Oigo el sonido de una podadora venir y en efecto es una. Lo que se estaba acercando se detiene, así que yo me levanto del suelo. Entonces corro por el camino que hizo la podadora, mientras veo como las plantas se restauran de manera mágica, como si nunca hubieran sido cortadas por esa máquina.
Por primera vez salgo bastante rápido del jardín y del otro lado de la reja veo a Rebel, así que sonrío muy emocionada, luego lo abrazo.
—¡Fuiste tú, gracias!
—No puedo entrar, ¿pero quién dice que una máquina no puede hacer mi trabajo? —expresa orgulloso.
Me aparto.
—Cuéntame qué pasó ¿Cómo llegué al jardín? —cuestiono—. ¿Algo me llevó?
—La verdad desapareciste.
Quedo petrificada.
¿Cómo que desaparecí? ¿Voy a aparecer allí para siempre?
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Pétalos de rosas
Short StoryUn jardín lleno de rosas de todos los colores, rosas que guardan secretos.