Dionisio se despertó de golpe como si el aire estuviera regresando a sus pulmones y a la vez saliendo de él a la fuerza.
«Respirar, estoy respirando», se dijo tratando de calmarse y regular su respiración mientras miraba a las personas alrededor suyo.
—Bienvenido, sabes... Por poco te perdemos —le dijo la chica a lado de Hades con un tono cansado— No lo vuelvas a hacer, es agotador mantener con vida a una persona que quiere morir.
—Macaria...
—Esa soy yo —confirmó la chica al susurró que había salido de sus labios sin darse cuenta.
Él conocía a la chica, al menos de vista. Ella iba a su instituto y era, según los rumores, una persona bastante noble, pero retraída.
—Tomate tu tiempo, luego podrás hacer las preguntas que quieras —le aconsejó seguramente viendo las dudas en su rostro, pero Dionisio no tenía tiempo para eso.
Menos mientras a su mente llegaba todo lo sucedido y lo que lo hizo despertar.
—Acci... ¿Do... Dónde esta? —preguntó entrecortado a Hades que miró a Macaria en lugar de responderle.
—Déjanos solos.
—¿Estás seguro?
—Tan seguro como puedo estarlo en este estado —le respondió el chico logrando que la chica hiciera una mueca por ello— Esto es algo que debo hablar con él a solas.
Macaria asintió aún cuando no se veía muy convencida de ello, poniéndolo nervioso.
Cuando los dejó solos Hades miró a Dionisio preocupado, por lo que la ansiedad con la que ya había despertado aumentó.
—¿Esto es otra ilusión?
—No. No es una ilusión —le dijo Hades— Es la vida real y esta duele más que una ilusión —le recordó haciendo que se alterara.
—¿Dónde esta Acci?
Dionisio solo había despertado por él, por su amigo y porque sabía que aún lo necesitaba. No podía abandonarlo.
—Dijiste que estaba vivo —le señaló Dionisio, que ya estaba más estable, a Hades mientras por su mente cruzaba la idea de que el hermano De Santis le hubiera mentido— Me dijiste que estaba vivo.
—Y lo está —le confirmó el pelinegro— Acetes está vivo.
—¿Qué es lo que no me estas diciendo?
Él podía sentir en sus huesos que Hades se estaba guardando información y no le gustaba, no precisamente porque hiciera aquello sino porque en ese momento esa información involucraba a una de las personas más importantes en su vida.
—Dime.
—Acetes está vivo —repitió Hades—, pero no por mucho —agregó mirándolo con pena— Cuando los encontramos a ambos él estaba en un estado crítico por una herida de bala que hasta donde se le atravesó cerca de la caja torácica —le informó.
Dionisio recordaba el sonido ensordecedor de la bala antes de perder la conciencia, el cuerpo de Acci en el suelo con la mirada perdida y la sangre esparciéndose a su alrededor.
—¿Dónde está? ¿Dónde está Acci?
—En el hospital central del pueblo —le respondió el pelinegro sin ninguna emoción en su voz.
—Entonces ayúdame a ir a verlo, no te quedes ahí parado y ayúdame —le medio ordenó mientras trataba de ponerse de pie; sin embargo, aquello fue una misión imposible, porque ni sus brazos ni sus piernas cooperaban con sus movimientos.
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Dionisio [Olímpicos mortales #4]
Fantasy"Todo empieza y termina en un mismo lugar" La lucha por el poder ha iniciado y la información es clave. Todo se sabe en un lugar y el peligro es un factor con el que todos deben lidiar. ¿Podrán afrontarlo y vencer o perderán ante su nueva prueba? *...