Camino con cautela a través del jardín, mientras me aguanto las ganas de llorar. Es un lugar tan lindo ¿Por qué da tanto miedo? Sé que algo me está mirando, por eso.
—Eh... sé que este es su territorio, pero no es mi culpa —le aclaro a lo que sea que se encuentre ahí—. Lo siento mucho, ya me estoy yendo, juro que no tocaré ninguna rosa, solo no me haga daño.
Oigo susurros ¿Hay más de uno? ¿Están hablando? Una ráfaga de viento me distrae de mis pensamientos, así que me agacho.
—Ay —me lamento avergonzada, viendo que se me ha rasgado la ropa—. Eso no fue muy caballero de su parte, ya no pienso hablar con usted, señor monstruo.
Me levanto del suelo nerviosa, entonces sigo mi camino.
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Pétalos de rosas
Short StoryUn jardín lleno de rosas de todos los colores, rosas que guardan secretos.