefe –sonrió ante mis palabras y me dio otro beso-. Y quiero que se te quede en esa cabeza que siempre he sido feliz a tu lado. No lo dudes jamás Señor –rió al acordarse de que la primera vez que nos estábamos conociendo le llamaba Señor por educación-.

-Señor –dijo riendo y suspirando a la vez-. Me llamo Harry, Harry Styles señorita –reí y sonreí-. Ahora viene la parte donde nos besamos apasionadamente y hacemos el amor-.

-¿El amor? –Reí- Siempre decías sexo, por lo que yo me acuerdo “yo no hago el amor señorita Hunt, sólo lo hago cuando me enamoro. Esta vez, es sexo”. Eso es lo que dijiste –sonrió-.

-Tú misma lo has dicho. Sólo hago el amor cuando estoy enamorado. ¿Le encuentras sentido ahora Srta. Hunt?

-¿Así que estás enamorado, eh? –Levantó la cabeza, y siguió mirando la tele- ¡Harry! –Reí- Ahora no hagas ver que no hemos hablado de tus sentimientos.

-Olvídalo. No vamos a hacer el amor –dijo serio, conteniendo su sonrisa-.

-Pero yo…

-No. Ahora te quedas sin postre –reí-.

-Ni siquiera hemos comido –me miró-.

-Pues por eso. Que cuando comamos, no vas a tener postre –no aguantó sonreír y lo hizo por fin-.

-Imbécil.

-No hables así a tu jefe Srta. Hunt ¿o quiere que la despida o le diga a tu querido jefe del restaurante que deseas con ansias volver a ese infierno que no te gustaba? –Me tapé la boca como una niña pequeña-. Así me gusta.

-¡Estás volviendo a ser posesivo! –me sorprendí-

-Nunca he dejado de serlo –dijo con un tono pervertido-.

-Dios mío! El Harry Styles de la primera vez que conocí está volviendo –sonreí-.

-Nunca he dejado de ser el Harry Styles que conociste por primera vez Hunt –me levanté de su regazo y lo miré-.

-Eres todo un mentiroso –sonreí-.

-Lo verás así. Hace mucho que no estamos a solas, es por eso que me has visto cambiado. Pero sigo siendo el mismo, guapo, sexy del que te enamoraste por primera vez –se acercó a mí-. Y hace mucho que no tenemos “sexo” –se acercó tanto que me hizo tropezarme y quedar estirada en el sofá-. No sé cómo he aguantado tanto sin tener tentaciones de tocarte –puso un brazo a mi lado, para no caer sobre mí-. Estoy sin camiseta, te toca quitarte la tuya –dijo a mi oído mientras me daba besos por el cuello-.

-¿Vs a dominarme como lo hiciste la primera vez? –dejó de besarme y me miró-.

-Sí –dijo serio-. Y me gusta que te acuerdes de esa primera vez –sonrió y volvió a mi cuello-. ¿Te quieres quitarte ya esa camiseta?  O ¿acaso necesitas ayuda? –Estaba asombrada de este cambio de ambiente-.

-Prefiero que me ayudes –dije a su oreja-. Hace mucha calor aquí –se apartó y se levantó del sofá-.

Me extendió su mano y la cogí. Me llevó hasta nuestra habitación.

-Quiero que sea exactamente como la primera vez Srta. Hunt –cerró la puerta y me acorraló en ella-. ¿Qué te dije la primera vez? ¿Te acuerdas?

-Que me ibas a ayudar a quitarme la camiseta y los pantalones –sonrió-.

-Exacto –me ayudó a quitarme la camiseta y luego con los pantalones-. “No te pongas la parte de arriba” –dijo como la primera vez-.

Me cogió de la mano y se puso en el centro de la habitación. Se puso detrás de mí y me besaba por el cuello y por el hombro.

-“Sé que lo deseas tanto como a mí” –sonreí-. Vamos a cambiar un poco los detalles ¿te parece? –Susurró a mi oído-.

Me acarició el vientre. Él estaba recreado todo, pero con algunos detalles pequeños cambiados. Bajó directamente hasta mi V. Con una mano suya, llegó hasta mis labios, y me puso el dedo pulgar en la boca.

Me giré, él dándome permiso. Mientras nos besábamos, le bajaba los pantalones. Él caminó unos pasos hacia atrás y me tumbaba en la cama. Sonreí al verlo sonreír.

-Hemos cambiado todo, pero no pasa nada –dijo, mientras me daba besos por la barriga-. Este será mejor que el primero.

(Sé que esto queda mal en un capítulo, pero quería deciros que no he dado detalles en la escena de sexo, por que no me parecía apropiado, aun que en el de El Jefe de Rolls Royce daba detalle de  todo, lo siento).  

El día y la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora