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Dedicado a DanManriquez13 ; ya no nos debemos nada, pero agradezco que por ti seguí escribiendo esto.

Por si alguna vez quieres leerlo, lo dejo aquí.

I.

"El reflejo estará empañado ahora, pero siempre has sido y serás una gran mujer... Que lo sepas, desde aquí y en cualquier otra realidad te amaría igual".

Una serie de palabras que se quedó deambulando en su mente desde el sábado en la mañana que despertó. Por si las dudas, lo escribió en las notas de su celular. No recordaba la persona que le dedicó tal conjunto de ideas románticas, sin embargo, bastó para lograr reconfortarla a mil niveles diferentes. La idea de ser amada por medio de los sueños la conmovía por una extraña razón.

Lo demás de su sábado fue memorizar las líneas del guión de Alexa y ayudar a pintar la escenografía con Raúl, mientras Pablo se encargaba de las máscaras con su gran variedad de pinceles.

Al final del día, todos se fueron a casa satisfechos, e incluso Alexa se ofreció a llevarla a casa —probablemente inclinada por la idea de sacar más chisme de lo que iría a hacer con el pelirrojo—. Aún, horas antes de su cita, podía recordar las palabras de su amiga.

—Sabes que si van al cine involucra toqueteo, ¿no?

—¡Alexa! —No lo tenía en mente y esperaba que Daniel tampoco—. No me metas esas ideas en la cabeza...

—Pues no solo te van a meter ideas mañana...

—Ay no, basta contigo —se adelantó, con pasos presurosos.

—Vamos, Carla... Fue una bromita.

—No quiero que vaya tan rápido, me da pánico que malinterprete todo esto, como David —Por la presión y las mentiras fue que su exnovio ya mencionado la lastimó tanto, que ella se se aprovechó para salir del juego por simple cobardía.

—Mira, no puedes ir por la vida temiendo por ellos. Dale una oportunidad a esto, sabes que todo se puede hablar.

Y con esas palabras cayó en cuenta de los hechos siguientes...

Todo su camino se echó para atrás gracias a ella, por su falta de honestidad y continuamente regresaba a ser esa niña pequeña memorizando el manual de incendios en cada baño de las gasolineras de paso. Su nuevo comienzo no valdría nada, si ella daba tantos pasos agarrada de la mano del arrepentimiento.

Lo que tendría que hacer es dejarse de tantas malas ideas y empezar a enfocarse en lo que importaba; planchar su cabello, ya que seguía con la toalla enredada en su cuerpo, recostada viendo las arrugas de su vestuario pendiente por planchar sobre la cama destendida.

—Así no vas a estar lista nunca para ver a ese muchacho...

—Estoy nerviosa —se admitió a sí misma y a su mamá, que le sacó la verdad la noche que llegó de la pijamada—. ¿Me ayudas con mi cabello?

La mujer mayor caminó por su cuarto, deteniéndose en específico por ese palazzo de terciopelo rojo que cosió para su hija hacía unos meses. Carla tenía muchos complejos con sus caderas y por eso no se lo puso en un inicio.

—Pensé que no te había gustado —Un nudo se hospedó temporalmente en la garganta de Alicia, impidiendo su capacidad del habla.

—Es que hoy tengo un poquito más de confianza

«Igual ya sabías que a tu mamá le duele cuando dejas a un lado sus sentimientos y no aprecias lo que ella diseña para ti. Lo ignoraste por tus inseguridades», se castigó, conocía demasiado bien a su madre.

Las estrellas que me detuve a mirarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora