2. Capítulo

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<<16 años después>>

Lan Jingyi miraba su té como si fuera lo más interesante del mundo, mientras que a su alrededor la gente chismeaba expectante

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Lan Jingyi miraba su té como si fuera lo más interesante del mundo, mientras que a su alrededor la gente chismeaba expectante. Todos a la espera de que él decidiera quitar el velo que cubría la parte inferior de su rostro.

Su hermana a su lado había insistido en quedarse en Gusu, pero no es como si dentro del receso de las nubes los chismes pararan. Jingyi le había insistido a Lan Wangji que los dejara ir con los demás discípulos a la cacería. Tenía la intención de decirle que ya no soportaba a los discípulos hablando de él a sus espaldas, sin embargo, su padre parecía saber el porqué, pues sin necesitar explicaciones le había dicho que se preparara junto a Lan Xian.

Ahora intentaban compartir una cena, pero con toda la posada fijándose en cada uno de sus movimientos no se animaba a comer. Incluso su padre estaba terminando su ración y él aun no tocaba bocado.

Un mesero se acercó a la mesa con la intención de retirarlos platos por segunda vez esa noche, pero el segundo jade volvió a negar con la cabeza. La comida en el plato de su hijo ya estaba fría y Lan Xian miraba a su hermano con preocupación. En unas pocas horas debían dirigirse con el resto de discípulos hacia la Mansión Mo e ir con el estómago vacío a una cacería que probablemente duraría toda la noche no era buena idea.

—A-Yi, ¿Quieres que subamos a la habitación y terminas de comer allá? —le preguntó su hermana.

—No, ya no tengo hambre —le dijo quedito, como si temiera que al hablar demasiado fuerte el velo se le moviera

—Jingyi —el nombrado alzo la vista de su plato, cuando su padre le habló— la noche será larga y solo estarán ustedes. Debes comer.

Pero antes de que pudiera volver a negar, en la entrada principal se escucharon ovaciones y nombres de viejas historias de anteguerra.

La familia Lan guio su mirada hacia el ruido y al ver que solo era la muchedumbre que se comenzaba a reunir entorno a un viejo cuentacuentos volvieron a centrarse en la mesa. Lo cual poco duró, ya que, una historia en particular los distrajo.

—¿Por qué no nos cuenta sobre la maldición que el Patriarca de Yiling le lanzo a su enemigo jurado? —preguntó un hombre del cual Jingyi no pudo ver el rostro.

Tras la pregunta toda la posada quedo en silencio y miro hacia la puerta, por donde el anciano entraba a paso lento. Caminó entre las mesas hacia el destartalado podio que había en la posada y una vez ubicado en su sitio habló:

—No creo que tenga mucho que aportar al tema —dijo acariciando su perilla —pero puedo contarles la historia completa si así lo desean—. Tras la afirmación de la multitud, él cuenta cuentos inició con la historia.

—Todos sabemos que Hanguang-Jun y el Patriarca de Yiling tuvieron diversos enfrentamientos durante la campaña Sunshot....

Jingyi de pronto deseo ser invisible o el hijo de una sirvienta, quizás si no fueran herederos o miembros de una familia prominente pasarían desapercibidos. En menos de un minuto la gente había pasado de mirarlo como una rara atracción a escuchar el porqué de su rareza y ahora más que nunca se siente desvanecer, sus mejillas se fueron tornando rosa poco a poco y su boca se secó en un instante.

La Maldición de las Almas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora