El día no era excepcional. Todos los estudiantes seguían su horario normal, tal como todas las mañanas: despierta, corre a la ducha para tener agua caliente, desayuna y procura no llegar tarde al desayuno o recibirás sanciones. Todo marchaba normal.
Era la cuarta hora del día, el gimnasio estaba ocupado por los chicos de onceavo año quienes daban vueltas a la gran cancha hasta que el entrenador sopló silbato. Algunos se dejaron caer sobre la madera lustrada que estaba bajo sus pies, mientras otros se acercaban a las gradas a beber agua o, en el peor caso, tirarla sobre su cabello.
Park JongSeong se consideraba un chico atlético, él nunca presentó cansancio durante los entrenamientos con el profesor Han, ni siquiera en su primer semana cuando todos sus compañeros de curso cayeron exhaustos durante toda la semana. Tenía en claro que Han era exigente, ex-militar con asfixia por control indomable, no era el tipo que tenía compasión con los niños que vomitaban luego de media hora en su cargo. JongSeong amaba eso, amaba que, por mucho que Han fuera un despiadado entrenador, nunca pudo derrumbarlo e incluso siendo llamado por él como su alumno más brillante, algo en lo que por primera vez era mejor que Park SungHoon, quien sentado en las gradas bebía el líquido frío de su botella con la respiración agitada.
Por supuesto que JongSeong no odiaba a SungHoon, eran amigos, o al menos eso decía JongSeong porque preguntarle a SungHoon sobre ellos, no era una agradable manera de morir. JongSeong lo apreciaba, al menos hasta donde su condición lo permitía, querer a la persona que el destino impuso como tu rival era cruel, demasiado para él.
Había meditado toda la semana desde la visita en que escuchó al señor Park conversar con el director, su única oportunidad de lograr que su padre lo viera como algo más que la sombra del hijo del hombre al que detestaba fue corrompida por la misma persona. Intentaba dejarlo pasar y fingir que nada había sucedido, que conseguiría su lugar sin obstáculo alguno, pero cuando se acerca a las gradas donde SungHoon y Jake charlaban para hacer un nudo en la correa de sus zapatos, supo que tal vez no estaba equivocado.
⏤¿Quién más?
Escuchó la voz de Jake, lo que lo hizo quedarse en silencio pretendiendo no prestar atención a la conversación ajena.
⏤Probablemente el chico anteojos de décimo ⏤dijo SungHoon, aunque JongSeong no entendía de que hablaban⏤. Jake, de todas formas será complicado.
⏤¡Eres el mejor estudiante de Guwon! No digas mentiras, esas bobas olimpiadas serán poco para ti.
JongSeong sintió su sangre hervir. ¿En serio planeaba quitarle su puesto tan fácilmente? Si es que SungHoon aún merecía estar en su lista de amigos, debía saber lo importante que era para él desde el primer año en que asistieron juntos, pero en ese momento sintió que lo había olvidado o que quizás no le importaba. Él estuvo ahí para él cuando lloraba, ¿por qué ahora que era caso contrario no podía hacer lo mismo? Él nunca lo hirió y aún lo trata como si fueran enemigos.
Debía sacar de su mente a ese altivo chico y, cuando miró al entrenador Han colocar una red al centro de la cancha, supo que había algo que lo haría controlar su sed de desquite.
El entrenador Han llamó a todos a hacer una fila detrás del primer chico que encontró. Todos los demás comenzaron a caminar en aquella dirección sólo para ser repartidos en una cifra igualitaria de ambos lados de la cancha dividida por una red de voleibol. JongSeong notó de inmediato la dinámica y el primer impulso que tuvo fue colocarse cerca de la fila viendo el orden en que sus compañeros de formaban, hasta que llegó el turno de SungHoon y Jake.
Jake lo miró como si esperara que hiciera algo, pero su respuesta fue señalar con amabilidad la fila, algo que lo extrañó, pero no hizo más que tomar el 'favor' seguido de SungHoon que lo miró con el seño fruncido intentando descifrar lo que sucedía, porque el rostro de JongSeong daba más incógnitas que respuestas.
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Beyond The Line | JakeHoon
FanfictionDentro de las frías paredes de un internado, en medio del silencio y la melancolía, dos chicos yacían sobre las llamas del destino escrito con un par de desatinos y la sombra de los rumores. Park SungHoon era misterioso e intrigante, para muchos era...