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Los hombres de verdad no necesitan a otras personas, y
Los hombres de verdad lo chupan
Los hombres de verdad no se estrellan ni sangran en público
Creo que soy un hombre de verdad

Los hombres de verdad se mantienen frescos frente a un incendio, bajar con el barco
Los hombres de verdad no comen porque
Están por encima de eso, maldición
Oh, voy a ser un hombre de verdad

Narrador omnisciente

Ambos se quedaron en silencio mientras procesaban la información, Seishu sintió de repente irá y negación, no podía creer que esos tipos fueran tan lejos con tal de arruinarle la vida a Hajime, los tenían amenazados a muerte y le suma este desastre, se negaba a creerle al hombre frente a el, sentía que en cualquier momento en un arranque de irá golpearía a cualquiera que estuviese frente a el y tomaría una pistola.

Se negaba a creer que le hicieron tanto daño a Koko.

Por otro lado su acompañante Sanzu estaba tenso y no muy lejos de cometer homicidio, en su mente lo único que estaba era una venganza hacia aquellos dos tipos, quería verlos muertos a los dos, para alguien normal ser violado es lo peor del mundo, además siendo un alfa su orgullo lo patearon con fuerza, sentía que en cualquier momento su autocontrol se iría y lo mejor era abandonar el lugar, no podía soportar más esto.

De repente un sonido sordo se escuchó.

Sanzu se levantó tirando la silla y huyó del lugar echando humos, nadie lo pudo detener y Seishu todavía se encontraba en un shock mental, no sabía cómo actuar ante esta situación y sentía que el mundo se iba de sus manos, ahora más que nunca su mente le decía que tenía que proteger a Hajime, no había ninguna duda que se tenía que ir de Tokyo y esconderse en cualquier lugar recóndito.

La ansiedad lo invadió, el miedo, la irá, en estos momentos no era capaz de verle la cara al doctor, por lo que cuando salió del consultorio y los encargados de hacer las preguntas se las hicieron, solo respondía de manera automática hasta llegar al final.

Nadie podía ayudarlos.

Ellos no obtendrían nada de justicia, aunque aquellos nombres estuvieran manchados con una violación, nada volvería a hacerlo mismo, ellos se podrían salvar con dinero e influencias, mientras que Hajime quedaría marcado de por vida.

Así se la pasó Seishu Inui la mayor parte del día, sentado en aquella silla incómoda del hospital, con su uniforme sucio lleno de fluidos, con la mirada perdida en aquella pared del hospital y el olor detergente a su alrededor, su mente era un caos y su corazón se estaba roto. si tan solo se hubiese escapado con el y se hubiera dejado marcar, lo hubiese podido ayudar con la marca, ahora era demasiado tarde para lamentarse.

No podía imaginarse el sufrimiento de Hajime y no quería hacerlo, la paso toda la noche en vela hasta que perdió el conocimiento y se durmió, cuando despertó su estomago gruñia de hambre y las enfermeras pasaban, sacó el poco de dinero que tenía en sus bolsillos para comprar un café y un pan pequeño, se los comió de manera inmediata y luego se volvió a sentar en el lugar, nuevamente se quedó sentado mirando la pared, no sabía si los demás chicos lo acompañarían.

Pero sabía en el fondo que los amigos de Hajime que tenía en el Bonten estaban muertos o huyendo por sus vidas, por lo que el era lo único que tenía Hajime.

No le iba a fallar.

La paso en día sentado en el mismo lugar esperando alguna noticia pero nada pasó y de nuevo la noche llegó rápido, de nuevo se durmió y despertó por un leve movimiento en su hombro, abrió sus ojos y miró al frente al doctor que había atendido a Hajime.

Up no more [Kokonui]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora