Capítulo 25

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—Quédate aquí —le ordenó Dionisio a Ariana antes de salir corriendo detrás del hermano de Zeus y Poseidon— ¡Hades! —le gritó, pero el chico ya había montado en su moto arrancando a toda velocidad a pesar de la lluvia torrencial que caía sobre ellos— Mierda —se quejó regresando al bar.

Tenía que ir por sus llaves para seguir a Hades.

«Todo era un desastre», pensó justo cuando chocó con Shane.

—Aquí —le dijo dándole sus llaves.

Dionisio no lo pensó dos veces antes de subir a su auto con la chica y arrancar.

—¿Tus hermanas?

—Shada se quedará en el bar cuidando a los demás y Shelly está detrás de nosotros —le indicó señalando el espejo retrovisor donde, efectivamente, podía ver a su hermana manejando detrás de ellos.

Dionisio manejo por la carretera principal tratando de seguirle la pista a Hades a pesar de que la lluvia dificultaba su tarea más de lo que lo hacía la velocidad del chico.

Siendo sincero le sorprendía la velocidad con la que Hades había salido pitando de su bar luego de escuchar que sus hermanos estaban en peligro, en especial, cuando uno de ellos tenía una profecía sobre su cabeza.

No es que no viera que tan desastroso y malo podía ser eso, él mismo acaba de tener y sufrir su propia profecía, por lo que sabía hasta que punto podía llegar la maldición echada sobre sus cabezas, pero de nuevo, ver a Hades en ese estado era algo impactante.

«Son hermanos», se recordó. Aunque no entendía muy bien su dinámica Zeus, Hades y Poseídon seguían siendo hermanos, tanto celestiales como humanos y ese era un lazo difícil de romper.

—Maldita lluvia —se quejó Shane mirando el cielo justo cuando sonó otro trueno dándole una idea a Dionisio que no sabía si era buena o mala.

—¿Crees que...

—Creo que qué —le cuestionó la chica.

—¿Crees que Zeus este recuperando sus recuerdos? —le terminó de preguntar.

No es que fuera cercano al hermano menor de los De Santis, pero desde que podía recordar en su vida humana no había visto una tormenta como la que presenciaba en ese momento en años, y nunca con truenos, por lo que para él era una opción plausible que Zeus este recuperando sus recuerdos si su elemento estaba causando todo ese estrago.

—Si es así debemos prepararnos para lo peor —le dijo la chica y Dionisio apartó su mirada de la carretera para observarla— ¡Dionisio! —le reclamó Shane cuando su auto casi se desvía— ¿Acaso quieres matarnos?

—¿Qué quieres decir con preparnos para lo peor? —le preguntó ignorando su queja.

—Qué si Zeus recupera sus recuerdos todos los demás Olímpicos que no lo han hecho, lo hacen.

—¿Y eso no es bueno?

—No lo es cuando sus memorias catapultan una desgracia tras otra los llevarán a una de sus luchas más fuertes.

—«Carajo»...

—Sí, eso lo resume todo —le respondió la chica con un risa sarcástica ante su rostro desencajado— Lo dijiste en voz alta.

«Bueno, mierda», pensó y se aseguró de esta vez no haber soltado ningún sonido.

—Allí —le indicó Shane señalando la moto de Hades y Shelly que estaba a unos metros de ellos con un auto claramente estrellado.

Apenas estacionaron ambos bajaron rápidamente buscando a Hades que estaba luchando con la puerta lateral del conductor hasta que lograron abrirla sacando a Zeus -que estaba inconsciente- del auto en medio de la lluvia torrencial.

Dionisio [Olímpicos mortales #4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora