11| El diablo sabe por viejo que por diablo

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Su recuperación fue lenta y tediosa para alguien como ella, no se consideraba alguien activa pero de cierta manera parecía ser una clase de tortura hasta para el ser más sedentario. El único alivio de su gran tormento eran las visitas de su familia, sus pequeños niños y su torpe esposo.

Después de todo ese largo tiempo ausente ambos se dieron cuenta de diversas verdades, y la más importante de ellas era que no podían vivir separados en cuerpo y alma el uno del otro.

Los niños estaban fuertes y felices, un alivio para su instinto maternal recién descubierto. Y como ya era costumbre desde el día que despertó las risas no dejaban de escucharse, en especial de su adorado Sirius, su niño era un gran aventurero y curioso de su alrededor. La gran premonición de que será un chico muy movido, un pequeño detalle que paso por alto en el pasado pero que en su presente iría aprendiendo a entenderlo. Por otro lado, su hermosa niña, el pequeño ángel, era más seria y hasta parecía entender lo que le decíamos y mucho más, si bien deseaba que fuera un poco más como su hermano no podía quejarse del pequeño alivio de no tener dos pequeños terremotos paseando libres por el mundo. El mundo aún no estaba listo para dos traviesos Black, no por sus juegos sino por la crueldad a la que podían llegar a tener si no eran bien aconsejados.

Orion por su parte sentía que su familia volvía a estar unida. Ver a su compañera tendida sobre aquella gran cama fue un gran impacto para él y peor aún al ver sus hijos ignorantes de los sucesos, aunque percibía cierta desilución de los gemelos al no ver durante varias semanas a su madre pero no podían saber siquiera lo que pasaba y ni sabrían como expresarlo, si pudieran hablar estaba completamente seguro de que le exigirían saber el por qué de la situación, algo de lo que estaba inmensamente aliviado. Pero a pesar de verla y sentir su calor, sentía que no se le iba esta sensación de incomodidad y presión en su pecho. Como si esta inmensa felicidad y tranquilidad fuera un sentimiento efímero, aún había que encontrar al causante de todo ese alboroto pero su mente y cuerpo no podían estar alejados mucho tiempo de su esposa, dándole como única salida preguntarle a su esposa.

Muy por el contrario, Walburga aún no sentía ese hilo en su mente y alma tirar de ella, Orion se había presentado a su alcoba antes de que la desesperación surgiera en ella, aunque la sensación de hormigueo en su cuerpo si que lo experimentaba cada vez que pensaba en su esposo. No recordaba mucho de su sueño pero probablemente era una secuela del anhelo de volver y no volver a estar sola.

Ver a su esposo frustrado era un gran regalo, ver al siempre sereno y serio Orion Black convertirse en alguien perdido y perturbado por no encontrar respuestas a sus preguntas era dulce a su manera, una muy cruel pero igual de dulce. Aquella imagen le daba cierta urgencia por devorar sus labios pero no en presencia de dos ojitos curiosos e inocentes.

Y era un no rotundo hasta encontrar al causante de aquel pequeño percance, no pensaba darle mucha importancia. La había envenenado pero por un simple y pequeño descuido, lo cual no volvería a ocurrir ni en un millón de años. Y a decir verdad, encontrar al culpable tampoco era una prioridad en su mente y mucho menos en su agenda. Sentía un poco de pena por quién había decidido tenerlos de enemigos pero si que disfrutaría de ver a Orion descargar su ira en aquella persona y si por alguna razón él no podía cumplir con su castigo, ella se encargaría de aliviarlo.

Porque como su esposa era su deber con su esposo.

Pero primero debía de tranquilizar a su desesperado esposo. Observar los primeros días su descuidada imagen era placentero pero verlo varias semanas consecutivas con la misma imagen era un pequeño problema.

— Querido — empezó en tono bajo y sus manos tomaron las de el tratando de transmitir tranquilidad — se que te urge encontrar a aquella pequeña rata pero seguir por este camino no lograras nada. Aunque en un inicio fue delicioso verte así de desesperado como una gran bestia fuerte y poderosa, varios días seguidos con la misma imagen hace que pierda su encanto, y lanzarte hechizos refrescantes no es higiénico ni para un indigente.
— Esposa..
— Nada, irás a bañarte largo y tendido para quitarte toda esa tensión que te cargas encima y volveras arreglado. De preferencia bien perfumado, afeitado y bien peinado. Dejate el cabello largo, me gusta cómo queda en tí.

Sirius se parece demaciado a su padre, comparten tantas similitudes que sería correcto decir que eran copias identicas. No temia por su futuro pero si el de sus pequeños, serían muy atractivos cuando crecieran y solo esperaba que su pequeña niña siga siendo como es y mantenga en linea a su pequeño merodeador.

Si tan solo el Sirius del pasado supiera que realmente lo conocía y estaba atenta, un poco más de lo que aparentaba, sobre su vida no creía que en un inicio su relación se hubiera deteriorado a tal punto de lo irreparable.

Tanto tiempo se sumergió en sus pensamientos que no logró percatarse la cercanía de su acompañante.

Unos fuertes brazos la rodearon y tuvo un pequeño deja vú. Su aroma masculino la inundó, su respiración calentaba su oreja y su barba recién cortada cosquilleaba su cuello.

— Walburga, no puedes soltar aquello como si nada y no esperar que reaccione.
— Cuando quieras esposo, con gusto cumpliré con mi deber contigo.

Sus brazos se apretaron en su cintura, dejo un beso en mi hombro y se separó de mí. El frío llegó a ella de improviso.

— Debemos de hablar sobre varios temas que dejamos pendientes desde antes que nazcan nuestros hijos.
— ¿Orion?, de que me estás...
— Será cuando vuelva de mi ducha, si bien los he hechizos de limpieza ayudan no es lo mismo que una buena ducha.

Beso sus labios y se retiró de su alcoba si comprender bien lo que le estaba tratando de decir.

No sentía alguna clase de tema pendiente entre ellos. Solo tenía su temita con el pasado pero aún no se sentía lista de explicarle todo, no estaba preparada para la reacción de Orion cuando se enterara de lo que le sucedió o si estaba permitido decirle aquello.

Primero debía de seguir con su investigación antes de que sucediera lo inevitable con un desastroso resultado, no mientras pudiera evitarlo.

Quería tener la certeza de que no les pasaría nada a su familia, quería explicarle todo a Orion y apoyarse en el como había querido desde que aprendió de la calidez de su compañía y la sensación de seguridad en sus brazos. Pero no quería volver a cometer un gravísimo error, le aterraba volver a equivocarse, causarles algun daño y separar se de ellos ya no lo sentía como una opción para ella.

El terror la consumía con forme el tiempo pasaba y ella no lograba encontrar las respuestas.

____

Hola, hola!!! Volví con un
nuevo capítulo, quise hacer
un pequeño maratón por
navidad y año nuevo pero fue
una época más activa
de lo que esperaba.

L@s extrañe un montón.
A pesar de que ya pasó mucho tiempo les quiero dar mis mejores deseos para
este año nuevo y que todas
sus metas en este año 2024
se cumplan.

Si encuentran algún error ortográfico me avisan en los comentarios.

Los quiero
XOXO
Atte: Su tardona autora

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⏰ Última actualización: Jul 25 ⏰

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