7| Toda acción tiene una reacción

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Los nervios la comían viva por dentro. Rogando a su diosa y sus ancestros para que la ayudaran y que su plan no volviera a fallar una vez más.

Desde que empezó su cortejo con Cignus Black, creó un plan para alcanzar sus deseos. Para cuando oficialmente ingresó a la familia Black, puso en marcha su plan.

Poco a poco envenenó el vientre de Walburga Black.

El que Walburga no quedara embarazada del primogénito de Orion durante años solo incrementó sus ansias por acabar ese matrimonio. Pero el que ella tuviera a Bellatrix y después de Andrómeda nunca estuvo en sus planes, aunque pudo sacarle provecho.

Ser alabada por la familia por darle hijos tan pronto a Cignus era un símbolo de su fuerza mágica y fertilidad. Pensó que gracias a eso lograría que los ojos de Orion se posaran en ella, pero para Orion, solo era la esposa del hermano de Walburga.

Pero no sé desánimo, siguió visitando la casa familiar como muestra de su apoyo a Walburga. Hasta que un día se prohibió la entrada a cualquiera a la casa principal.

Su cuerpo se llenó de expectativa. Que ellos se encerraran era solo por la llegada del primogénito o por el luto del divorcio, los Black eran muy radicales en algunas ocasiones.

Fue grande la sorpresa que se llevó al enterarse que Walburga estaba embarazada y que tendría gemelos.

Era imposible pero sucedió. Debido a la inmensa rabia que sentía al ver su plan fracasar se encerró en su habitación prohibiendo la entrada hasta a los elfos.

Gritó y destruyo todo el interior durante dos semanas enteras. Con su magia agotada, su cuerpo cansado y su mente despejada pensó en otra manera de quitar a Walburga de su camino.

Ella sería la Lady de la familia Black, solo ella se merecía un puesto tan alto como aquel. Era perfecta para pasearse del brazo de Orion Black ante la sociedad mágica, solo ella.

Le demostraría a todos que nadie más que ella era ideal para el puesto de Lady.

Ahora con el acuerdo matrimonial con Cignus no podría usar su mejor arma con otros pero no había nada que el dinero no solucione, ser el gran capricho y obsesión de Cignus tenía sus ventajas.

Primero pensó en crear un brebaje lo suficientemente letal e imperceptible para detener la gestación de aquellos engendros que solo eran una piedra en sus hermosos zapatos de tacón. Pero estaban encerrados en la casa principal por lo que sería imposible.

Ahora no solo tendría que deshacerse de Walburga sino de esos dos bastardos, su trabajo había incrementado.

Así que pensó en otra manera de acabar con ellos.

No quería posponer sus planes pero hasta que se les presentara ante toda la familia y a las familias amigas por el primer año del primogénito y heredero de los Black, no podría hacer nada.

El envenenamiento del vientre de Walburga hizo que los gemelos nacieran antes de tiempo, eso significaba que su vientre estaría lo suficientemente débil para otro embarazo y con un poco de su ayuda ya no podría engendrar más, la noticia la alegró un poco pero aún no era suficiente.

Pero el enterarse de su tercer embarazo le quito cualquier alegría pasajera. Ya sabría después como quitarse ese peso de encima.

Entré la creación de la letal poción, las fiestas a la hora del té y sus labores maritales, la espera a la celebración del primer año del primogénito y nombramiento del heredero Black se hizo minúscula.

Cuando tuvo la invitación en sus manos su cuerpo se lleno de exitación por la anticipación de porfin lograr sus sueños.

La pequeña celebración que tuvo con sus ignorante esposo no cambió sus planes aunque la hizo conciente una vez más de su indeseado embarazo.

Empacó exquisitos vestidos, joyas, calzados, maquillaje y perfumes para la ocasión: La caída de Walburga y su surgimiento como la nueva Lady Black.

Con una elfina que seguia únicamente sus ordenes puso en marcha su plan.

Todo parecía ir según lo planeado, pero ver las sonrisas y pesadas miradas cargadas de un primitivo deseo y anhelo entre Orion y Walburga la descolocó. Era bien sabido del descontento de Walburga por el matrimonio con su primo Orion y el silencio de Orion ante el desacuerdo de Walburga por su unión, verlos de aquella manera que parecían llamarse y orbitaruno sobre el otro la tomó desprevenida.

La cabeza le palpitaba, su vientre se tensó al igual que postura tratando de calmar el remolino de sentimiento negativos que se había creado dentro de ella.

Nunca espero que esos dos seres tercos y orgullosos lograrían tener un entendimiento de tal magnitud. Era imposible, no quería creer.

Se negó a volverlos a ver. No quería creerlo pero los murmullos sobre exitados ante aquel inusual comportamiento entre el Lord y Lady Black solo lograban sacarla de sus casillas.

El odio, resentimiento y ansiedad hacia Walburga incremento sus deseos por acabarla. Todo era culpa de Walburga, si no existiera ella hubiera logrado ser una Lady.

Recordó su pesada mirada llena de total asco e indiferencia sobre ella. Ese día se juro que la humillación que pasó lo pagaría muy caro.

Su vientre lo sintió pesado pero lo ignoró.

La hora del brindis llegó y la ceremonia de nombramiento.

Su espalda sudaba frío, su magia parecía descontrolada como si le tratara de advertir sobre algo pero lo siguió ignorando. Quería saborear su victoria, verla humillada en frente de todos y porfin mirarla como Walburga la miró ese desastroso día.

Apretó su agarre en el brazo de Cignus y recompuso su semblante y postura.

Alzó su copa de Champagne sin alcohol saboreando cada segundo que la acercaba a su victoria.

Sintió una mano acariciar su espalda y un lejano murmullo que preguntaba por su bienestar pero lo desestimó y siguió mirando.

Vió como la copa de cristal se ensuciaba con un poco de labial y su contenido se baceaba.

Todo se volvía borroso pero antes de caer vió el infierno desatarse y con una sonrisa se permitió sumergirse en la infinita oscuridad.

Todo había salido según sus planes.

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Buenas buenas mis queridos lectores.
Espero que les guste este capítulo y si encuentran alguna falta ortografía les pido cordialmente que me lo hagan saber.
Les mando bendiciones y buenos deseos para ustedes.
Me despido hasta un nuevo capítulo.

Atte: la autora.

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