La estrella que no pudo ser encontrada

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Dedicado a Ev_BLc06, sin ti, este especial no sería posible. Te debo mucho.

No suelo escribir notas en los capítulos, pero este especial lo amerita. Espero que les guste, no se olviden de comentar y votar. Compártanlo con sus amiguix si les gusta. 💖

Ahora sí, enjoy!

🦋

Mis pensamientos fluyen por la habitación, y sabiendo que se trata del mismo sueño desde hace unos años, lo arranco de mi mente como una cana estorbando en el paso. Mi subconsciente decide enfocarse en algo peor; juzgarme frente al espejo por haber perdido un poco la figura y porque tardé treinta minutos en la ducha.

Con solo mis pantalones puestos y la respiración agitada, detengo el rumbo de esas ideas y abro la mini ventana de mi cuarto; lo poco que veo es la librería mística a la que nunca he entrado, aunque siempre he tenido ganas de hacerlo.

Me vuelvo a vestir con más calma y sin pensamientos oscuros, cuando un grito proveniente de la cocina —claramente de Pablo, por la agudeza del mismo— me hace saltar y atorarme con el cuello de la playera. La risa no consiguió adueñarse de mí, ni al abrir la puerta y encontrarlo en el piso, con mi mandil de ositos y el trapeador recargado en su brazo.

—¿Quién es tan importante que te hizo limpiar? —Una parte mía quiso reír, pero él se ponía irritable cuando algo le salía mal. Terminé tendiéndole una mano para levantarse del piso mal trapeado.

Suspiré, con la resignación de hacerlo yo antes de irme a la facultad.

—Me ofrecí en hacer una fiesta de cumpleaños para alguien del trabajo... No sabía que limpiar era tan agotador.

—Debe agradarte mucho para olvidarte de tu festividad favorita —Me sorprendía mucho, él siempre seguía el ritual de tener citas a ciegas en San Valentín, tal vez ya había olvidado su romance con ese profesor de pintura y no necesitaba llenar su vacío con personas que resultaban poco estables emocionalmente.

—Uno también puede conseguir pareja en fiestas de cumpleaños —Dicho esto, me lanzó una sonrisa llena de complicidad—, eso te incluye a ti también, puedo presentarte a alguien que es realmente un encanto.

—Pablo, no empieces...

—¿Qué? No eres ningún monje, Rob —Comenzó a enlistar las cualidades de la pobre chica que quería emparejar conmigo; una verdadera lastima que yo ya me hallaba de vuelta en mi habitación.

Dos veces fallidas me enseñaron a esperar, aún si eso significaba limitarme cuando mi corazón se agitaba. Él sabía que todo ese tema de las citas me incomodaba, por eso decidimos pactar un silencio cuando se tratara de nuestra situación romántica.

Antes me buscaban por mi físico, ¿ahora qué podía ofrecer?

No sé usar el sarcasmo, nunca maldigo y cuando me pongo nervioso no dejo de hablar de mariposas para llenar el silencio. Dudo mucho que su amiga quisiera pasar su fiesta de cumpleaños con un incómodo chico que evidentemente tiene que ir de nuevo a terapia.

Estando acostado en la alfombra del suelo de mi cuarto, logré sacar con dificultad el celular de mi pantalón trasero para hacer una cita con Marleen.

Ya es demasiado con dos ataques de ansiedad ocurridos en la misma semana.

«Toc, Toc»

—Perdón, no quise ser más entrometido que de costumbre —Pude sentirlo deslizándose por la puerta y recargarse en ella—. Solo quiero verte más suelto, más feliz.

Las estrellas que me detuve a mirarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora