6 años

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—¡Iré al espacio!

—Oh, astronauta, ese es un gran sueño, Kohaku-chan. —El maestro miró con aprobación a la pequeña rubia—. Cuando seas mayor de seguro lo lograrás.

—¡Sí, me volveré muy fuerte y muy lista y lo conseguiré! —Alzó las manos al techo de la emoción.

—¿Y qué hay de ti, Senku-kun? ¿Cuál es tu sueño?

Senku señaló a Kohaku.

—Esa leona se robó mi sueño. —La miró con desagrado.

—¡No soy una leona!

—¿También quieres ir al espacio cuando seas mayor, Senku-kun?

—No, iré ahora mismo. —Ante esa contestación todos, incluida Kohaku, lo miraron sorprendidos.

El profesor negó con la cabeza ante esa contestación, descartándola como un simple sueño de niño, y decidió pasar a otro alumno, pero Senku se quedó pensando.

Para ir al espacio, y lo antes posible, no quería esperar a los medios convencionales, como Byakuya que una vez falló la prueba para astronauta, él quería cumplir su sueño de inmediato.

—Pero solo soy un niño ignorante —se dijo a sí mismo mientras se paseaba por los pasillos de la escuela junto a Kohaku, que lo miró con curiosidad—. No tengo ni idea sobre la ciencia, necesito aprender todo lo que pueda. —Sin pensarlo dos veces, dirigió sus pasos hacia la biblioteca de la primaria.

—¿Qué haces? —preguntó Kohaku, confundida.

—Voy a estudiar todo lo que pueda. —Sonrió—. Para ir al espacio.

—Oh. —Cruzó los brazos, pensativa—. ¡Bueno, estudiaré contigo! —Lo siguió a la biblioteca y cada uno tomó un libro.

Pasó media hora para que Kohaku se diera cuenta de que eso no iba a funcionar.

Senku llevaba dos libros y parecía muy emocionado con todo lo que leía, hasta había sacado un diccionario para las palabras que no entendía. Mientras que Kohaku ni siquiera iba por la mitad de la mitad del primer libro que tomó y estaba inmensamente aburrida y hasta le dolía la cabeza.

—¿Y si vamos al comedor? —preguntó ya sin poder aguantar el aburrimiento.

—Ve si quieres —murmuró sin dejar de leer.

Kohaku suspiró y decidió ir a ver a su hermana y a Chrome.

Así pasaron las siguientes semanas, con Senku leyendo cada vez más y más y Kohaku pasando más tiempo con Chrome y Ruri, hasta que un día, cambiando canales al azar mientras Senku leía sus pilas de libros, vio un programa donde estaban haciendo demostraciones de artes marciales.

Kohaku ya amaba los deportes y actividades físicas, cosas como el futbol, saltar la cuerda, escalar árboles y todo tipo de juegos físicos, pero ver a los profesionales de artes marciales la maravilló.

Al regresar a su casa, entró a la habitación de sus padres, saludando con un beso en la mejilla a su madre que estaba recostada en la cama conectada a una máquina extraña, su padre también estaba allí.

—Mamá, papá, ¿puedo hacer artes marciales? ¡Vi un programa en la televisión y se veían fabulosos!

—Bueno, hija, debes saber que tu padre es un experto. —Los ojos de Kokuyo brillaron con emoción—. Con gusto te enseñaré.

—Vamos, Kokuyo, llévala a un dojo. —Su madre sonrió dulcemente—. Aunque puedes entrenarla también, pero déjala convivir con otros pequeños interesados en eso.

—Hmm, muy bien. —Aún descontento, Kokuyo asintió.

Mientras Senku se enfocaba en los libros y aprender más y más, Kohaku se enfocó en las artes marciales, entrenando cada vez que él estaba ocupado en su lectura, ambos muy dedicados en sus pasiones a pesar de ser tan pequeños, porque estaban llenos de ilusión y esperanzas de lograr lo que soñaban.

Aun así pasaban mucho tiempo juntos, Kohaku aún se sentaba a su lado mientras él leía, ojeando sus libros y preguntándole cosas, que él respondía gustoso. Y él muchas veces iba a verla entrenar mientras leía, y también la ayudaba con cosas como averiguar más sobre las mejores formas de entrenar, contar sus ejercicios o medir sus tiempos. Y seguían muy unidos en general.

Pasada la navidad, Byakuya y Lillian sorprendieron a Senku con una habitación llena de cosas científicas para que pudiera seguir investigando y armar su propio laboratorio improvisado. Senku pasaba mucho tiempo allí, y a Kohaku empezó a llamarle mucho la atención todos los experimentos interesantes que hacía, tomándolo como excusa para pasar más tiempo con él.

A otra persona que también le llamaba la atención los experimentos de Senku era a un niño de su edad pero bastante grande que pasaba cerca de donde él experimentaba, Kohaku lo saludó una vez y se presentaron, a lo que se enteró que el niño se llamaba Oki Taiju.

Desgraciadamente, Taiju no fue el único al que los experimentos de Senku le llamaron la atención.

Mientras Senku le explicaba algo a Kohaku, unos chicos de secundaria se acercaron y comenzaron a patear el experimento de Senku, subiéndosele encima y tratándolo como un trozo de chatarra.

—¡Oigan! —Kohaku, enfadada, corrió a enfrentarse a los chicos mayores. Senku intentó detenerla, pero sus bracitos de fideo no pudieron contra esa leona enfurecida ni en lo más mínimo.

Kohaku le dio una buena patada en el estómago a uno, haciéndolo gritar y caer al suelo, pero otro sujetó su brazo y la lanzó con fuerza hacia el piso, casi dándole una patada de no ser porque se movió a tiempo.

Justo cuando el tercer chico se acercó para patearla también, esta vez cerrándole las salidas, Senku se puso frente a ella, provocando que el chico casi se tropiece y en su lugar se preparara para encajarle un puñetazo... de no ser porque en ese momento Taiju se apareció y se colocó frente a los dos.

Senku y Kohaku observaron incrédulos como Taiju se dejaba golpear sin defenderse, incluso cuando lo golpeaban en la cara, haciéndolo sangrar y todo. Y, por supuesto, Kohaku no podría permitir eso.

Incapaz de contenerse, corrió a darles a esos tipos una lección, pero solo logró que uno se apartara de Taiju y quisiera golpearla a ella. Taiju quiso defenderla, pero los otros dos no lo dejaban en paz, y aunque Kohaku logró esquivar unos golpes, otro empujón la hizo quedar indefensa, y Senku de nuevo se le puso delante, ganándose que le dieran un puñetazo en el pecho que le sacó el aire.

Iban a darle una paliza a los tres, de no ser porque un cuarto niño desconocido se apareció de pronto.

—¡Oigan! —Llegó directo con una patada en la cara del que había golpeado a Senku—. ¿En serio atacan a niños de primero de primaria? —El niño tenía vendas en la cara y una mirada de que estaba cansado de la vida—. No puedo permitirlo.

Él era de tercero de primaria, mucho menor que los bravucones, pero con otra patada a la cara del que había golpeado lo hizo correr, sangrando y prometiendo venganza.

Al ver a su amigo huir y ver que Taiju no caía por mucho que golpearan, los otros dos también se fueron.

Taiju y Kohaku se acercaron al recién llegado, que se presentó como Tsukasa, pero Senku miró pensativo a los tres bravucones huyendo. Alguien se iba a vengar, sí, pero ese sería él.

Continuará...

Holaaaaa :D

Aquí tienen el nuevo cap! Espero les haya gustado uwu

Muchas gracias a todos los que comentan y votan!

No olviden q se les ama muchito a todos mis preciosos lectores!~ :3

Y recuerden q si quieren leer la historia completa la tienen ya finalizada en mi Patreon nwn

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

Sueños CompartidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora