Mo XuanYu había dejado la estancia hace, aproximadamente según sus cálculos, tres horas. Sabía que el Jade lo buscaría en cuanto pudiera liberarse de su esposa, por lo que decidió, después de muchos intentos fallidos de traspasar la barrera espiritual que protegía Gusu Lan, recorrer el lugar en busca de un buen escondite.
Recordaba vagamente cuentos que su maestro le había contado en su niñez, casi todos eran sobre ese lugar o Lotus Pier, gracias a ello sabía que los tejados eran vigilados al caer la noche, que el toque de queda empezaba a las nueve y el mejor lugar para esconderse, si no tenías detrás a un Lan Wangji furioso por hacerte obedecer cada regla escrita en piedra, era la parte de atrás del receso casi llegando a la parte montañosa.
Su maestro le había contado que una vez junto a su hermano y Nie Huaisang se habían emborrachado y no llegaron a tiempo al toque de queda, provocando que descubrieran un maravillosos escondite entre los árboles. Bueno, quizás no tan maravilloso porque estuvieron subidos a estos durante siete horas, pero independiente de ello les había servido como refugio y eso era lo que Mo XuanYu buscaba.
Lo malo en todo el plan era que Lan Wangji lo buscaría y obviamente lo encontraría, debido a ello tendría que rotar cada cierto tiempo de árbol en árbol hasta que el hombre se hartara de perder el tiempo y terminara creyendo que encontró la forma de salir del lugar. Sí...era un plan malísimo, pero no tenía otra opción todas sus pertenencias habían quedado dentro de Jinshi y no planeaba regresar ni muerto.
Caminó por el sendero que guiaba hacia las montañas sin toparse con demasiadas personas, la mayoría de discípulos que se cruzaba lo miraban raro y se alejaban murmurando, aunque los chismes estuvieran prohibidos. Más allá de eso nadie le dijo que no podía estar en ese lugar ni le preguntaron que carajos hacia dentro de la secta, lo más probable era que lo hubieran visto entrar junto al Jade y el rumor se había propagado como una peste en un convento.
XuanYu se alejó de las construcciones tanto como pudo, una vez que dejó de escuchar las voces susurrantes de los discípulos se detuvo a admirar su alrededor, se encontraba en un pequeño claro muy bien cuidado y sin nadie en él, por lo que se adentró en el con confianza. Había varias flores silvestres a su alrededor y uno que otro comedero con algunas verduras sin comer, supuso rápidamente que algún animal debía de vivir allí y lo termino por confirmar al hallar pequeñas madrigueras repartidas por el lugar.
Los pequeños seres se encontraban masticando yerba detrás de un arbusto frondoso de flores amarillas, al sentir la presencia solitaria y espectral de Mo XuanYu salieron corriendo despavoridos en todas direcciones, algunos chillaron y dejaron un rastro de excremento mientras huían, otros saltaron entre las piernas del discípulo Wei y entraron a sus madrigueras, pero uno no se movió y siguió pastando como si nada. Era de un color grisáceo oscuro y sus ojos parecían dos aceitunas, su pelaje era brillante y comía con calma yerba con un poco de rocío.
—Ow, pero mira que pachoncito estas —Mo XuanYu se acercó al conejo y antes de que este pudiera darse el lujo de escapar lo agarró entre sus manos, sin embargo, al conejo poco parecía importarle que estuviera siendo elevado— que suerte la tuya de que estes aquí y no en ciudad Yi. Allá mis hermanos te hubieran hecho estofado —el chico sonrió tras el recuerdo y acarició la cabeza del pequeño animal, pero antes de pensar en que hacer con él, sintió pequeños y repetitivos golpes en sus tobillos. En el suelo había un conejo blanco y esponjoso que estaba dando su vida en una lucha con clara desventaja, estaba parado en sus patas traseras y con sus dos patas delanteras golpeaba sin descanso los tobillos y pantorrillas de Mo XuanYu.
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La Maldición de las Almas Gemelas
FanfictionWei Wuxian a muerto y Lan WangJi se a casado. De aquel matrimonio nacieron mellizos, un niño y una niña, ambos hermosos y saludables. Su nacimiento fue sin dolor ni llanto, los médicos lo aprobaron y todo fue de maravilla, hasta que la primera noche...