Yang JungWon podría tener cientos de miedos, demasiadas preocupaciones que, por lo general, no robaban su tranquilidad siendo eclipsado por una sola que sólo él sabía lo mucho que lo aterraba: la verdad.
Tal cómo aquella madrugada en que despertó jadeando luego de sentirse prisionero de un lóbrego pasillo en que habían miles de espejos que se reflejaban a sí mismo con las manos manchadas de sangre, algo que no podía comprender. Sus huesos dolían y el aire era helado, escuchaba su nombre ser llamado desde extremos ocultos entre los cristales que poco a poco se quebraban frente a sus ojos mientras los lamentos aumentaban de volumen con una voz que pudo reconocer incluso en sus pesadillas. Era la voz de Park SungHoon recriminando su traición.
Estaba en posición fetal, respirando agitado en tanto que sus ojos comenzaban a acostumbrarse a la nula iluminación a sus costados. La calma volvió a su cuerpo cuando inconscientemente encontró la figura de SuNoo a su derecha y JongSeong a su izquierda en un sueño profundo lo que lo hizo volver a la calma, estaba seguro, todos estaban a salvo.
No era la primera vez que ocurría, aunque sí la primera vez en un plazo considerable de tiempo. Se acercó a la mesita de noche a su lado de donde tomó una botella de plástico desechable llena hasta la mitad de agua natural que bebió hasta la última gota en un intento de comprender que todo lo que había ocurrido sólo había sido producto de su imaginación, o tal vez de su conciencia.
Pensó que había superado aquella época en que dejaba que sus pensamientos dominaran sus emociones en su totalidad. Aquello habían terminado, no tenía razón para volver, ya habían pasado dos años desde aquel evento.
Desde temprana edad descubrió el miedo que podría generar hacia las verdades como cuando rompió una ventana en el colegio mientras practicaba voleybol, que reaccionó huyendo de la escena y culpando a su mejor amigo de haberlo sido el autor de aquel desastre. Al menos no fue suspendido y sus padres no tuvieron que pagar ni un quinto, aunque perdió a un gran amigo que prefirió alejarse antes de ser incriminado de alguna otra barbaridad como las que JungWon apenas aprendía a hacer.
Ese no fue el fin, entre más años aumentaba, más consciencia ganaba, pues aquel incidente en un inocente patio con dibujos en las paredes sólo fue el inicio de una larga lista de 'maldades' de las que él descubrió lo fácil que era huir de ellas con las manos limpias.
En realidad, JungWon jamás había hecho algo abismal, al contrario, todo se trataban de travesuras del niño inquieto que fue en sus mejores años, agudizando esto con el divorcio de sus padres y el nacimiento de YonAn, su hermanastro. Se sentía desplazado, había perdido a su madre y su padre se alejaba con cada día que YonAn crecía en el vientre de la mujer que él acusaba de arruinar su vida. Día y noche intentaba llamar la atención de su padre, aunque siempre resultaba en vano, pues estaba ocupado con trabajo o comprando artículos para el bebé, mismo que cuando nació dio el remate final a la triste relación que JungWon había desarrollado con su antes amado padre.
Pero eso no lo detendría.
JungWon ideaba planes escondido en el fondo de su habitación de cómo lograr que su padre se enojara con YonAn, lo cual consiguió sin esperar mucho, pues aquella tarde de abril descubrió lo importante que era el trabajo para su padre, casi como si lo amara más que al mismo YonAn, porque cuando aquel bebé derramó su saliva en documentos importantes de la empresa del señor Yang, este explotó contra el bebé, lo que de alguna forma u otra hizo al joven JungWon sonreír, pues ya había formulado la idea perfecta.
Cuando el bebé comenzaba a gatear y sus padres no estaban en casa, cargaba al pequeño YonAn con toda la fuerza que podría existir en su delgado cuerpo de infante poniéndolo de rodillas en la oficina de su padre donde el bebé inconsciente de lo que sucedía tomaba las cajas bajo el escritorio e intentaba abrirlas con sus pequeñas manos o incluso rayando las paredes con crayones que el mismo JungWon le otorgaba, ocasionando que cuando su padre lo notó, regañara a todas las mucamas que trabajan en la casa al cuidado de los niños, además de recriminarle a su nueva esposa por permitir que YonAn tomara sus documentos para destrozarlos.
ESTÁS LEYENDO
Beyond The Line | JakeHoon
FanfictionDentro de las frías paredes de un internado, en medio del silencio y la melancolía, dos chicos yacían sobre las llamas del destino escrito con un par de desatinos y la sombra de los rumores. Park SungHoon era misterioso e intrigante, para muchos era...