4. No puedo perderte

1.8K 132 98
                                    

Sasuke

Creer que había muerto cuando peleamos contra Isshiki hizo que todo sentimiento por él brotara sin contención alguna, no podía detenerlo.

Lo que hablamos anoche retumbaban en mi cerebro y eso hacía que me volviera esclavo de mis emociones porque no podía arrepentirme de haberle besado, ni deseaba borrar el recuerdo, pero el contacto de sus labios logró derrumbar las murallas que había alzado para hacer a un lado mis sentimientos por Naruto. Ya no podía sostenerme de éstas, porque ese idiota tenía el poder de tirarlas con solo una mirada, una sonrisa. Me estaba volviendo loco por él y me impulsaba a abrirme con él como nunca lo hice en mi vida y temía que se pudiera dar cuenta de lo que sentía por él.

Sin embargo, deseaba que se animara a confiar más en mí porque me frustraba que se guardara todo y no permitiera desahogarse. Ya tuvo suficiente como para tener que aguantar lo inhumano. Sabía que él era fuerte, siempre lo fue y lo admiraba por eso, pero no era justo dejarlo solo con la carga amenazante que representaba su hijo. Por eso necesitaba compensar todo lo que hizo por mí al estar a su lado viviendo su tormento.

Caminé decidido hacia la torre y busqué a Shikamaru para darle la noticia de que ahora estaría trabajando junto con el Hokage. Seguramente se opondría a la idea, pero me tenía sin cuidado, sin afán de llevarle la contraria. Simplemente porque lo respetaba como el asesor de Naruto y no se sorprendiera de mi presencia frecuente en la torre.

Lo encontré en la oficina del Hokage, y efectivamente, dejando más papeles para el día. no podía negarle la razón a Naruto, esa torre de papeles eran demasiados para una sola persona responsable.

Podría irse a la mierda lo que debía ser un Hokage, Naruto no tenía que hacerse cargo de todo eso, y lo peor de todo es que estaba solo y alejado de su familia por eso.

—Antes de que objetes; sí, él está de acuerdo. Y no, no pienso hacer el trabajo por él, ya lo sabe.

—A ver si entendí bien —contestó con los brazos cruzados—, ¿estás diciendo que ahora estarás trabajando aquí, en esta oficina?—cuestionó con sarcasmo, como si yo no fuera consciente de lo que decía—, ¿asistiendo al Hokage y que además tendré que ver tu cara diario en la Torre? —asentí—. ¿Cuánto tiempo?

—Lo necesario. Espero que no te resulte un problema. Te noto molesto.

—Oh, créeme que el problema no eres tú precisamente, sino Naruto —bufó con molestia–. Cuando regresabas de misión, Naruto no hacía más que hablar de ti y pone menos atención a su trabajo. Si de por sí se vuelve un fastidio lidiar con él cuando sabe que vendrás, ahora tenerte aquí a su lado será problemático.

—No le veo problema, ¿por qué tendría que ser diferente ahora? —lo que debía cuidar es que Nara tampoco adivinara mis intenciones detrás de todo esto—. Siempre he cumplido con mi deber y con las órdenes del Hokage, creo que lo he demostrado todo este tiempo.

—Y eso no lo pongo en duda, solo que, pues... eres algo como la debilidad de Naruto —mi pecho se sacudió por un momento, y no supe cómo interpretar su respuesta viniendo de una persona como él, ¿por qué me lo dijo?

Debió estar equivocado a pesar de la confesión de Naruto en el pequeño cuarto del hospital. Simplemente soy su mejor amigo a quien le guarda un cariño especial gracias a un lazo inquebrantable, de eso no tenía duda. Pero no quise darle más vueltas al asunto, lidiaría con eso en otro momento si la vida me lo permitiera, por lo que fingí con indiferencia.

—Comprendo que lo quieras ayudar —dijo de forma conciliadora—, pero creo que con tu presencia física, aquí, en este lugar, más que beneficiarlo, será lo contrario.

Solo te pertenezco a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora