Pétalos de rosas

3: La primera vez

Días atrás...

Despierto, parpadeo varias veces antes de sentarme ¿Qué hago dentro de una casita de madera? ¡Hay un baúl! Mejor no lo toco.

¿Será esto una broma de Rebel?

Me levanto y salgo despacio del lugar. Es un jardín lleno de rosas, puedo oír a los grillos. Me resulta familiar este sitio, creo que lo leí en un libro, no sé en cuál.

Avanzo descalza por allí.

—¿Rebel? —Camino sintiendo el pasto—. ¿Es una broma? —digo tímida—. Harás que Salvador se enoje y esta vez no te voy a defender. —Oigo un ruido y me sobresalto—. ¡Ay, Rebel, no es gracioso! —chillo comenzando a lloriquear—. ¡Sal ya! —grito desesperada.

Comienzo a pensar que esta no es una broma de mi amigo, sin embargo me distraigo viendo una flor brillante ¡Es fosforescente! Todo el miedo se me va. Me acerco a tocarla y me picho. Chillo cuando sale una luz que duele al formarse en las venas de mi brazo.

¿Es algún alucinógeno? Porque que siento que algo me persigue, así que comienzo a correr. Creo que he corrido por horas, algo me guió, por eso al fin encuentro la salida.

Ahora...

Ojalá recordara el camino de la primera vez.

—¡Oh, es otra vez esa flor! —Me percato al verla.

Pero si la toco, eso que me observa en la oscuridad, ¿me perseguirá otra vez? Mejor no lo hago, me mantendré alejada y encontraré la salida de otra manera.