11. Lo que haces por mí; lo que siento por ti

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POV Sasuke

Mantenerse en reposo resultaba ser una tarea desafiante para Sakura. Desde sus trece años emprendió su camino para convertirse en una ninja médico, además de los fuertes entrenamientos con la Quinta. Se dividía entre la atención a pacientes en el hospital y cumplir con las misiones que le asignaban, y aunque fueran esporádicas la consumían hasta llevarla al agotamiento, y aun así, su cuerpo se adaptó a mantener ese ritmo. Por muchos años se atribuyó el reconocimiento como la mejor ninja médico, superando a la misma Tsunade. Nos hemos acostumbrado a verla recorriendo los pasillos del hospital, visitando de un cuarto a otro para examinar a sus pacientes. Pero ahora era extraño verla como la paciente y debía serlo por ese bebé en camino. Sakura se veía mejor que el día anterior, había recuperado el tono de su rostro con su particular rosáceo en sus mejillas, ese que la dotaba de dulzura y que Sarada también poseía. Son muy parecidas en ese aspecto y en otros, como su facilidad para enfadarse.

A pesar de haber permanecido lejos por muchos años, Sakura se convirtió en mi mejor amiga, nunca me recriminó por haber dejado a Sarada en sus manos. Siempre me ofreció su apoyo por el amor que una vez me profesaba. Agradecí la confianza que depositaba para platicarme con alegría su historia con Kakashi; cuando se enamoró de él y el inicio de su relación que yo había ignorado por completo, y resultó ser una noticia gratificante.

Acariciaba su vientre con adoración mientras recordaba el momento que se enteró que estaba embarazada y en la reacción de Kakashi ante la noticia. Me enternecí al imaginarme la escena que describía, sus ojos revelaban un brillo a punto de terminar en lágrimas. Kakashi, al escuchar que iba a ser padre, cayó de rodillas, rodeó su vientre con tal delicadeza que derritió a Sakura. Confesó que se había vuelto a enamorar de él, había nacido en él una ternura que ni el propio Kakashi reconocía pero le envolvía de alegría.

Kakashi de papá... Yo también quiero ver eso.

–No podía amarlo más porque no me cabía en el cuerpo –recordaba con una sonrisa que iluminaba su cara, con lágrimas de felicidad. También las hormonas tenían algo que ver., pero me omití el comentario. –Me enamoré más de él.

–Me hace feliz verte feliz, ambos lo merecen –se retiraba lágrimas pero éstas seguían saliendo. –Se supone que las hormonas se contagian, así que detente, te lo pido –ambos nos soltamos a carcajadas.

–Jajajaja no digas tonterías, baka.

–Yo también quiero decirte algo.

–Claro, dime –ofreció, calmándose un poco con un respiro.

–Ayer que salimos de aquí hablé con Naruto, terminé diciéndole la verdad –traté de ocultar el calor que revelaba mi cara, al contarle me hacía revivir las emociones y sensaciones del momento. Todavía parecía estar en una especie de genjutsu. –Sarada ya lo sabe también, le conté lo que tú una vez iniciaste.

No podía recriminarle nada, había sido honesta con Sarada desde el inicio. No sé cómo se lo dijo ni por qué se animó a hacerlo, pero recordando las dudas de Sarada al enterarse de mis sentimientos por Naruto, puedo asumir que ya las había despertado desde muy pequeña. Sabiendo esa verdad durante años y que no lo haya usado en mi contra ni para distanciarse de mí es un acto noble que no puedo dejar de agradecerle a las dos, porque fueron mejor que yo. Es algo que todos los días días agradeceré, siempre estaré para ellas.

–Lo siento, no quería entrometerme en algo tan personal que no me correspondía, pero siendo pareja o no íbamos a ser una familia, quería darle lo mejor a nuestra hija, y eso incluía la verdad sin descuidar tu lugar como su padre. Recuerdo tu mirada cuando la cargaste por primera vez en tus brazos. No podía quitarte eso sabiendo el sacrificio que hacías por nosotras y por Naruto durante muchos años.

Solo te pertenezco a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora