1. Sobrevivimos

3.7K 198 27
                                    

Sasuke

—¡¿Naruto?!

Me forcé a creer que había caído inconsciente por la cantidad exorbitante de chakra que usó en la batalla, una que mi cuerpo jamás podría crear. Nunca había presenciado semejante poder y venía de él, aún tenía el hábito de mantenerme admirado por su fuerza inquebrantable.

Pero, ¿por qué no respondía a mi llamado?

Me arrodillé a su lado para darme cuenta al instante que no estaba respirando.

—¡Naruto! ¡Déjate de bromas!

Boruto vio mi desesperación y mi estado vulnerable empezó a tener efecto en su hijo, no hacía falta adivinarlo cuando las lágrimas se empezaron a asomar en mis ojos, no podía aceptar que lo cargaría en mis brazos para observarlo morir. Era el Hokage, el héroe de Konoha, ese no podía ser su final. Lo sostuve sobre mi muslo y acaricié su rostro, susurrándole que saliera de ese sueño, porque él no podía abandonar este mundo.

Mi mundo es él.

—¡Papá! ¡Por favor!

Las súplicas de Boruto y Kawaki calaron en lo más profundo de mi alma cuando la imagen de Naruto muerto se convertía en realidad, pero me negaba a que ese fuera el final de mi mejor y único amigo que le había dado sentido a mi existencia. Si alguien tenía que morir era yo, porque qué demonios sería de mí sin él.

Contuve el impulso de quebrar en llanto, odiando que Boruto me picara con su mirada a la expectativa, sin poder admitir la pérdida de su padre, porque yo ya no podía percibir su chakra y por eso estaba sumido en la misma desesperación que su hijo.

Usuratonkachi, por favor, no me hagas esto—. Incliné mi rostro al suyo, más de lo que me hubiera atrevido, tenía que escuchar mis súplicas de que lo necesitaba vivo—. No me dejes...

Mi último destello de esperanza estuvo por apagarse cuando de pronto, percibí el cuerpo de Naruto reanimarse. Alzó su mano como si tratara de alcanzar algo, pero yo me aferré a ella porque me negaba a soltarlo. Busqué su mirada y sus párpados comenzaron a abrirse, dejándose ver el brillo de sus ojos que no eran más que lágrimas escurriendo sobre sus mejillas. Y no pude evitar jadear el aire que había retenido ante el consuelo de tenerlo con vida.

Sin embargo, lo que me desconcertó fue su semblante totalmente opuesta al Uzumaki enérgico y vibrante que conocía.

—¡Papá! —gritó Boruto con alivio, no puso atención a la expresión perdida de su padre, solo yo lo conozco mejor que nadie.

—¿Boruto? —su voz se escuchó débil. Ciertamente su aspecto se encontraba apagada. Su mirada se mostraba melancólica, el brillo de sus ojos, aquél que siempre había admirado toda mi vida, fue reemplazado por una mirada gris.

—¡Papá! —se lanzó a sus brazos—, ¡no me asustes así, idiota! ¡Pensé que no volvería a verte, por favor, no me dejes solo! —Boruto dejó ir su llanto reclamándole el terror que le había hecho pasar, sin embargo, yo no podía pasar por alto el cambio tan distante de Naruto.

*

Teníamos que encontrar la manera de salir para regresar a Konoha; Boruto y Kawaki trataban de abrir el portal que nos transportara a la aldea porque, ahora que había perdido mi rinnegan me volví un completo inútil, no podía más que sentir alivio por la presencia de esos dos. Y escucharlos me recordaban tanto al dobe y a mí cuando teníamos su edad.

Aproveché sus discusiones para ayudar a Naruto a incorporarse, aunque su semblante no había cambiado.

—¿Cómo te encuentras? —me atreví a romper el silencio.

Solo te pertenezco a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora