CAPÍTULO 24

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Alexandra

Annie me contó las grandes locuras que cometió en la guerra mientras el día que caí desmayada y el día siguiente después de eso, según lo que me contó se volvió loco de rabia, comenzó a partir cuellos y a sacar cabezas de cuerpos de vampiros a diestra y siniestra, me contó que todos se le amontonaban y él seguía luchando, está loco, tenía una herida de intento de desprendimiento al corazón y seguía matando como un psicópata enloquecido y poseído.

La única forma en que se pudo detener fue en el momento que se le encimaron más de ocho al mismo tiempo y le dieron un golpe al pecho, según lo que me contaron tuvieron que correr por él ya que lo estaban dañando.

Según lo que me contó Rosita está mucho peor que como lo encontré, tenía múltiples arañazos profundos, moretones gigantes y múltiples cortaduras, costillas rotas y para terminar un brazo lesionado.

Cuando Rosita me contó todo casi me iba hacia atrás y admire más su forma de sanar más rápido que un lobo común, desgraciadamente su debilidad fue el corazón dañado por un vampiro viejo.

Me siento extraña cada que estoy con él, después de haberlo cuidado por tantos días me apegue un poco, solo un poco... quiero creer que es solo un poco.

—Alexandra, ¿estás bien? te veo distraída —Danton se me quería acercar, pero negué con la cabeza y alcé mis manos para que no se acercara más.

—No me pasa nada —le digo con cara de póker —, lo normal, no me caes bien.

O bueno, intento convencerme de eso ahora. Mierda ya no pienses frente a él.

Me marcho de la cocina abandonado la manzana que devoraba a mordiscos mientras trataba de ignorar la precedía de Danton.

En el camino como un golpe mental me llegó al pensamiento aquella chica de las fotos que se supone que es la mate muerta de Danton, no sé por qué murió, pero tengo curiosidad, tal vez le pregunté, pero creo que sea por ahora ya que, dudo que me de respuestas.

Entro al baño para darme una buena ducha después de todo este gran mierdero, Annie me dijo que antes de que Aron y Flor desaparecieran dejaron en claro que los vampiros no podían pisar nuestros terrenos por un mínimo de siete años y cuando regresen se creará un tipo de tratado entre nosotros para evitar otro problema futuro.

Me despojo de la ropa al entrar al baño, entro a la ducha para después soltar un gran suspiro e intentar relajarme.

—No quiero que me ignores —gruñe —, me vas a decir que es lo que te pasa y por qué me ignoras.

Esta completamente loco, ¿Cómo se le ocurre entrar al baño así de la nada? Me cubro el cuerpo como puedo con mis manos, pero estoy segura que ya me vio hasta el alma. No le respondí nada.

—Quiero que me respondas ya, y mírame cuando te hablo —me dice haciendo que me tense y me gire a mirarlo de frente, quite mis manos de las partes que me cubrían y le di una mirada retadora.

—Tú no vas a volver a entrar así aquí como un puto maniaco —le dije con firmeza y él no pudo evitar recorrer mi cuerpo con sus ojos logrando que volteé los míos.

—Quiero saber si esto va a continuar así, te quiero a mi lado, quiero que estes conmigo y aprender a convivir juntos, pero tú te empeñas en apartarte sin darme ninguna oportunidad, me pones de los nervios tu rechazo...

—Eres un tirano, posesivo y hasta luces como antipático —le dice señalándolo con mi dedo juzgador.

—¿Qué me preocupe por ti es estar posesivo? que intente hacer que no te maten ¿es estar posesivo? entiende que me sacas de quicio, pero sabes también que te amo, Alexandra te amo, me perteneces y quiero saber de una maldita vez ¿por qué no me quieres hablar?

No quiero confesar nada y tampoco quiero pensar en lo que ronda por mi cabeza, maldita sea ¿Por qué tiene que leer mentes? Miro su rostro y sigue esperando respuestas, mirándome como si estuviera hablando con una loca de manicomio.

Mierda no ahora, creo que entrare en pánico de risa nerviosa. Y como lo dije comencé a reír como me ve; como una loca.

—¿De qué te ríes? —ignore su comentario mientras solo veía su rostro más enojado que calmado,

Hasta que recordé que no llevaba nada encima. Me incorpore y le regale una cara de póker.

—¿Qué carajos haces todavía aquí? ¿no ves que estoy en mala presentación visual? —me cruce de brazos, pero no me tape por ningún lado.

Ahora el desgraciado era quien se reía, lo mire mal y las ganas de pegarle se elevaron.

—Acuérdate que esta es nuestra habitación —menciono tranquilo. Mierda, error mío fue entrar aquí en vez de la otra habitación.

—Pero creo que tengo derecho a la privacidad —me queje entonando fastidio a lo produjo un suspiro de él.

—Me iré, pero tenemos una conversación pendiente tú y yo.

Solté el aire de los pulmones que no tenía ni idea que estaba contenido, mierda, este tipo no me puede estar comenzando a gustar, despierta Alexa, él es diferente a ti, tú quieres estar soltera por mucho tiempo, él es un tirano de mierda y tu alguien muy buena para él. Pero el solo recordar su rostro dormido, sus facciones relajadas sin su ceño fruncido casi las veinticuatro siete —muerdo mi labio inferior y sacudo mi cabeza —el solo recordar que me dijo que me amaba me pone la piel de chinita, no he visto su lado tierno o cariñoso todavía, solo he visto su lado perverso y lo sucias que pueden ser sus palabras, todo porque yo no he dejado que lo demuestre.

Y no sé si darle esa oportunidad.

MI ALPHA TIRANO [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora