27 años

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—¿Vi-viajaras como turista? —Kohaku miró a Senku con la boca abierta—. ¡¿Turista de tu propia empresa espacial?!

—¡Por supuesto! ¡Ese fue el plan desde el principio! —Rio como un psicópata—. Además... —Su mirada se ablandó al verla—. Ya fuiste elegida como la guía espacial de nuestro primer viaje turístico diez billones por ciento patrocinado por JAXA y la ISSCA, mi empresa, así que podremos viajar juntos. —Ella lo miró boquiabierta, recién dándose cuenta de esa implicación—. Cumpliremos ese sueño juntos.

Ante esas palabras, los ojos de Kohaku se llenaron de lágrimas y se acercó más a Senku en el sofá para abrazarlo, todavía aturdida.

—Te amo... ¿Lo sabes, verdad?

Él rio suavemente, llevando una mano a su mejilla.

—Lo sé. Y tú sabes... bueno... ya sabes.

Ella rio de forma mucho más ruidosa, alejándose un poco solo para besarlo.

—Lo sé —murmuró contra su boca, besándolo con más ganas.

La sorpresa de Senku no fue la única, a las semanas se enteró de que el tercer pasajero de la primera misión de turismo espacial JAXA-ISSCA sería nada más ni nada menos que Ryusui.

Ella sería la profesional, y ellos dos los turistas.

A las pocas semanas de ellos dos haber comprado los puestos, los tres empezaron con el entrenamiento intensivo de seis meses, preparándose para ir a la nueva estación espacial internacional.

—Lo bueno de que la NASA no esté involucrada en esta misión, es que no pueden quejarse de que vayamos juntos incluso aunque somos pareja. —Senku rio entre dientes mientras estaban encerrados en un armario, besuqueándose en medio de un descanso del duro entrenamiento—. Quién sabe, quizás podamos ser los primeros en recopilar datos sobre cómo es el sexo en el espacio... —La miró con una sonrisa depravada que rápidamente se borró cuando ella le dio un coscorrón, sonrojada hasta las orejas.

—P-pervertido, ¡no haremos nada de eso! V-volvamos ya, se está acabando el descanso. —Salió del armario con la barbilla muy en alto, intentando fingir que su rostro no estaba humeando.

Senku la siguió riendo, pero su risa murió apenas tuvo que volver a las prácticas de natación con ropa. El viejo no estaba exagerando, ¡verdaderamente era muy difícil!

Al menos no tenía que hacerlo perfecto, ya que, primero: era su puta empresa, y segundo: una de las cosas que incluyó en el nuevo programa, y que la JAXA validó, fue que el guía espacial, o sea Kohaku, estuviera en condiciones de rescatar a los turistas espaciales. El plan decía que mientras pudiera rescatar a uno y el otro tuviera un buen desempeño en natación bastaba, pero esa leona era tan increíble que estaba calificada para rescatar a dos gracias a su fuerza, eficiencia, resistencia y velocidad. Oh, sí, Senku no estaba mintiendo cuando dijo que ella era perfecta para el puesto, científicamente comprobado.

Era tan perfecta que hasta lo ayudó mucho a aumentar su resistencia. Senku nunca fue aficionado al ejercicio, pero desde hace un par de años que Kohaku lo alentaba a hacer cierto ejercicio que lo ayudó mucho a elevar su aguante...

La caminata, claro que sí.

Ejem.

Logró pasar todas las pruebas necesarias, por muy poco, ¡pero lo logró!

Ryusui no tuvo ningún problema, por supuesto, y la fecha del lanzamiento se fijó para principios del próximo año.

Siguieron con las últimas preparaciones.

Rei, que ya era toda una señorita, empezó a trabajar en la empresa de Senku, ayudando en la fabricación del cohete junto con Chrome que era uno de los científicos al mando.

El hijo de Tsukasa y Minami nació, un niño igual a su padre llamado Haishi, y cuando cumplió el mes hicieron una fiesta para celebrar, fiesta que era mitad en celebración por el pequeño y mitad celebración por el viaje a la estación espacial que realizarían Ryusui, Senku y Kohaku. La fiesta fue pagada por completo por el joven Nanami, a lo que el matrimonio Shishio no presentó quejas.

En año nuevo, a solo pocos días del lanzamiento, después de celebrar con sus familias, Senku la llevó al techo de su casa para ver a través de su telescopio, enseñándole las constelaciones como cuando eran niñitos.

—Pronto podremos verlas más de cerca... —murmuró Kohaku, con los ojos brillantes, llenos de ilusiones—. ¿Se verán más hermosas, verdad? Sé que sí. —Cerró los ojos, intentando imaginar qué tan bello sería todo allá arriba.

—Podrás aprovechar esa visión absurdamente buena para ver el espacio de una forma que la mayoría no puede siquiera imaginar. —Rio suavemente—. Estoy seguro de que las estrellas se verán diez billones por ciento más hermosas a través de tus ojos... aunque tus ojos seguirán siendo más cautivadores, al menos para mí. —Kohaku sintió toda la sangre subírsele a la cabeza y volteó a verlo con la boca abierta. ¡¿Acababa de darle un cumplido tan bonito?! ¡¿ÉL?!

—¿Te sientes bien? —preguntó verdaderamente preocupada.

Él rio de buena gana.

—Mira las cosas que me haces decir, leona, al menos ten la decencia de besarme luego de hacerme decir cosas asquerosamente cursis. —Apartó la mirada, cubriendo sus ojos con su mano.

Aun sin salir de su estupor, Kohaku se acercó a él casi en automático y juntó sus bocas, besándolo con suavidad y ternura, sintiendo su cuerpo llenarse de una calidez reconfortante cuando él le correspondió de la misma forma.

Se apartaron apenas uso milímetros después de un largo rato, sonriendo como idiotas.

—Oye... hablando de cosas brillantes... —Metió la mano en su bolsillo trasero y sacó una pequeña cajita aterciopelada—. Sabes que estuve trabajando en el laboratorio mientras tú terminabas tu entrenamiento profesional... y con ayuda de Chrome y Kaseki hice esta cosa. —Abrió la cajita, revelando un anillo de plata coronado por un diamante y dos piedras ámbar a los costados.

—Wow... —Pestañeó, aturdida—. ¿Primero un cumplido y ahora un regalo? Verdaderamente me preocupas, Senku. —Bromeó mientras tomaba el anillo, mirándolo con una sonrisa agradecida.

Él rodó los ojos, por alguna razón, sorprendiéndola.

—Leona ilógica... ¿De verdad me vas a hacer tener que pedírtelo?

—¿Pedir qué? —Ladeo la cabeza, con los ojos muy abiertos.

Él la besó de repente, como si no hubiera podido resistirlo al ver su expresión confundida, antes de apartarse riendo, mirando hacia el cielo, antes de cerrar los ojos.

—Pues supongo que tendré que pedirlo... —Suspiró, abriendo los ojos para mirarla fijamente—. No es un simple regalo, pequeña idiota. Te estoy proponiendo matrimonio. —Ella retrocedió un paso de inmediato, con la mandíbula casi despegándose de su cráneo—. Así que... ¿te casarías conmigo?

Ahora bien, a estas alturas de su relación, después de conocerse toda la vida, Senku debería haber sabido que cuando Kohaku se emocionaba demasiado se le tiraba encima para abrazarlo o besarlo... y por esa razón quizás no fue muy buena idea pedirle matrimonio en la cima del techo de una casa de tres pisos.

Efectivamente, Kohaku chilló un ruidoso "¡SÍ!" y se le tiró encima a besarlo, haciéndolo perder el equilibrio y caer inevitablemente.

Era una suerte que ella tuviera tan buenos reflejos, de inmediato se dio cuenta y alcanzó a colgarse del techo con una mano, sosteniéndolo con la otra, riéndose a carcajadas como si eso hubiera sido lo más divertido del mundo, ajena a Senku abrazándose a ella desesperadamente con brazos y piernas, temblando y temiendo por sus vidas.

No tenía ni un milímetro de duda, esta mujer iba a matarlo.

Continuará...

Holaaaaa :D

Y aquí tienen un nuevo cap! Y este es un poco más largo :3

Q sad q ya casi se nos acaba el fic, muchas gracias por todo su apoyo TwT

No olviden q se les ama!~

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

Sueños CompartidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora