Después de habernos ido de la oficina de Harry, nos dirigimos a casa.
Cuando ya llegamos, dejé el carro a un lado y vi que Alex dormía. No le quise coger ni molestarle, por que luego se pondría pesado y mejor no. Lo que sí hice fue quitarle el cinturón de seguridad y tirar hacia atrás donde dormía para que durmiera mejor.Dejé mi bolso en el colgador y saqué el móvil. Miré si tenía algún mensaje, mensajes no tenía pero una llamada perdida sí. Era de Connor, mi hermano, ya hace mucho que no lo veo.
Lo llamé y me contestó Diana ¿os acordáis? la hija de Connor y su mujer Miranda. Ahora supongo que Diana tiene unos 6 ¿años? No lo sé, pero más o menos entre 5 o 6.
-¿Hola? -pregunté- ¿Diana?
-¿Tita Caitlin? -sonreí-.
-Sí, soy yo -respondí-. ¿Cómo estás Didi?
-Bien -contestó ella- ¿y tú? -que mona-
-Genial -sonreí- ¿está el tonto de tu padre por ahí? -en cuanto le dije que era tonto empezó a reír-.
-Sí, te lo paso -dijo sin fuerzas-. ¡PAPA! -dijo chillando, se escuchaba como se movía- ¿quién es? -se oía- , tita -se escuchó un silencio-. ¿Caitlin?
-Ey, que pasa hermanito -bromeé-. He recibido una llamada perdida tuya, por eso te he vuelto a llamar.
-A sí, la llamada, se me olvidaba -dijo y miré a Alex por si estaba despierto, pero no-. Te iba a decir que Miranda, yo y Diana vamos a pasarnos por Londres... Y quería saber si te gustaría vernos, en fin, no nos vemos desde hace mucho y pensé que... -lo interrumpí-.
-Tú lo que quieres es ver a Alexander y decir a quién se parece más -dije y le escuché reír-. No, hablando enserio, sí, veniros. Sería estupendo que lo conocierais -sonreí-.
-Estupendo, estábamos pensando que ir mañana por la mañana y quedarnos 3 días por Londres en un hotel que hemos reservado cerca de donde vivís.
-¡Perfecto! Estoy deseando que veas a Alexander -sonreí-.
-¿Sabes cuidar a un crío? Vaya, pensé que tu y Harry ibais a ser unos padres patosos -comentó-.
-Ey! No seas así, me he informado cuando supe que estaba embarazada pedazo de cabeza nuez -rió
-Con la calma loro, que eres un loro.
-Estúpido.
-Idiota.
-Estúpido.
-¿Sólo sabes decir eso?
-No.
-Venga enana, nos vemos mañana -rió-. Seguiremos con estos insultos mañana.
-Adiós, y saludos a Miranda y a Diana -escuché un "ok" y colgó-.
Lo sé. Ya éramos bastante mayores para hacer estas cosas, pero siempre ha sido así y seguirá siendo así.
Colgué, y dejé el móvil encima de la encimera de la cocina. Miré a Alex, seguía durmiendo. Un poco de descanso. Puse el carrito al lado del sofá, y luego, me estiré en el sofá, con el carrito al lado. Cerré los ojos y me quedé dormida.
Escuche como Alex empezó a llorar y me desperté enseguida. Lo cogí y justo en ese momento Harry aparecía por la puerta. Eran las 12:50, la hora en el que Harry siempre venía. Pero al ser Viernes, él ya no volvía al trabajo, se quedaba en casa. ¿Y quién se queda a cargo de la oficina? Su gran compañero Sam. Sam era un amigo de la infancia de Harry y ellos dos fueron muy amigos, vamos, que son mejores amigos a parte de Jack. Se quedaban Sam y Patrick, el ayudante de Harry, su mano derecha, el chico que sustituyó a Jack.
Harry nos miró a mí y a Alex y sonrió sin mostrar los dientes y desapareciendo rápidamente. Dejó el maletín al lado del colgadero, y ahí mismo puso su americana. Se acercó a nosotros, y se desabrochó un poco la corbata. Se sentó a mi lado, exhausto y bufando.
Luego, me dio un beso en los labios y cogió a Alex.-Estás cansado, deberías ir a descansar
-Chorradas Hunt, vete al dormitorio y ve a dormir, tienes unas ojeras... -suspiró-.
-Aguantaré, ve tu a dormir.
-¿Enserio quieres discutir por quién va a ir a dormir y quién no? -sonrió-
-No, pero yo no voy a dormir -me levanté y me dirigí hacia la cocina-.
Le oí gruñir, y le vi a mi lado mientras buscaba algún pote de comida para Alex.
-Bien, pues yo le doy de comer -sonrió y asentí-.
-Por cierto, Connor vendrá mañana a visitarnos -él me miró-.
-Bien -sonrió-. ¿Por la mañana o por la tarde?
-Me ha dicho que vendrá por la mañana -abrí el pote-.
-Pero yo trabajo, no les podré ver -dijo mientras sentaba a Alex en el trono-.
-¿Y qué quieres que haga?
-Nada -contestó mientras le ponía el delantal-. Oye -me miró y poso sus manos en mis hombros-, estás estresada, lo sé, así que, intentemos no discutir ¿vale? -asentí, suspiró y me acercó a él, dándome un abrazo-. Te amo -dijo-.
-Y yo -me separé un poco de él y me puse un poco de puntillas y acercar mi rostro a él para darle un beso-.
-Bien -sonrió y se separó-, a ver pequeño monstruo que no deja dormir a mami -se sentó en la silla al lado del trono donde estaba Alex-. Es hora de comer. ¿Enserio es hora de comer? -me miró frunciendo un ceño y asentí sonriendo, le di el pote de comida y su cucharita de plástico-.
-¿Y tú jefe? ¿Qué quieres de comer?
-Me sorprende que aún me llames así, pero me gusta -dijo mientras le hacía el avión con la comida a Alex-. No sé, lo que te apetezca a ti -respondió a mi respuesta-.
-No tengo mucha hambre -me miró-.
-Ya empezamos... Que si que tienes hambre -rodé los ojos y sonreí-. No me vengas otra vez con que no tienes hambre mujer, siempre tienes hambre -reí-.
-Vale, vale... -dije- pues... ¿Una ensalada? -negó-
-Estoy harto de las ensaladas -dijo mientras le limpiaba a boca con el delantal a Alex-. ¿No hay un bistec o pechuga o algo de carne?
-Carnívoro -rió-, pues hay pechugas. Las puedo hacer a la plancha.
-Perfecto -dijo-.
Mientras Harry le daba de comer a Alex empecé a hacer la comida. Alex no se acabó el pote, Harry insistía a que me sentara y que él iba a hacer la comida, para que no se pusiera pesado acepté. Le di palmaditas a Alex como siempre para que eructase y así lo hizo.
Harry cocinaba bastante bien para no estar en casa la mayoría del tiempo.