CAPÍTULO 33

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Alexandra

—¿Es un está bien te voy a perdonar? ¿o un está bien vete al carajo? —me miró a los ojos, tenía un brillo de esperanza.

—Eres un idiota, pero te voy a dar la oportunidad de tu vida —le sonreí.

—Entonces soy el hombre más complacido de toda la historia.

—Amm, tengo que preguntarte una cosa y quiero que seas sincero —lo mire dudosa —, y no indagues en mi mente déjalo como una pregunta sorpresa para mañana, solo espero que me respondas con la sinceridad más grande del mundo.

—Está bien, vamos a dormir.

Fuimos directo a la cama y nos acomodamos. Tengo que aportar que Danton tiene un gran sentido de abstinencia del que yo misma no podía imaginar, es increíble como se resistió, cualquier animal me hubiese violado con tanta provocación. Reconozco que a pesar de ser tirano tiene compostura.

Aunque a veces me siento mal por él, le toque como pareja cosa que parece un castigo de la diosa luna, imagino que esperaba otra cosa cuando me conoció, digo, es claro que mi edad es algo que lo habrá sorprendido a sobremanera.

Espero que las cosas mejoren y que no entremos en más disputas, aunque creo que eso será casi imposible.


*****

Esta mañana al despertar me estire con libertad y eso solo significaba que Danton ya se había levantado, el día de hoy es un gran día ya que regresa Rosita y los demás, todo regresa a su curso. No soy una excelente cocinera, es más podría decir que lo único que hago bien es sacar el pollo de la nevera para que se descongele.

No sé si se enojara a sobremanera cuando le pregunte acerca de una mate muerta, pero de todas formas lo hare, no tengo ni idea de su pasado, solo que ha cometido atrocidades inimaginables, ahora que lo pienso nunca le he preguntado por sus padres, sé de Annie porque la conocí, no le tengo Afán a verlos porque siento qué tal vez no les agradaré por mi edad. Bueno solo queda idear las preguntas que le haré.

Al terminar de bajar las escaleras escucho como la puerta principal es abierta dándole paso a Rosita, cuando esta me vi o sonrió y corrí hasta ella para abrazarla.

—Mi niña, hola —nos despegamos del abrazo —, dime que te vengaste con tus supuestas bromitas y que mi niño no llego a los mismos extremos de la última vez porque si es así...

—Digamos que nos arreglamos de una forma dramática.

— mi niña, te extrañe, ¿Me extrañaste? —la abrace de nuevo, luego la mire.

—Claro que te extrañe nana, haces mucha falta en esta casa.

—Sabes, desde que estas aquí esta casa a tenido más luz y diversión —ríe de nuevo —, le vas a sacar canas verdes a mi niño Danton— esta vez reí yo. Iba a responder, pero llego una empleada del servicio y me llama.

—Luna, el alpha Danton la está esperando en el jardín para desayunar.

—Voy para allá, Nanita, ¿me quieres acompañar al jardín para que saludes a tu niño? —niño de más de doscientos años.

—No, tranquila, lo vere después —me miró con cara de orgullo —, además que está casa sin mí no es nada, tengo que poner orden en la cocina y organizar a los nuevos del personal.

Camino hacia el patio trasero y cuando lo veo me acerco hasta quedar detrás de él, le tapé los ojos, no sé porque lo hago y le dije:

—No sé por qué hago esto si ya sabes quién soy —escucho su carcajada, tan sexy y grabes.

MI ALPHA TIRANO [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora