14 Capitulo

592 58 76
                                    

Sizhui siseo de dolor al sentir los dedos fríos de la curandera colocar ungüento en los raspones de tono burdeo que cubrían parte de sus espalda baja

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sizhui siseo de dolor al sentir los dedos fríos de la curandera colocar ungüento en los raspones de tono burdeo que cubrían parte de sus espalda baja. Él y sus hermanos se encontraban alrededor de un fuego ameno que les brindaba luz y calor, mientras su maestro se paseaba inquieto entre las tres curanderas del pueblo que habían venido en su ayuda, consultando sobre la gravedad de sus heridas y sus cuidados.

-Las heridas de sus discípulos no son graves, Maestro Wei, sin embargo, necesitan ser cuidadas para su pronta recuperación -le comunicó Wu Shui, la más antigua de las sanadoras- el golpe que más me acomplejaba era el de YiJie, caer de un tejado después de golpearse la columna no es algo que debería de tomarse a la ligera, pero esa niña siempre supo como recibir bien un golpe no me sorprende que el daño sea mínimo, en su cuerpo solo hay moretones, nada roto ni fuera de lugar -finalizó negando con la cabeza, para luego suspirar, volviendo a su labor en la espalda del Wei más joven.

-Sí... -estuvo de acuerdo el nigromante, mirando a su pupila con una sonrisa- es una chica fuerte.

Al oír la mención de su hermana en la conversación que mantenían sus mayores, este dirigió su mirada hacia ella, la cual, se encontraba con el ceño fruncido y la mandíbula apretada mientras que una sanadora mucho más joven trabajaba con manos hábiles en su espalda.

Uno de los motivos por el cual su hermana se encontraba tan reacia a recibir los cuidados era su madre, la mejor medico de Qishan Wen, pues desde muy pequeña Wen Ning le contaba las aventuras que él había tenido junto a su hermana, las grandes hazañas, las cosas domesticas que ella solía hacer, la vez que salvaron a su maestro junto a los Jiang, pero sobre todo le habló y enseño de medicina. A la corta edad de seis años ya sabía diferenciar y recolectar hierbas medicinales y a los diez ya podía crear un remedio a la perfección, por lo cual, no soportaba que alguien más tuviera que curarla como si no pudiera hacerlo ella misma.

¿Tenía que ver con orgullo? Posiblemente, pero Sizhui no iba a juzgarle, porqué si YiJie quisiera poner el mundo de cultivo de cabeza en ese mismo momento, él la acompañaría sin hacer preguntas, sin tratar de convencerla de lo contrario solo la acompañaría porque es su hermana y la quiere ver segura.

-Deberías de cambiar tu cara y agradecer que nunca han tenido que cocerte una herida- le habló Xue Yang, quien estaba en cuclillas a un lado de la hoguera vigilando que el conejo se cocinara adecuadamente- además esa expresión te hace ver fea.

-Fea tu puta madre, pedazo de...
-¡Vocabulario! -le regañó Wei Wuxian, quien acababa de tomar el lugar de la curandera que se encargaba de la espalda de la chica para que no se sintiera tan incomoda- y tú vigila la cena -le habló a Xue Yang al verlo reírse del regañó de su hermana.

El mencionado borro su sonrisa y saco la carne del fuego depositándolo en un platillo de paja que contenía bollos de verdura humeantes.

-Eso se ve bien -comentó Sizhui, volviendo a colocarse la túnica una vez acabadas sus curaciones.

La Maldición de las Almas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora