CAPÍTULO 28

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Alexandra

Mi estado emocional se compone en siete letras. Furiosa. Llevo tres días sin comer, solo bebiendo la poca agua de la botella que me dejo, tengo mucha hambre. Ya me he desmayado dos veces por falta de alimento, no tengo mi teléfono porque fui demasiado imbécil en dejarlo en la entrada cuando llegué.

Si no fuera mujer lobo ya estaría muerta por débil, pero me vengaré, prometo joderlo de todas las maneras posibles.

Estos tres días los he pasado en silencio, al momento que me encerró di unas horas de golpes a la puerta, pero después me detuve, me quedare en silencio, tal vez con eso se asuste y abra la puerta y pueda escapar.



Danton

No sé si preocuparme ya van tres días, tres putos días en los cuales no habla, no grita, no se queja, sé que está viva porque puedo oler su aroma. No le pienso abrir ya que ella todavía no ha aprendido su lección. Pero no he dejado de sentirme demasiado incómodo en mi despacho, solo quiero que sienta lo que sentí, el dolor.

<<Matt>>

•Danton, ¿crees que ella estará bien?, digo, porque tú y yo sabemos que no soy nada de doblegarme, pero es nuestra mate, ¿y si nos las cagamos encerrándola? Creo que...

• ¿Te doblegaras?

•No.



Rosita

El ver de nuevo a mi hermana fue muy agradable, ya han pasado seis días y no has venido a recogerme de vuelta nadie de la manada capital y más extraño es que Danton no me haya intentado contactar, ni llamar.

—No crees que a muy extraño que un hombre como el alpha de alphas te deje ir, o sea lo digo porque siempre ha estado contigo y te aprecia — le mira preocupada —dime hermana, ¿acaso tienes algo que contarme? ¿estas enferman de gravedad?

—Claro que no, estoy perfecta, Lorena, no armes una tragedia donde no la hay, pero si me parece extraño que mi niño me dejara tiempo libre —me lleve la taza de café a los labios y bebi —, pero creo que es momento de regresar por mi cuenta, tengo un mal presentimiento.


Alexandra

Ya van seis días, me acosté en la cama para retener fuerzas, esas mismas que voy a usar cuando lo vea, le voy a propiciar tal patada que gritara como una nena desconsolada en un parque porque un niño le tumbó su paleta, pero la diferencia es que yo le voy a tumbar las bolas de un golpe. Con lo poco que me quedaba de fuerza decidí levantarme y caminar por primera vez hacia la puerta a gritar, tal vez con este grito si se apiade y me abra.

Bebí mi último sorbo de agua, ya estaba decidida, me levanté y me dirigí a la puerta cuando esta se abrió de repente, creo que no hubo necesidad de gastar mis pocos alientos.



Danton

Estoy meramente preocupado y no solo porque ella no haya dicho ni una sola palabra, sino porque no ha comido nada, creo que me he pasado. Este estúpido castigo es más para mí que para ella, creo que fue mala idea dejarla encerrada. Mis pensamientos fueron interrumpiendo porque alguien abrió la puerta de mi despacho.

—Mi niño, hola —dice Rosita entrando a mi despacho.

—Nana, creí que querías compartir más tiempo con tu hermana —mierda, si se entera de lo que hice se va a enojar.

—Sí, mi niño, pero tú me necesitas— me miró interrogante— ¿o no?

—Siempre Nana —le digo, pero de repente se cruza de brazos y levanta una ceja

—Danton Thiago Black ahora mismo me dices que está pasando —no tuve necesidad de decir nada porque ya se estaba enojando.

—To... —se me traba la voz —. Todo está bien —¿a mi cuando carajos se me ha trabado la voz? Gruño en mi interior por eso.

—Mi niño, yo no me como el cuento de que todo está bien, además titubeaste y tú solamente lo hacías cuando me escondías algo de pequeño, sea mentira o desastre. Así que ves contándome que hiciste... espera, ¿dónde está Alexandra?

—Nana, ella...

—¿Dónde está? —me dice con un tono un poco desesperado.

—Esta encerrada en el último cuarto del pasillo de abajo al fondo...

—A la derecha, lo sé. Dime que ha comido algo —no le respondo y su cara de tragedia aumenta.

—No... —es lo único que le digo y ella se acerca a mi furiosa y me abofetea. La única aparte de mi familia que permito que me levante la mano.

—Danton, me da vergüenza que le hayas hecho esto a ella y más siendo tu propio mate. Ahora mismo vamos a abrir esa puerta y no quiero peros ni excusas baratas —dice con los ojos aguados.

Camine detrás de nana. La verdad que estaba muy enojada con mis acciones. Estaba muy furioso con Alexandra y para ser verdad yo no soy nada piadoso con nadie y ella me saco de quicio, creo que ver a mi Nana decepcionada hace que la culpabilidad me afecte más. Llegamos a la puerta, la abrimos con la llámeme y de esta se dejó ver una Alexandra pálida caminando hasta la puerta.



Alexandra

Se abrió la puerta dejándome ver a Rosita y a Danton, iba a acercarme a él pera pegarle de una buena vez, pero una gran toz me invadió y me hizo cansar hasta desmayar; me ataparon unos brazos antes de caer al suelo, unos brazos que me queman de la rabia.


****

Me desperté y estaba en la habitación que compartía con Danton. Y ahí lo vi estaba de frente a la cama en el sillón, ese mismo sillón donde lo vi por primera vez. Cuando noto que estaba despierta se levantó para acercarse a mí, pero antes de que lo hiciera me levanté de la cama y cuando lo tenía Justo al frente de mi le propició una patada en las bolas.

Lo vi caer de rodillas al piso y aproveché su postura para darle un buen puñetazo en la cara; esto no lo manda al suelo, pero le di tan fuerte que su cabeza giró hacia un lado.

—Te entiendo —dice colocándose una mano en la mandíbula mientras con la otra sostenía su entrepierna —, no comiste nada y estabas encerrada, me lo merezco.

—Sí, ¿sabes qué? jodete, me valen tus disculpas.

Veo como la puerta se abre y da paso a entrar a Rosita con una empleada más que tiene una bandeja en la mano, al verme despierta lo que hace es sonreírme con los ojos iluminados.

—¡Mii niña despertaste!, te he traído el desayuno —ignora por completo a Danton y se acerca a mí, la empleada que la acompaña deja la bandeja en la cama, Rosita comienza a acariciar mi cabello mientras me abraza, pero derrape de si sonrisa se paga y mira a Danton de rodillas en el piso —, no me importa si piensas quejarte de eso, pero he contratado a más gente para que se ocupe de este lugar —Rosita me toma de la mano y me guía a la cama para poder devorar lo que me ha traído.

— Gracias Rosita, en estos momentos necesito comida como para un ejército.

—Solo pídeme lo que quieras y te lo haré subir o puedes ir a la cocina y el nuevo personal te atenderá —la veo con los ojos aguados —También te quería pedir disculpas, pero yo no sabía nada y tampoco estaba en casa.

—tranquila Rosita yo nunca me enojaría contigo —le doy un abrazo de lado y comienzo a devorar el desayuno. Noto como Rosita se queda mirando mal a Danton que ya está de pie.

—Y tú, sal ahora mismo de esta habitación —le dice exigente.

Nana, ella es... —le dice, pero ella lo interrumpe.

—No quiero ni una queja Danton, Sal ahora —le dice y él con la mirada seria me da una última ojeada para luego salir de la habitación.

Vi cómo se fue de la habitación y yo sentía como mis fuerzas poco a poco se iban recuperando. En lo único que puedo pensar, son en las mil maneras en las que se puede golpear a un alpha de alphas.

MI ALPHA TIRANO [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora