Te amamos

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Cuando Alex empezó a llorar, tan sólo lo balanceé para que se calmara, y así lo hizo. Que bien. Me fui a la cocina, y miré el reloj que colgaba en el centro. 
Perfecto, era hora de darle leche a Alex. 

-Es hora de desayunar pequeño -le puse en una silla de niños pequeños y le puse su delantal-. ¿Quién es el más guapo de todo Londres? -dije mientras le ataba por detrás el pequeño y blanco delantal-. 

Le dejé una cuchara para que jugara con ella y lo mordiera todo el día. El médico me dijo que tal vez empezara a llorar de repente por los dientes, me dijo que era normal y que le comprara una cosa para que lo pudiera morder, pero aún no lo he hecho. 

Mientras Alex jugaba con la cuchara, le preparaba la leche mezclada con cereales en polvo. Al tenerlo preparado y a su punto, me senté en la silla que estaba a su lado, y le di de comer. 

-¿Cómo demonios puedes parecerte a tu padre? -dije frustrada- Parece que no seas mi hijo Alex, no tienes nada mío -empecé a decir riéndo-. ¿Qué podemos hacer esta tarde? -suspiré-. 

Estuve bastante rato quitando y poniendo el biberón para que Alex pudiera respirar. Pero se empezó a quejar y a no querer acabarlo. 

-Oh, vamos... ¡No me hagas esto! Te queda sólo un poquito Alex... -intenté ponerle de nuevo el biberón en la boca pero se apartaba y jugaba con la cuchara-. Está bien, no pasa nada, lo has hecho muy bien -sonreí-. ¿Te apetece ir a dar una vuelta por Londres pequeño? Mamá se aburre. 

Antes que nada, empecé a darle suaves golpes en la espalda para que se tirara un eructo, por que luego vomitaría lo que ha desayunado y eso no es nada agradable. Al escucharle dos eructos pequeños sonreí. Le quité el delantal y lo cogí en brazos. Nos fuimos arriba y lo cambié.

Le puse algo sencillo, unos pantalones cortos era Julio del 2016. Ya que Alex nació en Octubre del 2015, ya que yo supe que estaba embarazada en Febrero del '15, es entonces que cumple 1 año el 1 de Octubre, como su padre pero en Febrero.

Lo cogí en brazos y le di el chupete. Bajé y le puse en el carrito, salimos cerrando con seguridad la casa y fuimos a dar un paseo por el parque o por Londres. Hacía un día normal, es Inglaterra, así que aquí tampoco es que haga sol todo el verano, y eso bueno, una persona se acostumbra de ello. Pero raramente, hoy hacía calor.

Alex y yo paseamos por Londres y por los parques. Pasamos por el trabajo de Harry. ¿Y a quién no sabéis a quién me he encontrado? ¡Jack! Lo vi saliendo de su coche. Lo llamé por supuesto.

-Así que este es Alex -le acariciaba la mejilla, Alex lo miraba asustado-. Me alegro de verte Cai -me abrazó-.

-¿Qué haces aquí? ¿Cómo te va todo?

-Oí que Harry abría de nuevo su empresa y quería ver que tal iba. Es mi mejor amigo y una visita no le molestará -sonrió-.

-Dios, me alegro tanto de verte! Estás igual que siempre -él sonrió-.

-Tú tampoco has cambiado, sigues igual de guapa me atrevo a decir que estás preciosa Cai -sonreí tímida-. ¿Quieres subir conmigo? Me da vergüenza ver a todos y que me miren como si hubiese hecho algo mal -rió y asentí-.

Entramos en la empresa, la chica de la recepción me saludó. Le dije que si me podía guardar el carro, y así lo hizo. Cogí a Alex en brazos. Estaba muy tranquilo, estaba chupando su chupete y no lloraba.

-Se parece mucho a Harry ¿no?

-Sí. Es clavado a él, no le ha salido nada de mí...

-Mmmm -miró a Alex, éste lo miraba aún asustado-, sí, los labios... Las orejas y tal vez su forma de ser... Ojalá no seas tan duro y tan egoísta como Harry -reí-.

El día y la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora