XXVII

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Aquel par de jóvenes enamorados no paraba de decirse cuanto se amaban el uno al otro, después de varios días sin verse por fin lo habían hecho, ambos jóvenes estaban recostados debajo de la sombra de un frondoso árbol, cerca de las tierras del padre de Camille.


-¿Crees en la reencarnación Cami?-. Joshua le preguntó, mientras con cautela entrelazaba sus dedos.


La chica se lo pensó por un momento y luego negó con la cabeza.


-¿Tú sí?-. Ella le respondió con una nueva pregunta.


Joshua suspiro y cerró los ojos.


-Tu me hiciste creer en todas esas chorradas-. Se encogió de hombros y rasco su nuca. -Es como si te dijese que creo en el cielo y el infierno. Todos sabemos que existe pero algunos necesitamos una prueba para creerlo, en este caso mi mayor prueba fuiste tu-. Joshua beso la punta de la nariz de la chica y la envolvió en brazos.


-¿Yo soy una prueba?-. Pregunto dudosa.


Joshua asintió.


La chica se movió de su lugar y busco los ojos de su amado. No entendía nada de lo que estaba diciendo y quería una explicación.


-Fuiste tu la culpable de todo esto-. El tomo el cabello de la chica entre sus dedos y lo acarició con suavidad.


Ella se encogió de hombros.


-¿Cómo puedo amar a algo que siempre he odiado?-. El joven explicó.-Toda mi vida he odiado a las mujeres, siempre las he usado para lo que sirven, que es producir dinero. Para tener una buena noche de sexo y luego simplemente botarlas; pero luego llegas tú y pones todo mi mundo de cabeza, que lo único que hago ahora es adorarte.


-Ah-. La chica respondió.


-Estoy seguro que mataría por amor a ti-.


-Yo nunca pediría eso-. La chica respondió espantada.


Joshua soltó una carcajada.


-Mi vida, amas a uno de los mafiosos más peligrosos del extranjero-. Se encogió de hombros y la besó. -Llegara el día en que vas a desear que asesiné, en el mundo tengo infinidad de enemigos.


-¿Por qué no lo dejas Josh?-. Dijo.-¿Por qué no eliges el camino del bien?


Como si aquello fuese tan fácil.


Joshua río con amargura.


-Esto es lo que soy Camille-. Joshua relamió sus labios.-Por ti es que eh cambiado, o dime ¿Acaso es normal que cuide así de ti? Es una obra buena, créeme tú nunca te casarás con Lucas, es más fácil que tenga su cabeza como adorno en la sala de mi casa a que sea tu esposo.


Camille tembló.


-¿Y si todo sale mal?-. A Camille le tembló la voz-. ¿Prometes buscarme en el infierno?


Joshua río.


-Mi Camille.- El acercó su rostro al de ella.-Siempre te buscaré, en cada una de nuestras vidas siempre te encontraré.


Y sello su promesa con un beso, un beso lleno de amor y adoración.



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La madrugada estaba siendo demasiado fría, y más para Daniel. Quien se removía entre las sábanas, su rostro estaba cubierto de sudor y de sus ojos no paraban de correr las lágrimas.

Amor Ilegal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora