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-¡JOJO!- escuchó gritar tras su espalda por primera vez después de una semana. Mentiría si dijera que no sintió sus vellos erizarse y un sudor frío empapar sus manos.

-¿Ahora sí soy Jojo?

Pero dentro de él ya había hecho erupción la rabia de haber presenciado como otro hombre recorría su cadera y no se controlaría.

-Jotaro, por favor, escúchame por un momento, yo...

-No tienes nada que explicarme, lo que hagas me importa un carajo- y con eso retomó su camino, sintiéndose algo mal porque esa era la primera vez que le hablaba así a Kakyoin.

Internamente esperaba que el pelirrojo siguiera insistiendo porque sabía que la había cagado al soltar sus palabras hirientes y no querer escuchar lo que tenía que decir su amigo, pero algo dentro de él se rompió al escuchar pasos alejándose de él.

No daría su brazo a torcer ya, incluso si eso le costaba la vida.

•••

Jotaro Kujo no se consideraba como una persona empática ni mucho menos sensible al decir sus pensamientos. Si tenía que decir las cosas directamente, lo hacía aún sabiendo los problemas o corazones rotos que ocasionaría; detestaba de sobremanera a las personas que le daban vuelta al asunto y que lloraban al escuchar la verdad.

Sin embargo con Kakyoin fue diferente. Algo dentro de él le indicó que debió permanecer callado y detenerse a escuchar, pero también estaba sulfurado con el pelirrojo:

¿A qué demonios estaba jugando? ¿A él lo ignoraba por una semana, pero a Hol Horse (que por cierto era un idiota de primera) lo dejaba manosearlo?

No solo le había golpeado el orgullo, también algo más interno había hecho chispa y le dolía, aunque era más su enojo para razonar e intentar analizar qué era ese nuevo sentimiento. Los recuerdos de la tarde lo volvieron a atosigar, pasando por su mente como una película lenta y tuvo que taparse la cara con la almohada para soltar un sonoro grito.

Era domingo por la tarde y se hallaba solo en la casa. Su madre había salido al supermercado y tardaría en llegar, por lo que básicamente no tenía nada que hacer más que hacer berrinche y cuestionar su existencia.

-Maldita sea- susurró el pelinegro quitándose la almohada y viendo el techo aburrido.

¿Qué podía hacer un adolescente antisocial con casa sola y de mal humor?

Se masturbaría para liberar la tensión. Gran idea.

Sacó su celular y buscó la primera página porno que el navegador le arrojó. Indagó entre varios vídeos que rozaban en lo irreal hasta que encontró uno donde se hallaba una pelirroja de grandes senos siendo embestida contra la pared. Le llamó la atención su cara pecosa y sus gestos obscenos que lo invitaban a caer en el placer mundano junto a ella. Era excelente material.

Su mano viajó hasta su entrepierna, masajeándola para despertar a su pequeño amigo. Observaba detenidamente a la chica y algo dentro de él se removía porque era curioso que se parecía a...

No, por Dios, no iba a pensar en ese idiota ahora.

Siguió su labor de meter su mano en su calzoncillo y subir y bajar su extremidad derecha sobre su pene semierecto. Los gemidos ruidosos de la chica hacían eco en su cuarto, aunado al sonido de su mano moviéndose en su miembro. Se mordió el labio inferior cuando el camarógrafo cambió de ángulo y plasmaba los genitales de los actores y la vulva de la pelirroja relucía por sus vellos rojos.

Cerró los ojos, empezando a bufar porque oh, joder, se sentía bien. Imaginaba que en vez de su mano era aquel estrecho canal vaginal el que penetraba sin compasión y esos jadeos eróticos se los dedicaba nada más que a él; entonces fue cuando su mente lo traicionó (¿O podríamos decir, corazón?)

Dejó de vislumbrar a una tetona saltando sobre su pene para cambiarlo por una figura más masculina debajo de él, especificándose en Noriaki Kakyoin . Empezó a revivir el momento en que su cuerpo se fundía en la anatomía ajena, abriéndose paso entre la virginal cavidad del pelirrojo. Rememoró la sensación apretada sobre su pene y rápidamente este se erectó aún más, pidiendo atención para ser liberado. Giró su cuerpo mientras bajaba su ropa interior completamente y acariciaba su miembro con ahínco, moviendo en círculos su pulgar en la parte de su glande.

"Joder", pensó al soltar un suspiro de lo jodidamente bien que se sentía aquello.

Recordó ávido el rostro que puso Noriaki en el momento en que empezó a moverse en un vaivén suave de embestidas para tomar fuerza y embestirlo con más rudeza, ocasionando que la cama crujiera y la voz del pelirrojo se escuchara por las cuatro paredes de su habitación. Su rostro era un poema erótico que ni el mismo se hubiera atrevido a escribir. Sus cejas juntas y sus ojos cerrados en una expresión de dolor placentero, sus pómulos rojos como su cabello desordenado sobre la almohada, sus labios reventados por los besos salvajes que le dió y la saliva saliendo de su boca abierta que jadeaba piedad y pedía algo de aire.

"Mierda", si seguía así se vendría en cualquier momento. Su mano empezó a moverse más rápido sobre toda la longitud de su pene y unas gotas de preseminal lo ayudaron a lubricar.

Su vientre hormigueó cuando los gemidos del pelirrojo llegaron a su mente. Sus chillidos altos y agudos cada que tocaba su próstata le hacían perder la cordura y querer enterrarse aún más en sus entrañas, hacerle entender que solo él, Jotaro, podría ser capaz de llevarlo al cielo y ser su dueño, que pasara lo que pasara, ahora no podría deshacerse de él y era suyo, completamente suyo.

"Dios Santo", sentía que estaba volviéndose loco del placer.

-Noriaki- gimió aumentando la fricción de su mano y bajando la otra a masajear sus testículos. Inconscientemente sus caderas se movieron hacia adelante simulando embestidas torpes y concisas contra la cama.

Carajo, deseaba que esa mano en realidad fuera Kakyoin otorgándole placer con su diminuta boca que tenía una gran habilidad para jugar con las cerezas y...

—¡NORI!— su semen salió disparado y se desparramó en toda la sábana. Le tomó más tiempo de lo esperado el recuperarse de ese intenso orgasmo que había tenido. Su cuerpo estaba bañado de sudor y apenas podía respirar. Se sentía liberado en cierta forma, su cuerpo estaba más relajado y su mente un poco más clara.

Mierda, ¿Qué había hecho?

•••

Hola chicxs.
No me linchen porque me excito, ¡digo!, por estar desaparecida tanto tiempo😳
Una disculpa de antemano por la demora, digamos que tuve unos problemas personales (mi ex me dejó 2 días antes de Navidad jajaja ajua), entonces tuve un colapso mental un buen rato y pues, ya saben.
Pero bueno, ya me encuentro mejor y lista para seguir con esta bonita (y horny) historia del Jotoro y el Kks♥️
¿Qué pasará con nuestro calenturiento aficionado a los delfines? ¿Se le bajará la hormona e irá en busca de su amor? ¿Por cuántos meses me iré a desaparecer otra vez? ¿Estás leyendo esto con voz de narrador de Dragon Ball?
Descúbralo en el siguiente episodio.
InYaoiWeTrust les ha hablado y les desea excelente noche.
P.D: feliz navidad y año nuevo atrasados♥️✨

Fuerte DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora